Violet y Finch

Por poco, lamentablemente, esta peli no llega a cumplir los objetivos que se propone: dar una visión íntima y social (a la par), de algo tan común como ignorado: las depresiones y enfermedades mentales más comunes. No de esas graves dolencias mentales como el autismo, el alzheimer, la drogadicción u otras ya tratadas con éxito en el cine, sino de las más comunes y menos visualizadas. Ya digo, esta peli lo intenta, pero al final no lo consigue. Y creo que no lo consigue porque el final no es el adecuado. Efectista, tal vez, pero inadecuado, seguro. Queda como pendiente lo que podría haber ocurrido...menos melodramático, si se quiere, pero mucho más necesario. Las interpretaciones son buenas, y la fotografía preciosa. Una pena, repito.

Violet y Finch es la mejor película romántica del año 2020, ya que representa la vida de un adolescente desde su punto de vista.
Esta película trata sobre dos adolescentes con problemas familiares y emocionales que al estar juntos se sentían mejor. Esta película fue estrenada el 29 de febrero del 2020 a cargo del director Brett Haley.
En mi opinión el ambiente de esta película va perfecto con la temática que se muestra, los dos actores principales actúan perfecto en esta película, la trama es interesante tanto que logra su fin de terminar de ver hasta el último minuto y cada escena está muy bien representada.
La reflexión que me dio esta película es siempre fijarse y preocuparse por el de alado, ya que aunque este se muestre feliz no siempre es así, esto es lo que nos intenta demostrar en cada escena y guion, en el fondo fomenta la empatía.
Mi opinión final es que no está mal que todos vean aunque sea una vez esta película ya que nos deja muchas enseñanzas, nos hace ser empáticos con el resto, porque nunca sabemos por lo que está pasando esta persona.

Una vez vista, podemos comprobar que es la típica película romántica americana. A pesar de ello, deja un regusto bastante bueno gracias a la interpretación de los protagonistas. La evolución de ambos personajes, hace que te mantenga en intriga y expectante para ver qué pasa a continuación.
También he de decir que la BSO me ha parecido maravillosa, enlaza perfectamente con cada momento de la película. Pero lo he dicho, a pesar de ser una película muy típica, te deja un buen sabor de boca.

Aunque la película queda lejos de la calidad y la fuerza de las ideas que se desarrollan en la novela, hay que apreciar el esfuerzo realizado por el director Brett Haley para convertir en imágenes y comprimir en menos de dos horas una novela de 400 páginas, densa en sucesos y llena de sentimientos y sensaciones. Ha contado para ello con la ayuda inestimable de la autora del libro en la confección del guión.

La novela merece un notable alto. La película se queda en un aprobado alto porque le falta buena parte de la solidez y de la complejidad emocional de la novela. Y porque no afecta al espectador con la intensidad con que llega al lector del relato escrito por Jennifer Niven. No obstante, la química existente entre los protagonistas y la destacable actuación de Elle Fanning vienen a salvar, al menos en parte, las limitaciones de la película.

La novela resulta inolvidable e invita a nuevas lecturas sucesivas. La película no tiene el mismo efecto. Sin embargo, se deja ver y se disfruta durante sus 108 minutos de duración. En definitiva, es recomendable su visionado tanto por espectadores adultos, como es mi caso, como por adolescentes, compartan o no los problemas que afectan a los protagonistas. Es una cinta dramática pero cargada de esperanza.

‘‘Me salvó en todos los aspectos”, dice el personaje de Rose (interpretado en las postrimerías de su longeva vida por Gloria Stuart) en una de las escenas de ‘Titanic’. Rendía justicia con tan tajantes palabras al romance que sostuvo con Jack (Leonardo Di Caprio) en la desgarradora historia de amor que James Cameron convirtiera en icónica, más por el impresionante espectáculo visual que la rodeaba que por el manejo de los elementos dramáticos. El comienzo de ‘Violet y Finch’, estreno de Netflix, me recuerda a la mítica cinta de Cameron, última historia de amor en el cine que me ha gustado. Un adolescente (Justice Smith) sube al borde de un puente para empatizar con Violet (Elle Fanning), una joven en estado de trance, a punto de cometer una locura. Se establece así con prontitud el principal subtexto que recorre toda la propuesta: el suicidio.

Está dirigida por Brett Haley, autor independiente que gusta de bucear en los tormentos y aflicciones internas de sus personajes en cintas como ‘Volverás en mis sueños’ (2015) y ‘The hero’ (2017). Aquí, articula un drama sin conseguir desprenderse del todo de esa sensación de ligereza y superficialidad que impregna buena parte del cine comercial para adolescentes.

Pese a sus defectos, veo una propuesta íntegra, cabal. Con algunos diálogos sosteniendo esa dicotomía tan compleja, extraña y en muchos casos devastadora, que surge de la confrontación entre pensamientos racionales e irracionales. Lo juicioso por un lado y el lado salvaje y tumultuoso del que en buena medida todos podemos ser presa en algún momento, desfilan en ‘Violet y Finch’ como pegamento de una historia de la que, en ausencia de esos elementos, me hubiera desentendido más pronto que tarde.

Tras sujetos de fachada reluciente, que hablan casi sentenciando, siendo capaces de tocar teclas sensibles para su interpelado, se pueden esconder personalidades inestables. Completamente rotas por dentro. Sin renunciar al lagrimeo como ingrediente de la ecuación, Haley deja algo de poso en un género maltratado hasta la náusea.

Algo es algo.

Escrito por Juan Pablo Martinez Corchano para https://rockandfilms.es/