En 1999 Michael Mann entregó una obra cumbre del thriller político, The insider, que en su momento fue incomprendida y ninguneada pero supuso una auténtica visión de cine futuro.
Este 2011 nos ha traído Tinker, tailor... tan manierista y críptica como la película de Mann, tan ajena al público y encerrada en su propia belleza como la interpretación de Gary Oldman. El actor compone un Smiley hierático, incapaz de sentir. Es la metáfora definitiva de nuestra alienación.

Que joyita. Sí, es una película extraña. Y sí, es hija de su tiempo. Pero tiene una enorme realismo emocional. Cada personaje del terceto protagonista respira su propio aire. Qué difícil es hacer una cinta así. Chapeau, Sr. Passer.

Tenía miedo. No quería verla. Sabía que iba a ser un reencuentro frustrado, un polvo por compasión. Tintín no es el héroe de mi infancia; Tintín ES mi infancia. Aquella que no tuve. Si no fuera por Hergé yo estaría muerto. Bien lo sabe Dios. Lo de Spielberg era un brindis al sol. Como intentar revivir el primer amor. A Tintín nadie le puede adaptar y menos en 3-D. ¿En qué cabeza cabe?

Borrad del vhs la Casablanca de Curtiz. Este es el romance definitivo en ultramar. Jamás viajarás a Yakarta y sin embargo habrás estado allí. Porque te enamorarás de Jill, porque llorarás por un enano que en realidad era una enana y porque todos quisimos nadar en una piscina repleta de hojas secas.
Hay películas que te emocionan, otras te hacen pensar y algunas te cambian la vida. Pero hay pocas que te hagan mejor persona.
Peter Weir que estás en los cielos, me arrodillo ante ti cada vez que veo esa secuencia, la de la huida a medianoche mientras suena l'enfant de Vangelis. La lluvia nunca cayó tan húmeda y el sudor nunca fue tan seco como In the year that we living dangerously.

Pero es otra cosa. Es un arma de destrucción masiva. Setenta y dos años después aún golpea en el centro de la tormenta; su onda expansiva rompe los cimientos de los bienpensantes.
Vaya con Capra. A la gente le gusta más esa que les hace babear en Navidad. La del ángel que salva a Jimmy Stewart. Qué vean ésta. El verdadero rostro de Frank. Suave como el visón, acerada como una epidural. Vive como quieras es una guía para la rebelión. Jamás el anarquismo fue tan divertido y tan ácrata. La película que le gustaría a Kropotkin.