Maravillas

Añadimos en un bol una adolescente insoportable, un padre histriónico y masoquista, unos judíos junto a sus rituales, un cura, un tipo estrafalario con ojos saltones y que no para de reñir con un delincuente juvenil, unas cuantas joyas, y ya tenemos la ensalada. Eso sí: hay que tener muy en cuenta que se trata de un plato que no está al alcance de cualquiera. Pues para saborearlo y apreciar su valor es necesario ser alguien curtido en filmotecas donde solo se pasan películas de las que antes se llamaban de arte y ensayo, es decir, aquellas cuyos argumentos vienen a ser algo así como eso que decían de que como sé que te gusta el arroz con leche, te tiraré dos ladrillos por debajo de la puerta. En resumen: que por más atención que le he prestado, no le he visto ni pies ni cabeza.

"Maravillas" se realizó en una época en la que el cine sobre delincuencia juvenil, el cine quinqui, estaba en un momento álgido. La saga de "Perros Callejeros", "Colegas", "El Pico"... eran películas que intentaban plasmar parte de lo que ocurría en la sociedad de entonces. En este caso el resultado es desigual. Así, la primera parte, en la que se nos va presentado a los personajes, es floja, lenta en el sentido estricto de la palabra. Todo cambia a raiz del robo de unas joyas y las implicaciones que ello conlleva a los protagonistas. En el terreno artístico se ha de destacar (una vez más) al gran Fernando Fernán Gómez que lo borda. Completa el reparto una adolescente Cristina Marcos y varios personajes, tanto maduros como noveles, de buen nivel: Quique San Francisco, "El Pirri", Manuel Molina, Leon Klimovsky... En definitiva una película que gana con los minutos, realizada por profesionales de nivel.

Menuda rareza del cine español, con influencias del "cine quinqui", centrado en un caso de robo de joyas de una Iglesia, en el que andan de por medio una secta de Judíos Sefarditas, y unos chavales semidelincuentes, y el padre de una de ellos que es un vicioso sexual. Salen Fernndo Fernán Gómez y Quique San Francisco, y Cristina Marcos en su primer papel cinematográfico, y hasta el "Pirri"...
Debo destacar (para mal) que está pésimamente interpretada por todo el elenco, Cristina Marcos, la peor con diferencia, y no se salva ni Fernán Gómez, con un ridículo papel.
La película tiene factura y estilo parecidos a otra posterior titulada "Niño Nadie", en la que actúa Icíar Bollaín. No se por qué, pero me parecen similares, por lo pestiños que son, sobre todo...

Una auténtica joya del cine. La ví junto a mi esposa y quedamos maravillados con esta película. Este film demuestra que merece la pena disfrutar y amar el cine. Espero que nuestra hija Alba sienta el cine como parte importante de su vida.