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El tesoro de Sierra Madre

Aventuras. Western Año 1925. Fred C. Dobbs (Humphrey Bogart) decide ir a Tampico en busca de oro para salir de la miseria. Emprende el viaje con otros dos vagabundos (Walter Huston y Tim Holt), pero la codicia y la envidia que surge entre ellos les creará más problemas que cualquier dificultad del camino. (FILMAFFINITY)
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Críticas 93
Críticas ordenadas por utilidad
21 de mayo de 2008
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Huston compuso un excelente drama sobre la codicia humana. La avaricia, la ambición, el egoísmo, esa rastrera cualidad que nos devora por dentro, y en la que parece que caer está permitido. Todos queremos más y se nos perdona por ser ambiciosos, incluso a veces, parece una cualidad. Huston retrata la ambición más miserable, la codicia.

Y a por su tesoro fueron tres vagabundos americanos residentes en las calles mejicanas. Fred C. Dobbs (Humphrey Bogart), Bob Curtin (Tim Holt) y el viejo Howard (Walter Huston) acuden a la búsqueda del filón de oro que les saque de la miseria. En principio, exploran la montaña para conseguir un poco de oro con la intención de volver cuando tengan suficiente para retirarse. Eso es en principio, pero el viejo Howard que ya ha vivido mucho sabe que surgirán problemas, sabe que el oro es muy poderoso, y advierte del peligro.

Fred se cree lo suficientemente maduro como para poder sobrellevar el peso moral del oro. Fred no sabe lo que dice. Fred es el retrato que Huston nos ha dejado para la posteridad. Fred es codicia y su desquiciado personaje es memorable. Las actuaciones de Bogart y Walter Huston (padre de John) son formidables. La película no lo es menos.
Sersolo
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6 de septiembre de 2006
30 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el mismo año que "Cayo Largo", Huston rodó esta otra cinta, si no de tantas tempestades, sí de una aridez polvorienta por momentos agobiante gracias a una fotografía "sucia" y en blanco y negro de Ted McCcord, y también en parte a una "sofocante" banda sonora por el árido yermo mexicano del gran Max Steiner.

Huston acababa también de regresar de su periplo europeo como documentalista de la segunda guerra mundial, "La batalla de San Pietro", y en esta ocasión volvía a recurrir a relatos literarios, esta vez de menor magnitud, que tanto le habían gratificado. El enigmático escritor de origen escandinavo B. Traven, un aventurero tipo Jack London, quien expuso en su obra "The Treasure of Sierra Madre" algunas de sus experiencias como antiguo buscador de oro sirvieron en esta ocasión de inspiración a la imaginación del gran y polémico cineasta.

Muchas son las influencias que a lo largo de los años algunos han querido ver en ella; desde una en principio evidente relación con la obra de Von Stroheim, y en particular de su pieza maestra "Avaricia", hasta las obras literarias de la llamada generación perdida,Scott Fitzgerald y Hemingway a la cabeza...


Lo cierto es que Huston "escribe" toda una oda polvorienta al mundo de los marginados, compadeciéndose y sintiéndose miembro de ella..., haciendo al espectador partícipe de las miserias de un grupo de descastados que mendigan para comer lejos de sus raíces, o quizá cerca, porque realmente sus personajes no tienen raíces, y pese a sus miserias humanas, están fuertemente humanizados...., aunque algunos de ellos sucumban a las difíciles tentaciones que acechan nuestra existencia...

Una de las mejores interpretaciones de Bogart, quien practica durante todo el metraje una suerte de risa enigmática..., casi tanto como la del simpático Howard (genial Walter Huston, padre del cineasta, quien no en vano fue uno de los agraciados de la ceremonia de los oscar de aquel año. De hecho ha sido la única vez que un padre y un hijo reciben el galardón en un mismo proyecto) cuando al final de la película prorrumpe en estentóreas carcajadas, tomándose con demasiada filosofía la jugarreta del destino.

Bandidos, federales, helodermas, jaguares y demás peligros acechan a nuestros tres protagonistas aventureros en esta épica aventura, donde sin embargo el mayor peligro vendrá de la avaricia. Aquella avaricia que como bien profetizó el personaje de Howard viene del "oro que nos destruye...".

Una de las obras cumbres de la cinematografía mundial, y de John Huston en particular.

E S P E C T A C U L A R.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
burton
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28 de mayo de 2008
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un magnífico film. Una cinta que, partiendo de una historia sencilla y eficaz nos sumerge en un manto de suspicacia destapada con una perspicacia increíble, recurriendo a todos esos impulsos y voracidad que mostraría cualquier ser mínimamente codicioso ante lo que tienen nuestros protagonistas delante de sus narices, una voracidad resaltada gracias a la genial interpretación de Bogart dando vida a Dobbs, un tipo cuya codicia, de la que hablábamos antes, sería capaz de dejar atrás a cualquiera.

John Huston traza aquí un relato de instintos primarios encendiendo la mecha de las sensaciones más irreflexivas y precipitadas, y poniendo ante dos perdedores, dos almas por las que nadie pagaría un duro, un botín de esos a los que no haría desprecios ni el más rico de cuantos hubiese por aquella época.
La presentación, nos da una imagen muy idónea ya de nuestros dos protagonistas y les muestra desconfiados, en especial a Dobbs, sobre el cual más adelante girarán las tornas sin posibilidad alguna de remisión.

Una vez arranca, "El tesoro de Sierra Madre" resulta portentosa, no sólo por narrar con soberbia pericia las aventuras y desventuras de un trío de peculiares buscadores, sino porque Huston pone cada cosa en su sitio, y sabe en que preciso instante debe desenvolver esa reticencia de la que hacen gala algunos personajes, y que lleva a Dobbs, Howard y Curtin a extremar las precauciones y hacer de lo que debería ser un viaje del que sacar provecho, una auténtica carrera hacía las puertas de una nueva vida... que quién sabe si llegará.

No podría ser más acertada la elección de actores, que no se queda sólo en el brillante papel de Bogart, pues Tim Holt desarrolla fabulosamente un rol que parece venirle como anillo al dedo y Walter Huston está genial plano tras plano, de hecho, hasta podría decirse que nació para interpretar ese rol.
El final sólo es un excelente complemento de todo lo que hemos estado observando durante las dos horas anteriores, y indica con no menos agudeza cuales son los pormenores de una colaboración que siempre será salpicada por los temores, dudas y recelos que caracterizarían a cualquiera cuando para pasar al otro lado del río sólo hay que dar un pequeño salto, y empezar de nuevo...
Lamentablemente, empezar de nuevo nunca fue fácil.
Grandine
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25 de mayo de 2005
24 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
El crítico tiene razón: nunca he visto la codicia tan bien reflejada como en esta película. Auténtica de verdad. No pasan los años para esta obra de arte porque muestra la condición humana: así somos y me temo que nunca cambiaremos.
La escena de la pelea en el bar con esos contrapicados y contraluces supera a cualquiera del cine actual. La música de Max Steiner impagable. Hay que verla.
Misterbin
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21 de marzo de 2011
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El tesoro de sierra Madre es una de esas películas de visión obligatoria, antes de morir e inclusive después de muerto , que no tengo yo muy claro que en el otro mundo también se aplique la Ley Sinde o haya que pagar cánones digitales. Y es que en este caso, obligación y devoción van unidas del brazo y es un absoluto gustazo paladear un guión excelente y el trabajo de unos actores como Humphrey Bogart y Walter Huston, padre del director, John Huston que logra aquí uno de los trabajos más perfectos de su carrera.

Y es que si alguien se preguntó alguna vez en qué consiste la fiebre del oro, esta película le desvelará los síntomas de una enfermedad incurable y para la que no existe vacuna posible. El mal humor, el resentimiento continuo, la temática obsesiva, la agresividad, etc, son signos de la sintomatología de una enfermedad sin curación y que frecuentemente conlleva la muerte más como daño colateral que como daño en sí mismo.

Bogart, aún no tan sui-géneris, se marca una interpretación espectacular. Su personaje de gringo en tierra mejicana, mendigando trabajo o unos pocos pesos para sobrevivir es uno de esos ejemplos cinematográficos de la cruda realidad de la supervivencia en tierra extraña, en la misma línea de Las uvas de la ira, y que en ese tránsito desde la mendicidad a la fortuna, voluble, caprichosa e irónica, acabará perdiendo el oremus y ganando billetes para el otro barrio.

California versus Pamplico, uvas versus oro, Bogart versus Fonda, pero en el fondo las mismas iras, los mismos sueños y las mismas pesadillas. Y aquí aparece Walter Huston en su papel oscarizado de veterano en mil batallas auríferas, bon vivant, barquero de verdades contundentes, cuerdo en el país de la locura, seny y figura hasta la sepultura. Su carcajada final es todo un canto resignado al destino que juega con el hombre al tu eres veleta y yo soplo, te zarandeo y me rio de ti. Papá Huston tiene dos opciones, pegarse un tiro amargado de la vida o reírse a carcajada batiente como diciéndole a la providencia conmigo no vas a poder.

Y es que ya lo dijo Peret: Y es preferible, reír que llorar…
FATHER CAPRIO
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