Si como un servidor sienten cierta simpatía por lo exageradamente cutre a buen seguro disfrutarán de esta película de culto. Ricky, el carismático protagonista, es enviado a una prisión futurista de alta seguridad -o eso dicen, porque luego los presos pasean como Pedro por su casa-, en ella tendrá que lidiar con verdadera gentuza y desfacer entuertos a puñetazo limpio, abunda el gore casposo que el espectador difícilmente se puede tomar en serio. La calificación que le otorgo viene simplemente porque es una película divertidísima, con varias escenas para el recuerdo, como los enfrentamientos contra la ya mítica banda de los cuatro -no confundir con los dirigentes del Partido Comunista de China-.

Mención especial merece también el doblaje español -CABRONEEEEEEES-, que parece no tomarse en serio -lógico- a la esperpéntica película.

De la sugerente premisa de héroes patrocinados por conocidas marcas parte este singular anime, de ahí el título de la presente crítica. El gran acierto de la serie es su dupla protagonista, formada por los carismáticos Kotetsu y Barnaby, una pintoresca pareja de héroes. Especialmente interesante es el pasado de Barnaby y la venganza que emprende contra la organización Ouroboros, que encierra un misterio que a buen seguro mantendrá en vilo al espectador. Mención especial merece el enfrentamiento contra el villano Jake, intenso y emocionante como pocos para quien esto suscribe.

También asistimos a otros dilemas igualmente acertados, sirva de ejemplo que los héroes de este anime son susceptibles de perder sus poderes con el paso del tiempo, lo que puede acarrear no pocos problemas, pero no digo nada más para no spoilear. En definitiva, si les gustan algo los superhéroes y la animación japonesa denle al menos una oportunidad.

Por muy manoseado que esté un tema, siempre resulta grato toparse con una vuelta de tuerca que suponga una agradable sorpresa. Así como la excelentísima Steins;Gate lo logra con los viajes en el tiempo, Eve no Jikan aporta frescura al trilladísimo conflicto entre humanos y robots. Este anime presenta un mundo en el que los robots son distinguidos por una aureola, pero ¿qué ocurriría si no pudieran ser identificados como máquinas? Eso mismo ocurre en la tranquila y entrañable cafetería en la que se suceden la mayoría de acontecimientos de la serie, en la citada cafetería los protagonistas asistirán a las emotivas historias de personajes de todo tipo y pelaje, sin poder saber si son humanos o robots, por supuesto, y con más de una sorpresa en el proceso. Si una pega se le puede poner es que no desarrolla correctamente todas sus ideas, algo que tampoco permite su escasa duración. Por lo demás es totalmente recomendable.

Perdonen el chiste fácil, pero cierto es que finalmente me ha decepcionado esta película. Pese a resultar visualmente impactante y contar con una más que correcta banda sonora -aunque haya cierto abuso de una melancólica melodía-, M se pierde en su farragosa narrativa y confunde continuamente al espectador. Así pues, aunque contados momentos sean brillantes, la balanza se inclina hacia el aburrimiento y la confusión. Una lástima, porque la resolución no está nada mal, pero la historia se complica innecesariamente yel filme se hace repetitivo en exceso. Con algo menos de metraje y un montaje un poco menos confuso la película ganaría muchos enteros. Lo dicho, una lástima.

Reproduzco parte la crítica que redacté hace tiempo de este mismo anime, aviso para no dar lugar a equívocos:

Imaginé hallarme frente a un producto original -o que al menos se perfilaba bastante entretenido para mí- cuando descubrí que los protagonistas de la serie son NEETs -lo que en España conocemos como “ninis”-. Supuse que esa condición de los protagonistas se iba a reflejar de algún modo en el anime, pero nada más lejos de la realidad, de hecho únicamente es palpable en Alice -la protagonista-, una niña de doce o trece con una gran capacidad deductiva, y podría decirse que se acerca más al fenómeno hikikomori. Quizás esta peculiar característica hubiese resultado importante en caso de explorar la psicología de los personajes, por otra parte arquetípicos: un nerd aficionado a las armas militares, un ligón, un avezado luchador y un estudiante de lo más normal que es el protagonista masculino, entre otros.

Con todo, aún pensaba que la serie podría gustarme bastante. Que la protagonista fuera prácticamente una hikikomori me hizo considerar la posibilidad de que resolvería los casos con la información facilitada por sus ayudantes -incluso sin que quede demasiado claro cómo una niña como Alice puede desplegar semejantes medios, supongo que se ahondará en ello en las novelas ligeras de Hikaru Sugii en las que se basa- con apenas unos detalles, tal y como hacía la afable detective de Agatha Christie en Miss Marple y trece problemas. Y en parte es así, pero ¿han visto esas películas en las que los hackers son semidioses que pueden conseguir todo lo que se proponen? Pues en Kamisama no Memo-chou se abusa demasiado de esta habilidad de Alice, de modo que los que esperen un proceso deductivo similar al novelesco o al de las series de televisión clásicas probablemente se verán decepcionados como quien esto suscribe.

Mención aparte merecen los pretenciosos diálogos, falsamente profundos, filosofìa barata de esa que tanto -por desgracia- se estila en ciertos animes. Si quieren un anime detectivesco que valga la pena vean Gosick.