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Instinto maternal

Drama. Thriller Alice y Céline son dos amigas que tienen una relación especial. Viven con sus familias en los suburbios bruselenses de los 60, en dos idénticas casas adosadas de clase media. Han transmitido su vínculo a sus hijos de ocho años, Théo y Maxime, que han crecido juntos y son como hermanos. Sus maridos también comparten una complicidad similar, y las dos familias prácticamente viven como si fueran una sola. Pero un día, llega la tragedia ... [+]
Mujeres ante la tragedia
Tres años después del estreno en España de su TV Movie "Santuario", que se sumergía en los atentados perpetrados por los GAL a mediados de los años 80, el belga Olivier Masset-Depasse entrega su tercera película, en la que se aparta de los modos de su obra anterior para sumergirse en un melodrama de hechuras clásicas y de hondo contenido dramático. Una obra sentida y audaz, que explora a dos mujeres encerradas en un asumido papel femenino, que pueden funcionar como espejos o como imágenes antitéticas.

Alice y Céline son dos amigas unidas por una estrechísima relación, vecinas en sus casas adosadas de un suburbio de Bruselas en los años 60. Sus familias han estrechado lazos hasta el punto de que sus dos hijos pequeños han sido criados casi como hermanos. Un día, en un ejemplo de la ocasional futilidad de la existencia, el hijo de Céline muere en un accidente casero que es presenciado por Alice, sin poder evitar la tragedia. Un suceso que llevará a Céline a acusar a su amiga de no haber hecho todo lo posible por salvar la vida de su hijo.



La fragilidad de la vida humana y la endeblez de las relaciones interpersonales son las cuestiones sobre las que, en un principio, reflexiona "Instinto maternal". Sin embargo, también se arriesga a abarcar otros muchos temas en su desarrollo dramático, asuntos como la lealtad, los celos, el arribismo o la confortabilidad burguesa y, en especial, el papel de las mujeres en el orden de una sociedad sostenida por códigos masculinos. Todo ello gracias a un guion que se presenta lleno de caminos, unos más explorados que otros, pero siempre presentes en una apuesta ambiciosa y casi temeraria por la amplitud de sus intenciones.

Hemos dicho que "Instinto maternal" es un melodrama, y lo es en toda regla, pero en sus imágenes también se desliza un thriller que poco a poco va tomando protagonismo, en especial desde el momento en que el complejo de culpa comience a dejar de ser un tema subyacente y aflore en el relato: cuando Alice se percate de que Céline la imputa en la muerte de su hijo, entrará en una espiral de desafección hacia sí misma en la que llegará a preguntarse si realmente pudo haber intervenido en la tragedia, a lo que se suma la idea de que su amiga la culpe por el solo hecho de seguir viva y pretenda castigarla.

"Instinto maternal" basa su envite en la intensidad de unas imágenes que llenan cada encuadre de emotividad o de reflexión. Imágenes que abrazan una atmósfera 'retro' ante las que no sería aventurado invocar el nombre, palabras mayores, de Douglas Sirk. Tampoco resultaría aleatorio recordar a Hitchcock según el relato se va empapando de negrura y de dobles sentidos, atrapados por cierto aire de crueldad, en especial en el densísimo trabajo de las actrices con sus miradas y movimientos dentro del encuadre, porque en cada secuencia late un fondo de oscuridad que contrasta con los soleados exteriores que se presentan en el relato.



Por el contrario, la mayor parte del metraje de la película encierra a los personajes en sus casas, emblemas de su comodidad burguesa, del bienestar de unas existencias que se desarrollan según lo establecido y que se verán alteradas, como en todo buen melodrama, por el peso ineludible del azar. Alice y Céline representan un juego de espejos (Masset-Depasse las convierte casi en estereotipos hollywoodienses) que pueden reflejar tanto su imagen como el vacío, al igual que sus claustrofóbicos hogares son arquetipos de una vida que se revelará como aceptada por obligación en el momento que una de las dos se aparte, a los ojos de la otra, de la existencia asumidamente convencional a la que se han comprometido.

"Instinto maternal" invoca a un cine de otro tiempo (hemos mencionado a Sirk, pero no estaría lejos tampoco la crueldad de Chabrol), representado en una estética clásica que se muestra a las claras en la paleta de colores de una fotografía abundante en tonos pastel, entre la que explotan los verdes de los vestidos de Céline, y de una banda sonora orquestal propia de los 50 y 60.

Y entre tanta variedad de elementos, "Instinto maternal", una película de aspecto clásico y espíritu moderno, se convierte finalmente en una reflexión sobre el papel de las mujeres en un mundo sistematizado y férreo que cualquier elemento azaroso puede desmoronar. Las mujeres condenadas a ser guardianas de sus casas, jaulas doradas en las que la estabilidad vive en el brillo de la invisible mazmorra, y a la dedicación a la cría de sus hijos, cachorros que perpetuarán el orden establecido.
Escrita por Miguel Ángel Palomo (FilmAffinity)
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