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De aquí a la eternidad

Drama. Romance Año 1941. El soldado Prewitt (Montgomery Clift), que acaba de llegar a la base militar de Pearl Harbor en Hawai, es un antiguo boxeador retirado del ring. El capitán Holmes (Philip Ober), conocedor de sus habilidades como púgil, intenta que se una al equipo del ejército, pero Prewitt rechaza la propuesta. A partir de ese momento se ve sometido a toda clase de castigos y humillaciones tanto por parte de sus superiores como de sus ... [+]
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Críticas 75
Críticas ordenadas por utilidad
10 de enero de 2010
21 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al acabar esta película me quedé exactamente igual que antes de verla. No me causó ninguna impresión, y por tanto no me pareció el peliculón que mereciera 8 oscars en 1953.

La historia me parece bastante floja, creo que porque no sigue una única línea y lo que hace es narrar las vivencias de varios personajes. Hay películas que funcionan bastante bien de éste modo, pero en mi opinión no es el caso. Ninguna de las historias me resultó lo suficientemente interesante como para conmoverme lo más mínimo. De las actuaciones solo me convence la de Montgomery Clift, porque Burt Lancaster está totalmente inexpresivo y parece que se lo pega a Deborah Kerr, no se qué pasa que no acabo de creerme esa historia de amor entre ellos, algo falla. Y lo peor para mí es el final, que te acaba por dejar aún más indiferente ante la película. Acaba y te dan ganas de decir bueno, ¿ya está? ¿éso es todo?

Por lo menos la película merece un regular por mi parte porque no podría decir que es mala del todo. Tiene algunas secuencias interesantes, como cuando tocan la corneta (único momento en el que sentí una mínima emoción) o la escena de Burt Lancaster y Deborah Kerr en la playa. Poco más.
boralola
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7 de diciembre de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas como ésta, que parece aglutinar para sí el concepto de cine clásico. Dirección, guión y actores, todo bendecido por ese aroma de gran cine, capaz de emocionar y fascinar por partes iguales. Es todo el cine posible: bélico, romántico, drama, thriller. Pocas pueden serlo a la vez.

La historia se divide en dos. Por un lado un ex-boxeador (Clift) es presionado para que vuelva a pelear en el ejército, y al negarse, su vida en la base se convierte en un infierno, sólo contando con un amigo (Sinatra) que también sufre en sus carnes la violencia del ejército y con el consuelo de un amor pasional (Reed). Por otro lado, el sargento (Lancaster) tiene un romance con la mujer del capitán (Kerr). Y todo ello bajo la presión de la guerra, más presente que futura, y un Pearl Harbor que marcó a toda una nación y a todo un siglo.

Aún viendo dulcificada su cruda historia (prostitución, homosexualidad, adulterio), es una película valiente para la época, con escenas memorables (el beso en la playa), con un aroma de gran clásico nada más verla.
jesus (of suburbia)
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28 de diciembre de 2013
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
De aquí a la eternidad de Fred Zinnemann, es un drama que toma como base la vida en Pearl Harbor de algunos militares, en la época del ataque japonés. Dirigida con un ritmo lento pero apropiado, es admirable y extraordinaria no solo en su realización, sino en el montaje, con una definición impecable y maravillosa que es, un magistral ejemplo de dirección que gusta ver.
La fotografía en blanco y negro, la cual hace un excelente trabajo de claroscuros, es bella, lumínica e inolvidable por plasmar imágenes para el recuerdo, y desde luego alusiva y llamativa con toques impactantes en el ataque. Y la música, es sensacional y espléndida, usada solo en los momentos de tensión y emotividad, con sonidos hermosos y agraciados que calan en el público por ser encantadores y por acompañar con acierto la trama.
Las actuaciones, son auténticas, convincentes y arrolladoras, en un gran elenco de caras conocidas. Con Burt Lancaster con personalidad, firmeza y brillo en una enorme interpretación, Donna Reed radiante en un oscarizado papel, Deborah Kerr sincera y natural en un papel algo distinto a su línea habitual, Frank Sinatra carismático y genuino en un deslumbrante papel por el que obtuvo el oscar, y Montgomery Clift acertado y propio en un papel con carácter y obstinación. Empleando diálogos típicos de militares pero correctos, ágiles y dinámicos, además de enérgicos y diligentes.
El guion, es apasionante, atractivo y algo comprometedor para la época por los delicados temas que trata, argumentado de forma maravillosa y portentosa, y penetrando con ímpetu en el espectador, ya que va de menos a más, subiendo paulatinamente su interés. Usando para ello, una narrativa sugestiva y académica, además de clásica, militar e impecable. Y destacando el excelente montaje lineal e ideológico, al que no le sobra ni un minuto.
Por último, cabe destacar unos efectos competentes, creíbles y espectaculares que sobrecogen en el ataque japonés, muy conseguidos para la época. Unos vestuarios y caracterizaciones sugerentes y trabajados al detalle en una soberbia y acertada dirección artística en cuanto a lo militar. Y unos planos y movimientos de cámara panorámicos, reconocimiento, planos americanos y primeros planos clásicos y sobrios, pero estéticamente inteligentes.
Por lo que, en definitiva, la considero un clásico irrepetible, indeleble y esencial en la historia del cine, por ser impoluto y cautivador, aunque algo desesperanzador, pero desde luego enorme y provocador. Recomendable por su dirección inigualable, guion sustancioso, enormes actuaciones, perfecta fotografía, narrativa y diálogos, asombroso montaje, y vestuarios y caracterizaciones alusivos. Que, junto con sus 8 merecidísimos oscars, la avalan como una de las grandes obras que merecen la pena ser vistas, al menos una vez por todos los públicos en general, y no solo por los cinéfilos clásicos, que por supuesto vibraran, con una obra tan genial como esta del director Zinnemann.
Elcinederamon
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4 de enero de 2016
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca en mi vida me había sentido infeliz hasta que me enamoré de ti.

Una de las cosas que me atrajeron hace tiempo a ver esta película era el sentarme a ver a Frank Sinatra, para saber como lo hizo para que le dieran un Oscar, ya que me sorprendía que un cantante tan famoso pudiera hacer una película y encima fuera premiado. Posteriormente en “El hombre del brazo de oro” confirmé que era un buen actor. Pero sobretodo quería ver esa escena de Kerr y Lancaster en la playa, una de las imágenes más históricas del cine, que uno en su memoria las recuerda como eternas, pero en este caso esa escena es sólo un leve suspiro. Lo que no esperaba era encontrarme una historia tan magnífica llena de amistad, amor, honor, traición, deseo… en las casi dos horas de metraje. “De aquí a la eternidad” es un profundo drama lleno de muchos de los sentimientos que poseemos los seres humanos.

En “De aquí a la eternidad” observamos una película muy adulta, con personajes llenos de complejidad emocional y llenos de cierta sexualidad, no directamente, sino insinuada de una manera latente. La historia nos traslada a Pearl Harbor, concretamente a unos días antes del recordado bombardeo y no sitúa en las vivencias de tres hombres en una de los cuarteles de la isla, donde observamos como afrontan sus vidas de soldado y sentimentales, luchando siempre contra la soledad del cuartel y peleando por la persona querida. “De aquí a la eternidad” es un alto drama que se eleva por la actuación sublime de sus actores, es decir, Lancaster, Kerr, Clift, Reed y Sinatra. De nuevo vuelve a ser una película donde los actores se imponen al argumento.

Algunos no conocerán mucho a Montgomery Clift, pero era un actor increíble. En la película se puede decir que es el principal protagonista, ya que prácticamente toda la historia gira en torno a él. En esta película interpreta a un joven soldado recién llegado a Pearl Harbor, el cual es intimidado por el capitán y los suboficiales de la compañía por su rechazo a unirse al equipo de boxeo. Su calidad interpretativa es buenísima, sabe darle el carácter apropiado al personaje, le da fuerza y valor, lo vuelve después sentimental, vengativo y temeroso y nos emociona con ese dulce y sentido toque de corneta. Una lástima que falleciera tan joven y no pudiéramos disfrutar más de él. A su lado, Frank Sinatra, que interpreta al amigo juerguista, borrachín, mujeriego y simpático de Clift. Viendo su interpretación, no sorprende su Oscar, ya que hace una actuación sobresaliente y conecta enseguida con el espectador. En el cuartel también está Burt Lancaster, un duro sargento, pero flexible en sus decisiones, que inicia una aventura con la mujer de su capitán, siendo una relación donde Lancaster sufre amor por ella y por el ejército, Cabe recordar otra vez esa memorable escena, en la cual les rodea una ola de forma casi orgásmica. La relación que conllevan es muy difícil y ambos actores se manejan con soltura en sus papeles. El otro papel destacable es el de Donna Reed, una mujer procedente de un burdel, de la cual se enamora Monty Clift, iniciándose una relación algo conflictiva, dadas las ambiciones personales de ella y el carácter templado y algo irascible de él. Un elenco de estrellas.

“De aquí a la eternidad” también realiza una crítica al modo de vida de los cuarteles y a como viven los soldados, los cuales buscan refugio en el alcohol y las mujeres para combatir su soledad. Vemos además como los soldados y suboficiales desprecian a los oficiales de mayor rango, siendo la camaradería lo que más valoran en una persona, no sus dotes de mando. Resumiendo, una buena película, con actores estupendos y con un argumento intenso y con ciertos momentos de acción como el ataque a Pearl Harbor.
Javi
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1 de octubre de 2019
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas lo tienen "TODO". Es maravillosa. En aquella época se gastaban dinero en guionistas. No como ahora. No precisa de efectos especiales. Entras dentro de la película y, si te dejas envolver, no sales hasta los créditos finales, con los ojos húmedos y los puños apretados. Con ese tipo de películas valía la pena gastar el dinero en cines
Pedro Miguel
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