Es muy buena. El primer capítulo es para echarse a llorar de la risa de tan delirante que es la inocencia del protagonista, Gösta. Me enganchó de sobra. Además, ya conocía al director y, aunque no me gustó nada Lilja 4ever por su efectismo maniqueísta, sí me encantaron sus otras películas, sobre todo "A hole in my heart". En general, la filmografía nórdica me gusta mucho. Así que cuando vi que existía una serie nórdica hecha por un director con tanto prestigio, decidí darle una oportunidad. Y ya veis, no me arrepiento en absoluto.

Hay escenas que me sobran (de ahí que no le otorgue un diez rotundo), como las que hay entre el padre y Saga -según dijo el director en una entrevista, "cuando haces una serie, tienes tiempo para incorporar cosas sobre la marcha e introducir elementos que quizá no sean realmente importantes para la historia, pero te importan a ti como cineasta", me da por pensar que a lo mejor pretendía reflejar su crisis de los cincuenta plasmando la relación platónica entre un señor de 52 años y una chavala de 18-, pero, quitando eso, la serie resulta muy redonda. Los personajes no sobran, todos tienen su encanto y aportan sus momentos graciosos y surrealistas a la historia, y que consiguen angustiar cada vez más al pobre Gösta.

Lo que ocurrirá a continuación te sorprenderá.

Pienso que es una serie ideal para hacer terapia, porque los personajes reflejan muy bien las típicas actitudes neuróticas y desadaptativas que solemos tener las personas, y nos ayudan a darnos cuenta de ellas y a corregirlas, todo a través de un humor casi blanco y tierno que no llega a ofender a nadie. En mi caso particular, por ejemplo, aprendí gracias al personaje de la novia de Gösta, que no es bueno pensar TANTO en el inevitable final de las cosas, que no merece la pena amargarse y autosabotear los buenos momentos: es mejor disfrutar de lo que uno está haciendo en el momento (y así es menos probable agotar al otro y que le abandonen...).

La película a mí me gustó. No me conmovió, ni tampoco me dejó pensativa, ni nada. Pero me gustó el visionado. Está bien conocer una historia más de tantas que hay, y también es interesante observar las reacciones y formas de actuar de los personajes ante ese tipo de situaciones planteadas en la cinta. Me interesó a nivel sociológico, supongo.

En realidad escribo esta crítica porque estoy echando humo por las orejas después de lo que leí en las críticas que me preceden. El hombre no va desarrollando una relación afectiva con la mujer ingresada, ni tuvo "algo" con ella "en el pasado", EL HOMBRE YA CONOCÍA A LA MUJER INCLUSO ANTES DE ESTAR CON SU NOVIA ACTUAL, Y JAMÁS DEJARON DE SER AMANTES EN NINGÚN MOMENTO. Es que me cabrea ese tipo de fallos, porque denotan que el que escribe la crítica no prestó mucha atención (en la cinta se expresa no pocas veces, tanto implícita como explícitamente, lo que acabo de explicar), y aún así se atreve a escribir una crítica pretendiendo ser profesional con el único objetivo de hacer spam de su web de cine (la cual, viendo la calidad de sus críticas en filmaffinity, dudo que sea realmente interesante).

En fin, que la cinta es correcta, mantiene al espectador en vilo, pero se echa de menos más filosofía y más profundidad en los personajes. Siendo como es el debut de un director, igual no hay que ser muy exigente. Aunque también es cierto que hay debuts francamente buenos... Pero bueno, que esta crítica sólo era para hacer la puntualización que hice arriba, y ya.

Demoledora. Incluso llegué a llorar en un momento concreto. (*)

La verdad es que empezó de una manera tan tradicional y aburrida, que pensé que sería una película de líos amorosos más como cualquier otra. Y así siguió hasta el momento de la larguísima y desconcertante (a la par que cómica, con el número del dueño del perro VS. las viejas entrometidas) toma fija en el parque... tras la cual, empezó lo interesante:

-¿Cristina?

Sólo con esa pregunta, se sobreentiende que el pobre hombre no sólo tiene que hacer frente a lo ocurrido, sino también a la responsabilidad de dar explicaciones a la otra persona que también va a sufrir tanto o más que él por aquello. Se avecina el desastre.

Desastre que, por más que queramos, no se detiene de ninguna manera y va empeorando ante nuestra atónita y triste mirada. Un hombre sociable, despreocupado, el típico hombre del nuevo milenio, que pasa a ser un loco, casi un mendigo que ha perdido la razón, un "muchik", un hombre fuera de la sociedad y del tiempo. Para él sólo existe la soledad, la impotencia y la incomprensión absolutas.

Lo que sentí, más que nada, fue un enorme, inmesurable sufrimiento derivado del estereotipo de que los hombres no sienten, padecen, lloran. Su mujer le vapulea, le chilla, le recrimina de todo, etc..., creyendo que a él no le importa nada. Cuando, claramente, él es quien lleva la mayor carga de la culpa y la responsabilidad. No llora ni rompe platos, es verdad. Pero sí se emborracha, se obsesiona, enloquece... (**) Y él tan sólo quisiera tener el apoyo de su mujer y de su hijo. Nada más. Él también sufre. Mucho... Ya el primer día que se quedó solo, su dolor era palpable de lo intenso que era. Horrible.

No sé, estoy escribiendo esta crítica, y otra vez asoman las lágrimas en mis ojos. Sé que es sólo una película... pero... pienso en aquello de que la realidad supera la ficción, y me duele pensar que habrá hombres sufriendo muchísimo, en silencio, mientras los demás se ríen y le reprochan que no demuestre sus sentimientos de forma tan vehemente y exhibicionista como ellos, recibiendo así toda la atención y compasión del mundo.

Ojalá hubiese sabido si el sospechoso era el culpable al final o no. (***)

Cómo lo está petando el cine rumano. Primero "Ana Mon Amour", y ahora "Pororoca". No me voy a perder ninguna película rumana más, ya os lo digo.

Poco interesante, la verdad. Una mujer inteligente y que lo puede tener todo si quisiera, y que, por algún motivo que se me escapa, tiene de pareja a un enfermo mental que me recordaba mucho a Dani Martín cuando hizo "Yo soy la Juani". Poco creíble.
No sé, es Leticia Dolera haciendo propaganda del feminismo. No hay alma ni sustancia en ese corto. Lo pudo haber hecho perfectamente el ministerio de Igualdad para ponerlo entre anuncio y anuncio. Un manual de instrucciones sobre cómo reconocer a un maltratador. Sin más.

Esa película me obsesiona sobremanera. No recuerdo qué pasó cuando la vi por primera vez, ni qué estaba haciendo, ni nada... sólo sé que, desde entonces, no la pude olvidar. Recuerdo de vez en cuando el "Ya no te quiero" y todo lo que desencadena aquello luego, hasta el precioso final...*

Me da mucha calma ver la película. No necesito acción, no necesito un argumento apasionante, no necesito nada de eso. Me basta con la cotidianeidad, el día a día que lentamente hace evolucionar una relación anodina y corriente... Yo misma disfruto de las pequeñas cosas que me da la vida, no espero gran cosa, pues sé que las cosas más grandes que nos da la vida se componen de pequeños retazos que vamos recibiendo con el tiempo casi sin darnos cuenta. Luego miramos atrás, que es cuando podemos verlo todo en su conjunto al fin, y pensamos: "Vaya, la verdad es que me han pasado cosas grandiosas... y yo sin enterarme".

Y "Alle Anderen" me hace sentir todo eso. Necesito más películas así.