Curiosa

Marie de Régnier fue una de las poetas francesas más importantes en la Francia de la primera mitad del siglo XX, bajo el seudónimo de Gérard d'Houville. Llegó a recibir en 1958 el Gran Premio de Poesía de la Academia francesa. Pero también fue una mujer que hizo bandera de su libertad individual y que sometió a conflicto muchos de los esquemas sociales (machistas y clasistas, por descontado) de su época. Con objeto de pagar las deudas acumuladas por su padre, Marie llegó a casarse con el poeta Henri de Regnier, pero al mismo tiempo fue la amante del poeta y fotógrafo Pierre Louÿs, con quien se embarcó en una relación que se movió entre la pasión y la destrucción. Louÿs, obsesionado por la fotografía erótica, supuso para Marie de Régnier tanto una válvula de escape como un apoyo para reivindicarse a sí misma y para aprender, en su compañía, a desembarazarse de muchos tabúes ("Quiero ser fotografiada en poses que la moral no aprueba", asegura Marie), al tiempo que conoció la voracidad de una pasión que puso llegar a consumirla, al comprobar que los celos ante otras conquistas de Pierre también formaban parte de sí misma.

La debutante cineasta francesa Lou Jeunet, curtida hasta ahora en los terrenos televisivos, muestra su querencia por moverse en universos femeninos (y feministas) y se vuelca en la figura de Marie de Régnier (una apabullante Noémie Merlant, la inolvidable Marianne de "Retrato de una mujer en llamas") con una obra delicada y atenta, sensible y minuciosa, en la que, sin embargo, está presente un fuego interior que la convierte en una de las películas más combativas del año. La reivindicación de la libertad de las mujeres frente a las opresiones sociales es una de sus banderas, sí, pero existen muchos temas que laten bajo sus imágenes: la validez del empoderamiento, el peso del deseo en el desarrollo de una personalidad autónoma, el descubrimiento del propio cuerpo, el arte como generador de pasiones…



La aventura amorosa de Marie y Pierre se enfrenta, por supuesto, con la moral de su época, pero, vista hoy, también lo hace con la del siglo que comenzamos a vivir, en el que, sorprendentemente, parece regresarse en muchos casos a una ética del pasado que pareció vencida, pero que no llegó a morir. Las reivindicaciones de las mujeres en la época del 'MeToo' encuentran un buen espejo en la vida de una artista, de una mujer, que decidió vivir según sus propias reglas no por capricho, sino porque las que le llegaban impuestas eran de todo punto represoras. Y en estos tiempos de lucha no resulta baladí el ejemplo de una Marie de Régnier que se encara con una decencia impartida, claro está, por los hombres.

No obstante, "Curiosa" no juega a ser una película procaz. Sus intenciones son otras, porque su erotismo es reivindicativo y su sensualidad, combativa. Y su proclama viaja desde el siglo XIX hasta hoy gracias a la música de aires tecno y new wave de Arnaud Rebotini. Y porque buena parte de sus diálogos podrían insertarse sin resultar anacrónicos en una película filmada hoy mismo.



En la pasión fotográfica de Pierre late el afán por encontrar la belleza, no la transgresión. En la disposición de Marie para ser fotografiada vive la búsqueda de la identidad, el acercamiento amoroso y la ruptura con el statu quo. La cámara de Jeunet los persigue, los acosa en ocasiones, en encuadres cerrados y abruptos que aferran sus emociones y que muestran, con suma audacia y con un estimulante afán libertario, la representación fílmica de la pasión amorosa. Ambos, desde distintos sentimientos, entienden el erotismo como liberación, como lugar de encuentro en el que entrar en un mundo propio.

Las intenciones de Lou Jeunet son bien claras: "Es hora que las mujeres consideren sus propios deseos sexuales y dejen de ser consideradas objetos sexuales por y para los hombres. Después del movimiento del 'MeToo', el siguiente paso es tener derecho a nuestro propio erotismo, nuestra propia y libre imaginación del sexo y del amor", ha afirmado. Y no deja de resultar lamentable que tales reivindicaciones tengan que ser proclamadas en el siglo XXI. De manera que personajes como Marie de Régnier son más reivindicables que nunca.

Y quizá "Curiosa", aún hoy, escandalice a algún biempensante. Si es así, su llamada a la incorrección y a la independencia de las mujeres habrá cumplido uno de sus objetivos, el de enarbolar, como en el fondo y la forma lo hizo Marie de Régnier, el añejo lema "Épater les bourgeois", acuñado, décadas atrás, por escritores como Baudelaire o Rimbaud.