Es difícil encontrar defectos en las películas de Billy Wilder. Esta película me parece extraordinaria por diferentes motivos, entre los cuales el que más destacaría es el tono de comedia sofisticada que mantiene el pulso a través de ingeniosos diálogos y situaciones de enredo durante toda la proyección, amén de la magnífica interpretación de Audrey Hepburn.

Sin embargo, a mi modo de ver, tiene varios defectos importantes:

1) el primero quizás sea la elección de los actores, no creo que fueran los más adecuados.

2) y el segundo y más importante es que los personajes representados por los dos hombres que aspiran a conquistar el corazón de la muchacha no son creíbles a día de hoy.

Supongo que tal vez en el momento de rodaje de la película estaba de moda el romanticismo, o mejor dicho, la comedia romántica, en el cine, pero posteriormente el género comenzó a tratarse de un modo más natural y espontáneo, sin la pesadez de imágenes y escenas demasiado tópicas.

No obstante, la mano de Billy Wilder se nota... y mucho. Películas del mismo estilo que hoy apenas pueden ser soportadas por la falta de imaginación, en este caso mantiene muy bien la atención del espectador gracias al talento de guionistas y director.