Haz click aquí para copiar la URL

Al final de la escapada

Drama. Romance Michel Poiccard (Jean-Paul Belmondo) es un ex-figurante de cine admirador de Bogart. Tras robar un coche en Marsella para ir a París, mata fortuitamente a un motorista de la policía. Sin remordimiento alguno por lo que acaba de hacer, prosigue el viaje. En París, tras robar dinero a una amiga, busca a Patricia (Jean Seberg), una joven burguesa americana, que aspira a ser escritora y vende el New York Herald Tribune por los Campos ... [+]
<< 1 20 22 23 24 28 >>
Críticas 138
Críticas ordenadas por utilidad
22 de noviembre de 2022
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta historia policiaca (si así puede llamársele) no me atrapa en ningún momento; pero eso es lo de menos. Una película bien puede tener un argumento pobrísimo (o ninguno) y ser buena...si es que las imágenes son poderosas o convincentes, y aquí no lo son. Pero lo más detestable de este bodrio es la estética feísta, machacona, repetitiva y desordenada que lo hacen insoportablemente tedioso y vacío. Y claro, como el film en sí mismo es una cagada, a "Retard" no le queda otro remedio que llenar su mierda de referencias culturales (Dylan Thomas, Renoir, Faulkner, etc). Para que luego los críticos bobos se admiren de lo culto e inteligente que es, bah.
Retard ha hecho aquí una película pésimamente editada, que hace ver a Ed Wood como John Ford. Otra cosa que me irrita es el afán (bastante evidente) de dárselas de "artista maldito" o de "rebelde", insertando escenas estúpidas que más parecen una tomadura de pelo que otra cosa.
Con razón todos estos directores de medio pelo ("Retard", "René" /Resnais, el Eric, etc) nunca han sido aceptados por el público mayoritario. Prefiero mil veces a Spielberg con su infantilismo y sus dinosaurios, que a estos pretenciosos intelectualoides de la gran puta. Amén.
MazingerZ
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de diciembre de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vi la película cuando era un adolescente. Recuerdo que sentí cosas contradictorias:me divertí, me aburrí, no entendía casi nada de lo que pasaba, me irrité, pero a la vez, por la ola de comentarios que la rodeaba, sentí que estaba ante algo importante pero que no conseguía clasificar. Todavía no había visto Hiroshima ni Los cuatrocientos golpes. Vuelvo a Sin aliento, qué hermoso título, pasados cincuenta años -mon dieu- y me sucede algo parecido:
-me divierten los cortes, la arbitrariedad, las angulaciones particulares, las actuaciones artificiales y naturales a la vez
-me aburre que la levedad y belleza no se carguen de deseo, de sensualidad, de violencia, y permanezcan epidérmicas
-no entiendo los personajes, siguen siendo arbitrarios, sin misterios, sin honduras y la delación de ella es absurda
-me molestan los mohines frente a la cámara, frente a los espejos, la seudo vitalidad
-No me gustan las entrevistas, las frases rimbombantes y huecas a la vez
Pero de todos modos vi la película con gusto, un gusto combatido, digamos. Por momentos tiene una gran vitalidad, París está filmado bellamente y de un modo inusual, ellos son dos animalitos hermosos y uno puede perderse mirando sus muecas, Belmondo es encantador y es cierto que ella hace estallar la pantalla sin hacer casi nada...
Creo que, a pesar de que no es de mis favoritas, sacándole un poco del tonto glamour y del esnobismo galopante, fue un respiro y abrió un camino diferente, junto a otras realmente bellas y profundas, aunque adolezcan de los mismos errores, como Vivir su vida o Pierrot le fou, mis favoritas.
Roberto
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8 de marzo de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film interesante y de estudiar.
Tal vez un poco enredado entender, como una historia tan simple, casi sin guión o montado sobre la marcha, demasiado ligero en producción, mucha improvisación, entre aburrida y entretenida, además altamente transgresora de la rigidez cinematográfica del momento, sea parte del principio y del fin de tanto en el cine, sobre todo de cara al hollywood de la época, encasillado en la sobreproducción, lo comercial, los mismos temas, el dramatismo tenso o el relato cerrado, de grandes producciones, cierto, como Lo que el viento se llevó, Qué fué baby Jane o Casablanca de Curtiz pero que tras unos cincuenta años continuaba haciendo lo mismo porque era altamente rentable, salvando tal vez a Hitchcock, Welles y otros pocos.
Quizá el Godard de ese momento era un simple muchacho rebelde porque si, trasgresor porque si, como muchos de su edad, tal vez el mismo no lo reconocería siendo después de eso hasta hoy, un ícono del cine de autor y bla, bla, bla…., lo cierto es que se quiera o no este film como parte de un movimiento marco pauta, para lo que es el cine, claro en conjunto con Chabrol, Truffaut y los aportes críticos del mismo Bazin, pues no se puede olvidar que la crítica formal de cine se erige como teoría seria en esta época con el inicio de Cahier du Cinéma, sin menospreciar publicaciones anteriores.
Un film de culto para cinéfilos, pero tal vez un tanto fofo y aburrido para aficionados al cine de mera diversión y palomitas de maíz; mas valioso por sus consecuencias como parte de un movimiento como la nueva ola Francesa que como una unidad. En fin, un atrevimiento que se hace ola y que amen de menoscabar las hollywoodenses le exige su renovación. Además es la época del fortalecimiento como tal del cine de autor pregonado por estos locos de La Nouvelle Vague, como renovación del cine vacío con un impulso intelectual, ideológico y creativo. Obviamente el mérito no es solo de Godard, es más bien Godard de los primeros influenciados por estos aires y sobre todo que arriesgaron en sus producciones al cambio.
Con todo y eso la película tiene frescura y naturalidad, tal vez algunas escenas largas algo fastidiosas como la conversación en la cama que se hace eterna, o la misma caminata, pero sin duda un film para verlo un par de veces.
JavierGaravito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
25 de noviembre de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cada vez que veo esta película, y lo hago con cierta frecuencia, me suscita una reflexión: después de tantos “autores” que se rebelan contra la convención, saltándose raccords, editando a hachazos o haciendo a los actores mirar a cámara evidenciando el artificio, constato que han fracasado. El grueso del cine sigue creyendo que la ficción pura y el respeto de las reglas del lenguaje cinematográfico son el camino lógico. Puede que algunos directores hayan adoptado una cierta libertad en el montaje, reclamado la improvisación durante el rodaje, coqueteado con las convenciones o desmontado la linealidad, pero las películas siguen siendo películas.

A las novelas les ha pasado algo parecido. Cortazar se saltó la linealidad con Rayuela, Cela quiso eliminar los signos de puntuación, etc. Pero las novelas siguen un esquema clásico y tiran del repertorio dramático de toda la vida. La música también ha sobrevivido al dodecafonismo o al conceptualismo de Cage, y se siguen haciendo canciones basadas en la lógica de la melodía, sea el estilo que sea. Es decir, sólo en el arte contemporáneo se han roto todas las convenciones y es el campo de experimentación plástica y conceptual de las experiencias artísticas. Las demás artes siguen creando ficción para que el espectador se la crea.

Lo que me gusta de Al final de la escapada es precisamente la ficción que encierra. Ese París palpitante en blanco y negro, la química de Seberg ante la cámara o la gamberra vida de Belmondo. Cuando Godard me quiere decir con las constantes miradas a cámara de sus actores o con ese final paródico que “esto es sólo una película, no es la realidad”, me dan ganas de contestarle que “has descubierto la pólvora, majo”. El resto de las cuestiones, como su influencia en la nouvelle vague, su posición en la historia del cine, la dejo para los estudiosos, yo quiero ficción. Y, entre tanto exceso de “autoría” la película funciona muy bien. Transmite. Del resto de la filmografía de Godard ni hablamos.
Jmpg2012
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de septiembre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Nouvelle Vague fue un movimiento cinematográfico francés que respondía a la necesidad de un pequeño grupo de intelectuales por romper con las tendencias clasicistas que devoraban el panorama cinematográfico tanto nacional como internacional, abogando, entre otras cosas, hacia una mirada personal como la demostrada en cineastas tan dispares como Orson Welles, Jean-Pierre Melville, Alfred Hitchcock o Max Ophüls. Se dice, además, que las bases esenciales sobre las que se fundamentaría tal corriente serían tres películas: “Hiroshima Mon Amour” (Alain Resnais, 1959), “Los 400 golpes” (François Truffaut, 1959) y la película que nos concierne, “Al final de la escapada”, de Jean-Luc Godard.

“Al final de la escapada” es una película diferente hija de un periodo cinematográfico de transición que le daba manga ancha para experimentar a su antojo. En este aspecto tiene importancia histórica al desarrollar innovadoras técnicas de montaje que dieron a lugar a divagaciones sobre lo que el cine puede ofrecer más allá de la pura linealidad narrativa, pero en esa búsqueda de querer romper formalmente en lo que de otro modo hubiera sido una película más convencional, también se encuentra su debilidad: un cierto descuido hacia los personajes y la historia. Aun así, nos encontramos con una película indispensable e interesante en la historia del cine.

Lee la crítica completa en: http://reelsofcinema.com/critica-al-final-de-la-escapada/
xoubara
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 20 22 23 24 28 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow