Haz click aquí para copiar la URL

Yesterday

Comedia. Fantástico. Romance Un músico que lucha por abrirse camino se da cuenta de que es la única persona en el mundo capaz de recordar a los Beatles. (FILMAFFINITY)
Todo lo que necesitas es nostalgia
Cuatro músicos que no se conocen de nada, entran en un bar y hablan con la jefa del establecimiento. Acuerdan rápidamente un precio para la función que están a punto de ofrecer, y cuando empiezan a tocar, es como si lo hubieran estado haciendo cada noche, ininterrumpidamente, durante los últimos cuarenta años. No es que se sepan de memoria la secuencia de notas y el tempo al que éstas deben sonar, sino que ven todo esto como la conclusión lógica a las esperanzas y desilusiones que han moldeado sus respectivas vidas. La música como milagroso punto de consenso, de entendimiento... de convergencia.

Los clientes de aquel tugurio, que no vieron venir tal seísmo, tiemblan ante tan glorioso descubrimiento, y coinciden (sin mediar palabra alguna) en que se van a referir a estos cuatro súper-dotados por el nombre de su grupo, porque no importa cómo se llame cada uno; porque su fuerza está en el conjunto, perfecto canalizador del impresionante talento individual de cada uno. La banda como plataforma para los solistas; la obra de arte como única voz legítima (o por lo menos importante) del artista.



‘Yesterday’, ya que estamos, es una película protagonizada por Himesh Patel y Lily James, escrita por Richard Curtis y dirigida por Danny Boyle. Un cartel envidiable, cuya suma de factores solo adquiere auténtico sentido cuando, precisamente, empieza a sonar la música, o mejor aún, cuando se despierta el recuerdo que tenemos de ella. La premisa (que encapsula todo el encanto de la propuesta) surge de una historia concebida por Jack Barth... que al mismo tiempo podría ser un reciclado de la serie televisiva ‘Life on Mars’. Supongamos que resucita el fantasma del "efecto 2000", y que durante unos segundos, el mundo se apaga, y que cuando se vuelve a encender, algo ha cambiado.

Si aquella ficción proponía un viaje en el tiempo a través de lo que podía ser una crisis nerviosa, aquí el salto (por así llamarlo) se alimenta de unos tiempos inmersos en una fuerte fiebre nostálgica. O sea, que la frescura de la historia se debe mayormente a las apariencias y a las ganas que nosotros queramos echarle, no a una idea de base que pide no confundir lo originario con lo original. El caso es que en 2019, un año aún afectado por la ‘Bohemian Rhapsody’ de Queen y el ‘Rocketman’ de Elton John, un músico que parece surgido del subconsciente de John Carney se da cuenta de que es la única persona que se acuerda del legado musical de los Beatles.



Una revelación que al principio parece una broma pesada conjurada por sus amigos, y después un error en los buscadores de internet, esos oficializadores de la realidad en la que nos ha tocado vivir... o aquella en la que hemos decidido creer. Sea como fuere, la providencia ofrece a un “fracasado”, el camino hacia la fama que hasta ahora le había negado. La fórmula del éxito sonará a esta música con la que nosotros, espectadores, tanto conectamos... pero ante la que el resto del mundo reacciona con la envidiable energía de aquella maravillosa primera vez.

Es, en definitiva, como estar en un programa de James Corden, ese síntoma del conformismo de una era que se contenta con recordar el esplendor del pasado; que se maravilla ante la enésima versión (es decir, ante un refrito) de aquel greatest hit inolvidable. Así se comporta esta ucronía pop, con la seguridad de quien sabe que cuenta con la complicidad auto-complaciente del patio de butacas, y con la amargura de contar con unos aciertos que cuesta horrores distinguir de lo que perfectamente podrían ser tropiezos. A saber, ‘Yesterday’ musicaliza el ayer con la emocionante canción que le da título... y el presente con la ridiculez (pegadiza, esto sí) del “Ob-La-Di, Ob-La-Da”.



Porque en el fondo, es lo que queremos. Y seguramente también es lo que nos merecemos. En este caso, la promesa de un cuarteto de excepción, cuya música está excesivamente condicionada por el letrista. John Lennon como síndrome. ‘Yesterday’ es, de principio a fin, una película cuya paternidad (por no decir propiedad) es casi exclusiva de Richard Curtis. Se nota en la poca sutileza (pero también en la efectividad) cómica de algunos personajes satélite, suerte de teloneros con ganas de robar el show, pero también en los empeños por explotar amorosamente la ecuación... mientras pasan de largo posibles -e interesantísimas- reflexiones sobre la autoría, la pertenencia, la apreciación o, por supuesto, la repetición en el arte. Quedan, en lugar de esto, la mirada bobalicona de Himesh Patel y los gestos desesperados de Lily James.

Es ahí, en la torpe química entre ambos actores, donde el grupo más cerca está de la disolución. Porque es ahí donde solo se oye la voz de uno de sus componentes: un guionista muy a vueltas (demasiado) con esas melodías que siempre están de vuelta. Total, que el recopilatorio termina en mareo, en lo que casi podría considerarse como una muestra de justicia divina. A todo esto, un Danny Boyle semi-comatoso y absorbido por los recuerdos pretéritos (veníamos, no lo olvidemos, de ‘T2: Trainspotting’) se muestra totalmente incapaz de invertir la dinámica. Ni rastro de aquel nervio videoclipero, ni mucho menos de aquella carcajada pre-apocalíptica que nos ayudaba a reconciliarnos con nuestra inminente destrucción. Queda lo que queremos; lo que nos merecemos: el confort que proporciona la hermandad reverencial en torno a ese estribillo tantas veces tarareado. James Corden se ha levantado y está pidiendo un bis, de modo que ahí va una bonus track:

“Alguien dijo algún día que en el año mil, todo el mundo llegaría al fin. Muchos se asustaron y temieron que en el mil uno nadie quedaría ya. Obaldí, obladá, ¡qué más da! Otra vez no pasará. Obaldí, obladá, ¡qué más da! Otra vez no pasará.”

Palabra de Los Mustang... versionando a los Beatles, claro.
Escrita por Víctor Esquirol (FilmAffinity)

Últimas películas visitadas
Comodoro (C)
2014
Lucía Puenzo
5,7
(23)
arrow