Cartas a Julieta

He aquí una de estas historias de las que es difícil no adivinar el final a los cinco minutos de que empiece, es más: es imposible no conocer absolutamente todo lo que va a ocurrir hasta que llegue ese final, sin equivocarse en una sola coma.

Aunque esto no es peor, lo realmente malo es que es de esas películas en que las cosas ocurren solo porque deben ocurrir y los personajes se enamoran solo porque es una película romántica, no porque realmente el espectador sea testigo de un proceso de ningún tipo de historia de amor.

En el reparto, un poco de todo, desde los que cumplen sin sorpresas como Amanda Seyfried y Gael García Bernal, hasta el insípido Christopher Egan pasando por los veteranos, con Vanessa Redgrave a la cabeza, que únicamente están en el reparto para darle algún brillo más a un argumento manido y una realización plana.

Una película que llega conmoverte gracias al argumento tan tierno e inocente que presenta y que también demuestra que no siempre es mejor ver films de entretenimiento que contengan tiroteos, mamporros o magia. No faltan los dichos ni tampoco mensajes para el público. Lo cierto es que esta película contiene un gran valor sentimental puesto que en un mundo tan desigual los seres humanos necesitamos creer en el amor verdadero y siempre esta presente dentro de cada uno, pese a que la rutina haga que se deba guardar en un rincón bien profundo. Tal vez ese sea el punto fuerte de esta cinta, cuyo argumento empieza a cobrar más interés cuando el trío protagonista se aventura en busca del antiguo amor de Claire, Lorenzo.

Guión correcto, Dirección bastante buena, igual que la Banda Sonora. En cuanto a las interpretaciones a destacar principalmente al trío protagonista, en especial las actrices Amanda Seyfried y Vanessa Redgrave. El actor que completa el trío Christopher Egan y Gael García Bernal cumplen muy bien. Sin olvidar la aparición del gran Franco Nero.

Cartas a Julieta es una de esas películas que opta por tratar de encandilar al espectador con una trama que puede resultar tan sencilla como alocada, pero su mejunje hace que, a pesar de no resultar un peliculón, pueda ser recordada gracias a que transmite algo esencial y es que nunca es tarde para lograr aquello que uno desea, en este caso en cuanto al amor se refiere, y puesto que vida solo hay una no dudes y lánzate.
Recomiendo esta película para verla almenos una vez. Saludos.

En estas historias de amor, tengo la curiosidad de que tan conmovedora puede ser la convivencia posterior, con tanta cursilería de por medio, es como si la verdadera historia viniese después, cuando lo cotidiano y la crudeza salen a flote.
Desde el primer momento sabes lo que va a a pasar y citando a un profesor, no hace falta ser ingeniero de telecomunicaciones para saber el desenlace, casi todas las comedias románticas se rigen por este patrón.
Ni siquiera los personajes son lo suficientemente atractivos fisicamente y no sé si lo buscaron o fue simple casualidad, el que ella tenga unos ojos tan grandes y él tan pequeños; la abuela la verdad es que es muy agradable y la boda de los dos ancianos tiene cierto toque, por eso y los paisajes le doy una estrella de más, he sido capaz de verla y tal vez haya sido por su fotografía, que no es que me parezca una obra maestra, pero está por encima de la película.

Amanda Seyfried es una actriz? infantiloide y sin chispa, metida en una historia sosa que sirve como pretexto para mostrarnos los paisajes italianos tan reiterativos en los films románticos. Pero aquí lo romántico resulta intragable por vulgar y sin gracia. Redgrave está como pez fuera del agua en esta historia que no apasiona y no engancha y su presencia tampoco dignifica la historia. Y cuando finalmente aparece el buscado Lorenzo a lomos de un caballo blanco, nos da la impresión de que el tópico del principe azul se lo ha cargado Winick sobradamente.

Chica guapa, prometida y encantadora conoce a chico guapo, soltero y borde. Luego resulta que no es tan borde… Predecible de principio a fin. Si quieren verla entera no prueben a hacerlo en su sofá después de comer. He de reconocer que después de aguantar el mayor pastel de la historia (Querido John), protagonizado también por Amanda Seyfried, entendiéndose pastel como algo empalagoso, repetitivo, arquetípico y…perdón, repulsivo; me daba pereza ver esta cinta. Pero, ¡quién dijo miedo! Las hay peores. Con esfuerzo, la podrán soportar. No lo dude, si a su novia (o novio) le gusta este cine y le recrimina que usted siempre elige, déjela (o déjelo) que elija esto. Siempre mejor que ver a adolescentes romanticones que se convierten en lobo o chupan sangre. Aquí, por lo menos la protagonista no tiene cara de no haber dormido en semanas.

La narración de la historia tiene lugar en Verona, la tierra de Romeo y Julieta. Al principio podremos sentirnos engañados por un espejismo. Podremos creer que los personajes van a experimentar un viaje introspectivo, con la cultura mediterránea como telón de fondo, con sus vinos, quesos y aceites de oliva… pero nada más lejos de la realidad. Entre copas sólo hay una.