El laberinto del fauno

Bienvenidos al cuento mas tenebroso y cruel de los últimos años. Sin duda, estamos ante una gran película que basa la mayor parte de sus aciertos en los 3 pilares básicos del cine. La idea, original y medida para otorgarnos a un tiempo la crueldad de la realidad (esta ambientada en la posguerra española), y el mágico aunque también oscuro mundo imaginario que se abre ante los ojos de Ofelia. Porque esa es una de las muchas ideas que nos propone el director, en un mundo recorrido por el odio y la violencia, ni siquiera existe la posibilidad de la reclusión en realidades paralelas. Por eso, lo que ve Ofelia en su mundo no es más que una transcripción fantasiosa de lo que ocurre en la realidad, miedo y tenebrismo.
Los actores excelentes casi todos ellos. Maribel Verdú borda a su antojo un papel que desde su primera aparición hace que sientas partícipe de lo que le ocurre a ella en todo momento.
Sergi López, uno de los mejores actores españoles del momento y que aquí realiza un papel excelente. Además de ser el personaje mejor trabajado en el guión, y del que conocemos practicamente todo sin decirnos nada de él. Su trabajo como personaje antagonista es tan bueno que no podremos evitar sentir rechazo y odio hacia su personaje al poco tiempo de aparecer. Y Alex Angulo, personaje secundario. Realiza una interpretación absolutamente arrolladora, cada vez que aparece en pantalla consigue centrar toda la importancia en él.
Y por último la ambientación. Un gran trabajo que colma cualquier exigencia de lo que debe ser el transporte vital que se necesita para olvidar que estamos en una butaca del cine y nos encontramos en la España de 1944. Percibes la verosimilitud de lo que te cuenta a partir del grado de excelencia que poseen los escenarios hechizados por una cuidada fotografía.
Algunos dirán que el director mejicano no ha sido del todo fiel con la realidad, que no ha sido objetivo en el tratamiento de la historia española. Pero viene bien tener en cuenta, que lo que se nos presenta es un cuento. Y en los cuentos el tratamiento de los personajes es exagerado y antagónico uno respecto al otro, y como tal existen los malos y buenos sin necesidad de tener que dar muchas explicaciones al respecto. Simplemente por la propia naturaleza y existencia de lo que es esta película, el cuento más adulto de los últimos años.
Atentos a cada uno de las escenas que se nos presenta porque en una coherencia casi suicida Del Toro no dejará de sorprender hasta el último, coherente y estremecedor plano de la película. Un plano final que justificaría su retirada con honores de este oficio, aunque si esto era lo que nos tenía guardado no nos queda mas que rogar su permanencia en el séptimo arte.

Como si volviera sobre sus pasos hacia "El espinazo del diablo", Guillero del Toro ha optado de nuevo por entremezclar un cuento de corte fantástico con un drama en clave realista ambientado en la España de posguerra, hacia 1944, cuando el franquismo andaba más vinculado con la simbología fascista y cuando su más directo enemigo, único resquicio y esperanza de libertad popular, eran los maquis.
Curiosamente, rememorando ciertos ejemplos del moderno cine español con respecto a la posguerra y el maquis ("El corazón del bosque", "El espíritu de la colmena"...) hemos revisitado esos tiempos a través de metáforas y puntos de vista definidos por la inocencia y la fantasía. Tal vez, porque tiempos tan siniestros no dejaban espacio para la inocencia o la fantasía. Algo de ello sobrevuela, como una mítica libélula, todo el relato, haciéndonos partícipes de esos deseos de la niña frente a una realidad criminal y odiosa, echando luz, sobre una época oscura que han querido borrar de nuestra memoria colectiva. Y ahí, precisamente, es donde mejores rasgos adquiere la interacción entre la terrible realidad y el escpismo obtenido a través de la fantasía, cuando se nos sugiere que tantas fábulas y cuentos fantásticos surgieron precisamente para sobrevivir al horror cotidiano, a las pesadillas de las que no se podía despertar.

Sobresaliente segunda incursión de Guillermo del Toro en la Guerra Civil española desde el punto de vista fantástico.

Lo que Sí: la dirección de actores; Sergi López y Alex Angulo; cada uno de los planos de la película, pura poesía visual; el resultado final, tan hechizante e hipnótico, como salvaje y despiadado; la dirección e imaginación de un maduro Guillermo del Toro.
Lo que No: una banda sonora con poca fuerza; que no haya más películas made in Spain con esta calidad y factura cinematográfica.

El cine hispanoamericano sigue en plena forma, tanto creativa como formalmente, dejando al cine patrio en un total ridículo de encuentros y desencuentros. Es una pena, porque actores, lo que se dice actores, tenemos y con mayúsculas. Lástima que casi todo lo demás no esté aún a la altura.

Es, El laberinto del fauno, una película fantástica con altas dosis de violencia que en absoluto la hacen apta para los más pequeños. Error grave ya que tras su estreno aún sigo viendo en sus carteles promocionales "pendiente de calificación por edades". Excelente ambientación, floja Ariadna Gil y muy bien, como siempre, Sergi López. Es un largometraje que con sus dos historias paralelas (la de la niña y la del resto de los protagonistas) esconde el pretexto de la guerra civil de fondo; no creo que aquí esté la clave de la película sino en servir de sustento entre la historia fantástica y cualquier guerra, entre el huir de la realidad y el presente que vivimos cada día. Una feliz metáfora que Del Toro ha resuelto de forma contundente.

Dos historias paralelas, una historia mágica y una historia de posguerra. La narración fantástica deja paso a la realidad como si la primera fuera un sueño del que basta despertar, pero que sitúa a la niña en una realidad mucho más terrible. Este matiz hace que la película sea mucho más angustiosa y cruel.
Dos historias muy bien contadas, perfectamente enlazadas y magistralmente interpretadas. Soberbio Sergi López, increíblemente sádico. Ivana Vaquero, un descubrimiento que conquista la cámara. Muy bueno Alex Angulo. Y sorprendente, Maribel Verdú (me he reconciliado después de muchos años... desde La buena estrella, no había visto nada destacable por su parte).