Los niños de Winton
3.431
Drama
Un joven corredor de bolsa británico, Nicholas "Nicky" Winton (Anthony Hopkins), ayudó a rescatar a cientos de niños de los nazis en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, con la ayuda de su madre (Helena Bonham Carter). Un acto de compasión casi olvidado durante 50 años, y del que Nicky vive atormentado por los fantasmas de los niños a los que no pudo rescatar, culpándose por no haber hecho más. (FILMAFFINITY)
21 de marzo de 2024
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Los niños de Winton" es una de esas historias inspiradoras que narran cómo una “persona corriente” consiguió hacer algo extraordinario. Nicholas Winton, agente de bolsa británico, organizó una serie de evacuaciones para trasladar a infantes desde Praga hasta Londres en vísperas de la inminente invasión nazi. En total, consiguió salvar a casi setecientos pequeños con ayuda de un grupo de aliados.
Basada en hechos reales, la película transita entre el presente y el pasado a través de flashbacks. Esta alternancia se justifica, más allá de lo expositivo, por el hecho de que aquello acontecido aún persigue a Nicholas; este se culpa de no haber podido haber hecho más, de no haber podido salvarlos a todos.
Junto a una correcta puesta en escena y un buen trabajo de ambientación que permite al espectador viajar en el tiempo, "Anthony Hopkins" se postula como el principal atractivo del film. Su mirada transmite el tormento con el que aún carga el protagonista, así como la bondad y la honestidad de alguien que actuó por principios y no en busca de renombre
"James Hawes" sigue la estela de esos relatos de los “ángeles” que, como en "La lista de Schindler", actuaron para ayudar a aquellos que estaban en peligro durante el auge del nazismo y la expansión que derivó en la Segunda Guerra Mundial. Así, "Los niños de Winton" nos deja una emotiva crónica de los resquicios de esperanza en el infortunio y la bondad humana frente al terror, la violencia y las guerras. Un ejemplo donde los valores se ponen en práctica y no solo se llevan como un mero estandarte.
www.contraste.info
Basada en hechos reales, la película transita entre el presente y el pasado a través de flashbacks. Esta alternancia se justifica, más allá de lo expositivo, por el hecho de que aquello acontecido aún persigue a Nicholas; este se culpa de no haber podido haber hecho más, de no haber podido salvarlos a todos.
Junto a una correcta puesta en escena y un buen trabajo de ambientación que permite al espectador viajar en el tiempo, "Anthony Hopkins" se postula como el principal atractivo del film. Su mirada transmite el tormento con el que aún carga el protagonista, así como la bondad y la honestidad de alguien que actuó por principios y no en busca de renombre
"James Hawes" sigue la estela de esos relatos de los “ángeles” que, como en "La lista de Schindler", actuaron para ayudar a aquellos que estaban en peligro durante el auge del nazismo y la expansión que derivó en la Segunda Guerra Mundial. Así, "Los niños de Winton" nos deja una emotiva crónica de los resquicios de esperanza en el infortunio y la bondad humana frente al terror, la violencia y las guerras. Un ejemplo donde los valores se ponen en práctica y no solo se llevan como un mero estandarte.
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25 de mayo de 2024
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
...pero película mal edificada.
Los británicos hacen la habitual exhibición de ambientación, vestuarios e interpretaciones (véase al sr. Hopkins).
Entonces, ¿cómo es posible que me haya aburrido en la sala?
Quizás culpa mía; o, quizás, es que esta historia real daba para mucho más. Pero lo que recuerdo al cabo de un par de semanas es algo parecido a un documental dramatizado de bajo presupuesto. Y, obviamente, no era eso.
Los británicos hacen la habitual exhibición de ambientación, vestuarios e interpretaciones (véase al sr. Hopkins).
Entonces, ¿cómo es posible que me haya aburrido en la sala?
Quizás culpa mía; o, quizás, es que esta historia real daba para mucho más. Pero lo que recuerdo al cabo de un par de semanas es algo parecido a un documental dramatizado de bajo presupuesto. Y, obviamente, no era eso.
22 de marzo de 2024
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crítica de Los niños de Winton (One Life), una historia basada en hechos reales dirigida por James Hawes y protagonizada por Anthony Hopkins. En cines el 22 de marzo de 2024.
A veces el cine se convierte en la celebración de la vida de personas hicieron un gran bien en momentos desesperados: eso es Los niños de Winton, básicamente. Y comparte muchas cosas con una de las mejores películas de la Historia del Cine como es la magnífica La lista de Schindler, aunque no alcance a tener ni una calidad cinematográfica tan firme ni un discurso tan potente.
La primera es que, en ambos casos, estamos ante una adaptación literaria. Los niños de Winton bebe del thriller inspirado en hechos reales del mismo título escrito por Fabiano Massimi autor, asimismo, de El ángel de Múnich.
Además, como es obvio, comparte con aquella la temática, aunque centrada en un colectivo muy concreto como fueron los niños checos de cuya supervivencia dependía la evacuación antes de que las tropas nazis tomaran Praga.
A partir de este punto aparecen divergencias de calado: Spielberg nos mostró a un tipo situado en una dudosa frontera moral que comenzaba su labor por mero interés personal, mientras que aquí conocemos a un hombre íntegro y entregado de pies a cabeza en todo momento. No hay fisuras, solo un gratificante reconocimiento tardío a la gesta que lideró junto a otras personas comprometidas.
Los niños de Winton nos presenta a un maduro Nicholas que, por diversas razones, empieza a recoger su despacho y a poner en valor la valiente decisión que tomó, junto a un grupo de personas, de tratar de salvar in extremis a los niños más vulnerables que se hallaban refugiados en campamentos provisionales en el preludio de la Segunda Guerra Mundial.
A medida que los planes expansionistas del III Reich se recrudecen, la necesidad de encontrar hogares de acogida y de solicitar visados para los más pequeños se vuelve urgente.
Sin embargo, Nicky no es más que un corredor de bolsa que tiene que responder ante sus jefes y solo con la ayuda inestimable de su madre y sus colegas conseguirá ir llenando trenes de niños a la espera de un futuro mejor. A través de flashbacks iremos recordando cómo consiguieron abrir una red de colaboradores para salvar vidas.
No es lo normal que una persona que se autodefine como agnóstica y que no tiene una implicación personal directa, decida poner toda la carne en el asador para ayudar a otros de forma desinteresada. Así que el homenaje a Nicholas Winton en la película, titulada en versión original One Life, está más que justificado.
Los números resultan aterradores y se ponen sobre la mesa tal cual en las conversaciones que se producen entre los personajes, resultando por momentos demasiado explicativa. Es una película que quiere emocionar y que, en ocasiones, fuerza este objetivo con una música muy melodramática.
Quien en verdad apela de una forma directa a las emociones del espectador, sin subterfugios ni adornos, es un sensacional Anthony Hopkins que nos regala una de sus interpretaciones más conmovedoras de su carrera, sin miedo a romperse ante la cámara a lágrima viva, algo bastante inusual y muy arriesgado. La música, con violines subrayando lo evidente, a menudo sobra.
Su alter ego joven queda en manos de un también excepcional Johnny Flynn (El sastre de la mafia), que se ha dejado la piel en la película.
Donde la película encuentra su punto más débil es en la factura técnica: no hay una apuesta estética que se desmarque de los estándares y eleve la propuesta sobre la media. Toda la puesta en escena es demasiado limpia y clásica sin que haya mucho margen para el realismo que la historia demanda a gritos. Con el enfoque apropiado sería una cinta excepcional.
A pesar de esta circunstancia, Los niños de Winton es una película muy recomendable para aquellos que necesiten recuperar la fe en la humanidad y en la capacidad de marcar la diferencia de individuos concretos. No deja de ser una cinta inspiradora de la que podemos seguir aprendiendo a día de hoy cuando tenemos encima una crisis humanitaria brutal y movimientos migratorios masivos.
Puntuación: 6 sobre 10.
A veces el cine se convierte en la celebración de la vida de personas hicieron un gran bien en momentos desesperados: eso es Los niños de Winton, básicamente. Y comparte muchas cosas con una de las mejores películas de la Historia del Cine como es la magnífica La lista de Schindler, aunque no alcance a tener ni una calidad cinematográfica tan firme ni un discurso tan potente.
La primera es que, en ambos casos, estamos ante una adaptación literaria. Los niños de Winton bebe del thriller inspirado en hechos reales del mismo título escrito por Fabiano Massimi autor, asimismo, de El ángel de Múnich.
Además, como es obvio, comparte con aquella la temática, aunque centrada en un colectivo muy concreto como fueron los niños checos de cuya supervivencia dependía la evacuación antes de que las tropas nazis tomaran Praga.
A partir de este punto aparecen divergencias de calado: Spielberg nos mostró a un tipo situado en una dudosa frontera moral que comenzaba su labor por mero interés personal, mientras que aquí conocemos a un hombre íntegro y entregado de pies a cabeza en todo momento. No hay fisuras, solo un gratificante reconocimiento tardío a la gesta que lideró junto a otras personas comprometidas.
Los niños de Winton nos presenta a un maduro Nicholas que, por diversas razones, empieza a recoger su despacho y a poner en valor la valiente decisión que tomó, junto a un grupo de personas, de tratar de salvar in extremis a los niños más vulnerables que se hallaban refugiados en campamentos provisionales en el preludio de la Segunda Guerra Mundial.
A medida que los planes expansionistas del III Reich se recrudecen, la necesidad de encontrar hogares de acogida y de solicitar visados para los más pequeños se vuelve urgente.
Sin embargo, Nicky no es más que un corredor de bolsa que tiene que responder ante sus jefes y solo con la ayuda inestimable de su madre y sus colegas conseguirá ir llenando trenes de niños a la espera de un futuro mejor. A través de flashbacks iremos recordando cómo consiguieron abrir una red de colaboradores para salvar vidas.
No es lo normal que una persona que se autodefine como agnóstica y que no tiene una implicación personal directa, decida poner toda la carne en el asador para ayudar a otros de forma desinteresada. Así que el homenaje a Nicholas Winton en la película, titulada en versión original One Life, está más que justificado.
Los números resultan aterradores y se ponen sobre la mesa tal cual en las conversaciones que se producen entre los personajes, resultando por momentos demasiado explicativa. Es una película que quiere emocionar y que, en ocasiones, fuerza este objetivo con una música muy melodramática.
Quien en verdad apela de una forma directa a las emociones del espectador, sin subterfugios ni adornos, es un sensacional Anthony Hopkins que nos regala una de sus interpretaciones más conmovedoras de su carrera, sin miedo a romperse ante la cámara a lágrima viva, algo bastante inusual y muy arriesgado. La música, con violines subrayando lo evidente, a menudo sobra.
Su alter ego joven queda en manos de un también excepcional Johnny Flynn (El sastre de la mafia), que se ha dejado la piel en la película.
Donde la película encuentra su punto más débil es en la factura técnica: no hay una apuesta estética que se desmarque de los estándares y eleve la propuesta sobre la media. Toda la puesta en escena es demasiado limpia y clásica sin que haya mucho margen para el realismo que la historia demanda a gritos. Con el enfoque apropiado sería una cinta excepcional.
A pesar de esta circunstancia, Los niños de Winton es una película muy recomendable para aquellos que necesiten recuperar la fe en la humanidad y en la capacidad de marcar la diferencia de individuos concretos. No deja de ser una cinta inspiradora de la que podemos seguir aprendiendo a día de hoy cuando tenemos encima una crisis humanitaria brutal y movimientos migratorios masivos.
Puntuación: 6 sobre 10.
23 de marzo de 2024
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Los niños de Winton" está caracterizada por una maestría técnica indudable, como suelen estilar los productos históricos del país insular. Acompañado a ello, otorga unas interpretaciones de gran calibre. Destaca primordialmente una Bonham Carter que no pierde su esencia. Comprometida con su trabajo, ofrece una labor actoral seria, pero con su toque entrañable icónico.
La trama primeramente resulta poco cautivadora al ser la enésima revisión de los acontecimientos sucedidos en continente europeo durante la década los 40 del siglo pasado. De todos modos, bien es cierto que es un suceso en pocas ocasiones mostrado. Sin embargo, durante su nudo el celuloide resulta soporífero. No es problema de Hawes ni del casting, es una involuntaria dejadez del espectador. El periódico bombardeo, si no resulta soez emplear este término ahora, en el séptimo arte del tópico del Tercer Reich ha curado de espanto a gran parte de la sociedad, haciéndoles incapaz de sentir grandes emociones ante las barbaridades cometidas por el fascismo alemán.
Contra todo pronóstico, el audiovisual en su última media hora mejora con creces. Llenos de emoción no sentimentaloide y mezclando la veracidad con las licencias fílmicas imprescindibles, el desenlace es capaz de dignificar todo lo anteriormente proyectado y dejar en el paladar un sabor dulce.
En definitiva, Los niños de Winton es un biopic que consigue coronarse como notable gracias a un sobresaliente final, una ejemplar ambientación y unas honorables actuaciones. Lástima que la incapacidad de ser una obra maestra esté lastrada por una reiteración cinematográfica constante. Es de buen recibo su originalidad, pero no es suficiente.
La trama primeramente resulta poco cautivadora al ser la enésima revisión de los acontecimientos sucedidos en continente europeo durante la década los 40 del siglo pasado. De todos modos, bien es cierto que es un suceso en pocas ocasiones mostrado. Sin embargo, durante su nudo el celuloide resulta soporífero. No es problema de Hawes ni del casting, es una involuntaria dejadez del espectador. El periódico bombardeo, si no resulta soez emplear este término ahora, en el séptimo arte del tópico del Tercer Reich ha curado de espanto a gran parte de la sociedad, haciéndoles incapaz de sentir grandes emociones ante las barbaridades cometidas por el fascismo alemán.
Contra todo pronóstico, el audiovisual en su última media hora mejora con creces. Llenos de emoción no sentimentaloide y mezclando la veracidad con las licencias fílmicas imprescindibles, el desenlace es capaz de dignificar todo lo anteriormente proyectado y dejar en el paladar un sabor dulce.
En definitiva, Los niños de Winton es un biopic que consigue coronarse como notable gracias a un sobresaliente final, una ejemplar ambientación y unas honorables actuaciones. Lástima que la incapacidad de ser una obra maestra esté lastrada por una reiteración cinematográfica constante. Es de buen recibo su originalidad, pero no es suficiente.
28 de marzo de 2024
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Lazos de Vida o Los Niños de Winton”, es un film protagonizado por el inglés Antony Hopkins y esta lleno de emociones tras el hombre que rescato a 669 niños antes que comenzará la segunda guerra mundial.
No vamos a descubrir el magnetismo del gran actor que es Antony Hopkins, prenda de garantía del dos veces ganador del Oscar en “El Silencio de los inocentes” y “El Padre”. El inglés encarna a un joven corredor de bolsa británico, Nicholas "Nicky" Winton, ayudó a rescatar a cientos de niños de los nazis en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, con la ayuda de su madre (Helena Bonham Carter). Un acto de compasión casi olvidado durante 50 años, y del que Nicky vive atormentado por los fantasmas de los niños a los que no pudo rescatar, culpándose por no haber hecho más. Eso lo mantiene atormentado por el destino de los niños que no pudo llevar a un lugar seguro en Inglaterra. No es hasta que un programa de televisión en vivo de la BBC, '¡Eso es la vida!', lo sorprende al presentarle a algunos sobrevivientes vinculados a sus acciones del pasado.
Esta cinta basada en el libro “Si no es imposible: La vida de Sir Nicholas Winton” de Barbara Winton, su esposa y se llama “Lazos de vida” en español . Se estrenó el en el Festival Internacional de Cine de Toronto y como temática se sitúa en ese complejo escenario del advenimiento de la segunda guerra mundial en Praga y su batalla contra la burocracia del gobierno británico para permitir que los niños en peligro ingresen al Reino Unido. En comparación con cintas como “La Lista de Schindler” o “El Pianista”, no tiene la potencia de las imágenes y atrocidades que evita mostrar pero están latentes en el peligro que corrieron una red de voluntarios que se unieron a este corredor de bolsa de vida acomodada que recibió un llamado de conciencia acudiendo y gestionando junto a su familia y diplomáticos este rescate masivo del cual se dice que hay más de 6.000 descendientes de ese rescate.
La película es dirigida por el director James Hawes que la presenta como un trabajo lacrimógeno, lleno de emociones ya que la historia presentada es muy abrumadora como para no tener algún efecto en cualquiera que la vea. Presente y pasado se presentan pero a medida que Hopkins, de 85 años, ha envejecido, su poder como actor ha dado paso a una profunda vulnerabilidad que se trasunta y acerca al espectador . Si viene cierto este trabajo no ofrece mucho de lo que ya hemos visto antes, pero en una escala menos cinematográfica el solo hecho de tener el deleite de Hopkins en pantalla y explorar un punto de luz en uno de los capítulos más oscuros de la humanidad es bastante satisfactorio como para perdérsela.
No vamos a descubrir el magnetismo del gran actor que es Antony Hopkins, prenda de garantía del dos veces ganador del Oscar en “El Silencio de los inocentes” y “El Padre”. El inglés encarna a un joven corredor de bolsa británico, Nicholas "Nicky" Winton, ayudó a rescatar a cientos de niños de los nazis en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, con la ayuda de su madre (Helena Bonham Carter). Un acto de compasión casi olvidado durante 50 años, y del que Nicky vive atormentado por los fantasmas de los niños a los que no pudo rescatar, culpándose por no haber hecho más. Eso lo mantiene atormentado por el destino de los niños que no pudo llevar a un lugar seguro en Inglaterra. No es hasta que un programa de televisión en vivo de la BBC, '¡Eso es la vida!', lo sorprende al presentarle a algunos sobrevivientes vinculados a sus acciones del pasado.
Esta cinta basada en el libro “Si no es imposible: La vida de Sir Nicholas Winton” de Barbara Winton, su esposa y se llama “Lazos de vida” en español . Se estrenó el en el Festival Internacional de Cine de Toronto y como temática se sitúa en ese complejo escenario del advenimiento de la segunda guerra mundial en Praga y su batalla contra la burocracia del gobierno británico para permitir que los niños en peligro ingresen al Reino Unido. En comparación con cintas como “La Lista de Schindler” o “El Pianista”, no tiene la potencia de las imágenes y atrocidades que evita mostrar pero están latentes en el peligro que corrieron una red de voluntarios que se unieron a este corredor de bolsa de vida acomodada que recibió un llamado de conciencia acudiendo y gestionando junto a su familia y diplomáticos este rescate masivo del cual se dice que hay más de 6.000 descendientes de ese rescate.
La película es dirigida por el director James Hawes que la presenta como un trabajo lacrimógeno, lleno de emociones ya que la historia presentada es muy abrumadora como para no tener algún efecto en cualquiera que la vea. Presente y pasado se presentan pero a medida que Hopkins, de 85 años, ha envejecido, su poder como actor ha dado paso a una profunda vulnerabilidad que se trasunta y acerca al espectador . Si viene cierto este trabajo no ofrece mucho de lo que ya hemos visto antes, pero en una escala menos cinematográfica el solo hecho de tener el deleite de Hopkins en pantalla y explorar un punto de luz en uno de los capítulos más oscuros de la humanidad es bastante satisfactorio como para perdérsela.
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