Killers

...no digno de perder una hora y media de tu tiempo...
Y es una lástima, porque los protas podrian haber rendido más y mejor, los guionistas pudieron ser más originales con los diálogos, y las escenas pudieron ser mejor planificadas... pero todo ha fallado, no existe química Kutcher-Heigl, no hay aplomo ni solidez en la realización, carece de gracia en su vertiente de comedia y de tensión en su caracter de thriller de acción, y tras los primeros 10 minutos (lo mejor de todo el film, junto con la pareja de veteranos Selleck - O´Hara) el interés del espectador desciende a niveles de una ameba unicelular ante un garbanzo guisado... osea, nada, nulo, apetece estar antes en diez mil lugares que viendo éste puré de comedia-romántica-acción alocada, desangelada y sin ingenio ni capacidad lúdica alguna.
Yo no digo que los jóvenes protagonistas no sean buenos intérpretes, o al menos decentes, ella es mona y simpática haciendo de torpe, y él es un guaperas que se le da la comedia cuando tiene un papel a su medida ( me reí bastante con "Recién casados" y reflexioné con "American playboy"), pero aquí la dirección artística y el argumento les ha reventado las posibilidades.
De nuevo se confirma que sólo dos buenos cuerpos no suman un film digno. Hace falta algunas cosillas más, que parecen sin importancia... Hasta la "Noche y día" de Cruise-Cameron parece una obra maestra, y que conte que aquélla sólo la valoré con un triste aprobado; pues saquen sus consecuencias, y véanla sólo bajo su propia responsabilidad.

Aparentemente, este film, dirigido por un especialista en la materia como es Robert Luketic ("Una rubia muy legal", "La madre del novio", "la cruda realidad"), trata de ofrecernos algo "original". Entendida esta originalidad como una historia de amor entre un asesino a sueldo del gobierno, Spencer (Ashton Kutcher) quien deja su peligroso oficio cuando conoce a Jen (interpretado por la televisiva Katherine Heigl) mientras está pasando unos días de vacaciones en Niza, junto a sus padres (interpretados por Katherine O'Hara y Tom Selleck respectivamente). Sin embargo, el pasado de Spencer se hará presente pese a sus esfuerzos por evitarlos.

Decía que en apariencia el film se presentaba como original, mezclando ingredientes de films de acción con ingredientes típicos de la comedia romántica, porque en realidad no lo es en absoluto. La película parece un extraño remedo que en ocasiones se nos antoja "Atrapa a un ladrón" del gran Hitchcock, y en otras "Mr. and Mrs Smith". Por otro lado, en el fondo se mantiene la estrutura habitual de las comedias románticas, con una pareja protagonista con sus encuentros y desencuentros habituales.

Hay que reconocer que la película tiene un buen arranque, pero a los pocos segundos comienza a desinflarse, en la medida que Luketic va aderezando la trama con los convencionalismos y tópicos habituales, contados no sólo con muy poca originalidad sino además con muy poca gracia (los "gags" son tan simplones y facilones que no consiguen ni hacernos torcer el gesto), y con la presencia de un Tom Selleck que es de lo poco salvable de la función.

El lastre principal que tiene este film en concreto lo encontramos en el reparto. No es que dudemos de la calidad de Kutcher y Heigl como actores de comedias románticas. El problema es que la pareja no tiene química ninguna. Película a película Kutcher demuestra su escasa sintonía con sus compañeras de reparto. Seguramente si no hubiera sido productor del film, se le hubiera buscado un recambio a la segunda toma.

Total, al final del camino, y agotados los 90 minutos de rigor, no queda gran cosa favorable a destacar, excepto quizás las excelentes localizaciones en Niza, y algunas escenas de acción. Y para los fans más acérrimos quedan algunos primeros planos del trabajado torso de Ashton Kutcher, mientras que los fans de Heigl tendrán que conformarse con algunos modelitos veraniegos. Es curioso que en los últimos años los que más "chicha" muestren sean ellos. ¿Será que al final "la guerra de los sexos" la han ganado ellas?

Más de lo mismo: una película sosa, aburrida, con cero originalidad, y los actores famosillos de turno. Nada de lo que muestra la película es mínimamente remarcable, incluso las escenas de (supuestamente) "acción" son de lo más tediosas. Y previsible hasta la médula.

Desde que la película comienza, allí sentada toda la familia en los asientos del avión, la película deja clara sus intenciones para con nosotros. Una hija cargante, un padre extrañamente misterioso y sobreprotector y una madre que parece pasar de todo, y que aguanta a los otros con alguna que otra copa.

El caso es que todo cuanto podamos esperar no termina de llegar. ¿Gracia? No, no tiene a pesar de que sus diálogos intentan parecer chistosos dejándolos caer como si nada, como si no tuvieran importancia; ¿Acción? Pues la verdad es que algo tiene, pero no la necesaria tratándose de un espía secreto. El escaso (por no decir nulo) desarrollo de los personajes secundarios hace que no queden muchos personajes de los que sospechar cuando llega el momento.

Como no es la primera vez que actriz y director coinciden en un proyecto (el anterior La cruda realidad tiene hasta un cartel sospechosamente parecido) no sería de extrañar que lo hicieran de nuevo. Esperemos que para entonces hayan aprendido algo de todo esto.

Resulta demasiado tentador definir este trabajo como una versión barata (a pesar de contar con un presupuesto injustificadamente alto) de Sr. y Sra. Smith (Mr. and Mrs. Smith), ya que ambas producciones están protagonizadas por una pareja que trata de sobrevivir, literalmente, a la vez que liman sus problemas personales. Aquí los protagonistas son Spencer (Ashton Kutcher) y Jen (Katherine Heigl), un joven matrimonio que entra en crisis al mismo tiempo que ella descubre que su maridito trabajó como asesino a sueldo, aunque su mayor problema ahora es descubrir quién trata de acabar con sus vidas…

Hay producciones cuya intrascendencia les confiere cierto encanto, no es el caso de la que nos ocupa. Y no lo es porque su guión resulta demasiado esquemático y manido, mientras que personajes como el de Heigl resultan insoportablemente histéricos (¿dónde habrá dejado la actriz su más que evidente don para la comedia?). Pero el gran problema de este trabajo tiene nombre y apellido: Ashton Kutcher. El actor, quien también ejerce de productor, se dedica a lucir musculatura y poco más, lo mismo da que protagonice una escena romántica con Heigl o una persecución, su rostro siempre permanece impertérrito. Eso sí, aunque Killers no funciona ni como comedia romántica ni como cinta de acción, al menos es ligera de ver.