Antonio es odioso, y a pesar de que a su modo lo intenta porque podríamos decir que intenta realmente cambiar, no hay manera de seguir a su lado. Lo peor es que se separan y qué pasa? Una vez que se le pase la obsesión enfermiza con Pilar, empezará a atosigar a alguna pareja futura. Es tremendo, especialmente porque nos damos cuenta de eso. Y también nos damos cuenta de lo dañada que queda Pilar para el resto de su vida.

La secuencia del balcón es durísima. Lo que implica semejante humillación... tu marido te causa tanto temor que hasta te orinas delante de él. Ella ha soportado golpes y amenazas durante años, pero ese fue su límite. Por lo menos después de tanto pesar, la directora nos regala una pequeña luz de esperanza cuando vemos a Antonio ver a Pilar dejarlo, y él sabe que ésta vez es definitivo.

En definitiva tenemos al hombre que es un canalla, infiel y mentiroso que muere a los dos segundos de empezada la película así que ni oportunidad de explicarse tiene el pobre. Tenemos a la esposa que es una mujer perfecta, buena, pero tan buena que siendo británica se convierte a la religión del esposo quien era pakistaní. Un sacrificio enorme... todo en vano, ya que, él tuvo durante años a una amante con quien además, tuvo un hijo. El hijo resulta que es gay... o sea el otro masculino de la trama tiene que adecuarse al nuevo orden mundial, a pesar de que su inclinación sexual da lo mismo. ¿Qué relevancia tiene?. Claro, pero si era hetero iba a ser demasiado desagradable porque ya nos basta con que sea rebelde y mal educado. La amante francesa es la típica querida enamorada hasta el tuétano que aguantó sin chistar ser la otra casi toda su vida. Ambas féminas merecen el cielo, el fallecido el infierno.
El final nos deja en claro que Salomon ahora tendrá dos mamás, ya que, la sororidad provoca que viuda y amante se conviertan en las mejores amigas. Seguro a muchos les parecerá una teoría conspiranoica lo que estoy escribiendo, pero es lo que sentí. Perdón.

Lo de que la confunda con el servicio de limpieza, es un efectismo de guión para hacer avanzar la trama y ésta señora pueda inmiscuirse en la vida de la francesa y el hijo. Lo acepté y continué ahora lo que no me trago es el panfleto. Un panfleto disfrazado y aderezado con otras cosas que no sé qué tanto sentido real puede tener en la trama. Por ejemplo, me pregunto si era necesario que el tipo sea pakistaní. Quizás sí, no lo sé.

Betty es la típica persona que te condena al infierno, con pasaje de ida sin retorno. Independientemente de su inestabilidad emocional, es una mujer insatisfecha y a la que nadie podría nunca satisfacer. A todo ésto, Zorg no es un galán al uso... es decir, no es atractivo, no tiene una buena posición económica, es un derrotado que ha perdido hasta el sueño de ser escritor. Él escribe sí, pero como nos lo manifiesta su voz en off, lo hace sólo para sentirse vivo. La que insiste e insiste con que debe publicarse su obra, es Betty. Cuando por un tiempo olvida ésta idea, se le ocurre que quiere ser madre y tras una ilusión momentánea de creerse embarazada, resulta que no lo está y entra en un estado paranoide peligroso que hace que quien nos parecía una loca un poco adorable, ahora nos cause terror. Y el muchacho que se siente un miserable decide ir hasta el fondo por su gran amor convirtiéndose en ladrón y luego, en un asesino. ¿Cómo se vuelve de eso?

El método utilizado para gritar al mundo sus convicciones de que los tiempos de la abundancia se acabaron, es tonto, supone un riesgo tremendo para los involucrados. Para lavar cerebros hay otras tácticas.

Hubiera sido bueno saber de qué viven éstos chicos porque para no trabajar, tienen de todo. Viven como un capitalista universitario.

Lo de la cabaña del tío me pareció muy conveniente para el guión. De la nada, resulta que el tío de la chica tiene un vivienda desocupada en el medio del páramo y pueden trasladarse hasta allí con el ejecutivo secuestrado.

El último giro me sorprendió para bien, ya que, no me lo esperaba en absoluto. Bien por ese lado. Supongo que luego de concretar la misión, devolverán el yate... ¿No querrían vivir como burgueses no?