Haz click aquí para copiar la URL

Vengadores: Endgame

Ciencia ficción. Fantástico. Acción Después de los eventos devastadores de 'Avengers: Infinity War', el universo está en ruinas debido a las acciones de Thanos, el Titán Loco. Con la ayuda de los aliados que quedaron, los Vengadores deberán reunirse una vez más para intentar deshacer sus acciones y restaurar el orden en el universo de una vez por todas, sin importar cuáles son las consecuencias... Cuarta y última entrega de la saga "Vengadores". (FILMAFFINITY)
Sublimación superheróica
Existen docenas de maneras de trazar un comentario, una crítica o un análisis de un producto como "Vengadores: Endgame". Podría utilizarse para hablar de la serialización en el apogeo de los ‘blockbusters’, que no es nueva en sí misma y que han practicado, con mejor o peor acierto, desde Charles Dickens en literatura hasta George Lucas en la pantalla, pero que ha sido llevada al apogeo cinematográfico por las producciones de Marvel (el ejemplo perfecto de ello puede ser "X-Men: Apocalipsis", una película que es prácticamente inútil vista como producto singular, pero que resulta imprescindible como elemento de un serial). Se podría analizar "Endgame" como símbolo palmario de una comercialización del cine a nivel planetario, una estrategia crematística que lleva a que medio mundo espere con ansiedad la aparición de un producto durante más de un año. Y también como una apuesta basada en la audacia: la paciente creación de un universo cinematográfico que se alimenta de sí mismo (ya presente en los cómics originales, cierto), una creación cosmogónica con personajes que nutren todas las tramas posibles, que se entrecruzan entre ellas influyendo e incluso decidiendo sus desarrollos y que exige del espectador su conocimiento previo (paciente porque resulta insólito que películas como "Los Vengadores" o "Capitán América: El soldado de invierno", estrenadas en 2012 y 2014 contengan claves aplicables a "Endgame", estrenada en 2019).

Pero también podría analizarse "Vengadores: Endgame" desde un lado menos reflexivo y más pasional: el del Marvelita de corazón. De modo que apostemos por esto último, porque para un ‘fan’ de Marvel esta película es LA película. La culminación de un viaje de 11 años que comenzó en 2008 con "Iron Man". Un viaje en el que ya han dejado de importar las “Fases” en las que lo ha dividido Marvel porque ya ha dejado de importar toda racionalización. Porque "Endgame" es todo lo que se puede esperar, y más.



Hace un año, "Vengadores: Infinity War" nos dejaba atónitos con un final desolador que, en realidad, no era más que la inconclusa mitad del segundo acto de una trama que abarcaría dos películas. Aquí llegan el desenlace de ese segundo acto, el tercero y varios epílogos. La majestuosidad de "Endgame" tiene muchos pilares, pero el principal de ellos es el de aportar la sensación de que hemos llegado a Ítaca. Y de que el viaje ha sido tan impresionante como el lugar en el que desembarcamos. "Endgame" no solo es un cierre por todo lo alto, sino que es la resolución de decenas de tramas abiertas a lo largo del camino, la sublimación heroica de sus personajes y la confirmación de que todos ellos han jugado su papel, en una apoteosis de la coralidad.

El principal misterio narrativo de "Endgame" era, ante todo, saber si los superhéroes muertos en "Infinity War" volverían a la vida. Este era el anzuelo que nos dejó clavados en las butacas hace un año, tan incrustados que podría decirse que aún seguíamos allí. Y, por descontado, quién sería la clave de su presunto regreso. Entre tanta pasión, quizá nos olvidamos un tanto de que Los Vengadores son un grupo y, por tanto, que jamás habrá un solo protagonista, por mucho que Iron Man y el Capitán América ejerzan a menudo de líderes. El estreno de "Capitana Marvel" nos hizo creer que el personaje podía ser una clave fundamental. Y lo es, pero también es esencial la sorprendente y decisiva participación de Nebula. Pero no más que la de un singular Ant Man, que cobra un inusitado protagonismo. Y no más que la de Hulk. Y no más que la de Viuda Negra y Ojo de Halcón (aquí bajo la personalidad de Ronin), dos personajes un tanto apartados hasta el momento de los principales cimientos narrativos. No es casualidad que sea este último el protagonista del prólogo, en detrimento de otros personajes más "importantes".



El guion de "Endgame" hace que resulte inútil enumerar las apariciones de todos los superhéroes que participan, porque hasta el personaje más gregario posee su momento de protagonismo. Y, sin desvelar la trama, hay entre ellos muchos cuya presencia supone toda una sorpresa. Hablamos de un ‘blockbuster’, pero ya quisieran muchas películas pretendidamente "serias" servirse de un guion tan meticuloso y tan extraordinariamente engarzado en su unión de diferentes planos narrativos, tan acertado a la hora de combinar diálogos densos y profundos con réplicas cómicas (aunque, en este sentido, Thor se lleve la peor parte como protagonista de situaciones demasiado extendidas) y tan pertinente en su afán de romper expectativas para alejarse del cualquier acomodo narrativo. Cada secuencia resulta imprevisible, cada nuevo movimiento, sorprendente, cada nuevo cambio tonal, insospechado. Un guion que habla de heroísmo, por descontado, pero también de la esencia que nos hace humanos, de venganza ("somos Los Vengadores, no Los Preventores", afirma un afligido Iron Man), pero también de altruismo. Y que llama también al poder de las superheroínas (atentos a la exhibición de "Poder femenino" que contiene uno de los momentos de la batalla final).

Un guion que se convierte en asombrosas imágenes de la mano de los hermanos Russo, creadores de una fastuosa puesta en escena que combina recursos con soltura casi insultante, que utiliza el plano secuencia con la medida exacta, que juega con la profundidad de campo para realzar la contundencia de unas imágenes ya de por sí enérgicas. Los Russo actúan con la precisión de un reloj atómico para llenar el primer tercio de metraje de un tono sombrío, asfixiante y mortuorio que virará hacia el desenfado en la parte central, para tornarse en heroico y vitalista en el definitivo último acto, en el que estará presente una memorable combinación de drama, comedia, aventuras y acción, un paroxismo genérico al alcance de muy pocos creadores. Y no es poca cosa buscar la valía justa de cada movimiento de cámara en un ‘blockbuster’. Los Russo culminan su labor en un último tramo de película que supone la apoteosis digital más extraordinaria vivida en una sala de cine. Una sobredosis de excitación que desembocará en varios epílogos concatenados, cada uno más emotivo que el anterior.



Resultará complicado, para cualquier amante de Marvel, mantener la cordura crítica ante una película como "Endgame", ante una culminación de tal calibre. De modo que no cabe sino dar las gracias a Kevin Feige "el jefe de todo esto", el visionario que cuando fue nombrado jefe del Estudio en 2007 se rodeó de expertos en cómics y diseñó un plan tan ambicioso como aparentemente suicida. Y, cómo no, a Joss Whedon, el hombre de "Los Vengadores" y de "La era de Ultrón". Y, claro está, a los hermanos Russo, los directores que han culminado el proceso, que hicieron carne al Capitán América en "El Soldado de Invierno", que se atrevieron a filmar a los héroes enfrentados en "Civil War" y que han entregado las dos últimas películas del grupo vengador. Son quienes han logrado que volviésemos a la adolescencia, al espectador que fuimos, asombrado ante la Magia del Cine, y quienes nos han hecho olvidar un tanto al espectador que somos, ciertamente más fatigado.

Cuando, en nuestra niñez, comenzábamos a leer cómics de Marvel con asombrados ojos infantiles, poco imaginábamos que íbamos a llegar a vivir en una sala de cine las tres horas de magia que ofrece "Vengadores: Endgame". Y, por si aún quedasen intactas entre los espectadores algunas lágrimas de emoción, la película contiene, sí, el último ‘cameo’ de Stan Lee. "Make love, not war" son las últimas palabras que pronuncia en una pantalla el hombre que creó todo este Universo hace casi 60 años. El hombre que nos ha acompañado en otro viaje, el vital. ¡Excelsior!
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
arrow