Corazón roto

Corazón roto, consigue ofrecer una historia sencilla y acertada, con numerosas lecturas sobre: la aceptación, la reinserción social y la forma en que en ocasiones hay que luchar por salir del oscuro universo que nos rodea y nos quiere retener.

Dura, divertida, intensa, atrevida y por momentos divertida, los responsables de la película consiguen despertar el interés del espectador desde el comienzo hasta llegar a su desenlace, todo ello gracias a los dos protagonistas y su relación padre e hijo. Jeff Bridges y Edward Furlong, están estupendos en sus respectivos papeles y consiguen dar fuerza e intensidad a la película.

Ofrece buenos momentos y es posible que no deje satisfecho a todo el mundo, pero es innegable que merece la pena.

Creo que la historia daba para ofrecer un buen producto, pero al final se queda en algo que sientes que ya has visto en otras ocasiones. Eso sí, el dúo protagonista no defrauda en cuanto a calidad interpretativa.

El típico "retorno al pasado". Jack acaba de salir de prisión bajo libertad condicional, por ende está supervisado. Yo siento que de no ser así llevaría una vida aún peor, al principio me parecía que si fuese por él volvería a las viejas andanzas y por eso me sentí tan mal por el personaje de Edward Furlong, a quien su padre en la ficción intenta alejar. No se entiende bien el hecho de que el joven haya ido en su búsqueda, ya que, se nos cuenta que casi no tuvieron relación. En definitiva, el chico también quiere dejar atrás su pasado viviendo con sus tíos y por eso se aferra al padre, sabiendo que éste no tiene el menor interés de que forme parte de su mundo. Luego las cosas van cambiando y cuando uno mejora (o intenta), empieza a descarriar el otro y eso es lo más predecible de la trama.

A pesar de que se estira hasta las dos horas, cuando podría haber durado un poco menos, sí debo reconocer que la peli es entretenida. Está bien rodada, tiene un buen soundtrack pero el alma son Jeff Bridges y Edward Furlong, y es por ellos que la sigues con interés.

¡Qué espanto de póster!. En fin, recomendable.