Frontera (Serie de TV)

Al final, como todas las series o películas, es cuestión de expectativas. Yo creo que la idea de "Frontier" daba para mucho más. Esperaba una especie de mezcla entre el western fronterizo "Deadwood" suciedad, barro y violencia y la película de Iñárritu "The revenant" venganza, tribus indias y naturaleza salvaje e indómita. Pero entre el reducido presupuesto, que limita demasiado las escenas rodadas en exteriores, en bosques nevados, y el pobre reparto con el que la producción cuenta, dejan a la serie en algo muy superficial, con personajes demasiado estereotipados, traiciones continuas entre unos y otros, y algo que me chirría mucho: Con tamañas distancias, enormes espacios abiertos, me llama la atención que los personajes se desplacen de unos lugares a otros en cuestión de horas. El concepto espacio/temporal, que tumba tantos guiones, también lo hace con este.

Imaginaos, tramperos desesperados que cazan animales por sus pieles o se las cambian a los indios por fruslerías. Entre medias Ingleses y franceses disputándose el control del comercio de dichas pieles. Una colonia incipiente como la Montreal de 1670, que ejerce de centro comercial y único refugio para dichos colones en miles de km a la redonda. Insisto, de aquí habría podido salir algo grande.

Sobre el reparto, me quedo con Alun Armstrong como el villano de la Compañía de la Bahía de Hudson, Lord Benton. Un actor británico veterano, habitual secundario que da empaque a las series donde aparece. Recientemente pude apreciar también su trabajo en "Dark Angel" Jason Momoa, pues básicamente hace de él, o de Khal Drogo, que viene a ser lo mismo. Tampoco es el protagonista absoluto, pues, por cosas de su agenda, le han puesto de coprotagonista a una versión suya de joven, un huérfano británico recién llegado al Canada, cuya lealtad y supervivencia oscila entre Benton y Declan Harp (Jason Momoa)

Frontera es aburrida. Es una pena, la verdad, porque mira que he intentado que la serie me guste, pero a mitad de episodio se desinfla tanto que deja sin ganas de ver el siguiente. Me ha costado la vida terminar la primera temporada, y eso que sólo son 6 episodios.

La historia va en la línea Braveheart: un tipo del montón, trampero, se dedica a vivir su vida con su familia hasta que por azares políticos, la compañía de comercio inglesa de turno -empecinada en conseguir un monopolio- le hace tal faena que lo empuja a montar su propia mini-revolución. A esto hay que sumar personajes que van entrando y saliendo y que son poco más o menos los estereotipos del lugar y época: el cura borracho, la tribu local cabreada, el francés gracioso, la dueña de la taverna feminista, la viuda manipuladora ...

Partiendo de que es una producción canadiense y el presupuesto es el que es, se podrían haber trabajado un poco más los guiones, porque tampoco creo que series como Happy Valley o Broadchurch hayan costado un pastizal y casi se ven del tirón.

Mi principal problema aquí es que ni me caen bien los personajes ni me importa lo más mínimo lo que les pase (bueno, a alguno/a en particular dan ganas de estrangularlos). En mi opinión a los personajes les falta profundidad y las relaciones entre ellos te las cuentan en una línea. El resto son vueltas sobre lo mismo (el comercio de pieles, lo malos que son los de la compañía y lo buenos que son los protas). Lo poco que mantiene la serie es Lord Benton, el cacique local de la compañía, que como Hijo de la Gran Bretaña si que es creíble. El resto hacen lo que pueden y al chaval habría que haberlo mandado al Club Disney.

...la banda sonora. Más concretamente la canción tribal que da inicio a cada capítulo (https://www.youtube.com/watch?v=-ML74J9Dq2U). Por lo demás, quitando las carcajadas que te provocan los giros de guión que harían palidecer al peor de los guionistas, es una serie completamente prescindible.

La primera vez que recuerdo haber visto a J. Momoa fue en Stargate Atlantis y si más tarde lo he vuelto a ver no hallo vestigios de su presencia en mi recuerdo hasta Juego de Tronos. Al ver Frontera me he dado cuenta por qué hablaba tan poco en JDT: ¿sabéis ese dicho que reza "más vale estar callado y parecer tonto que abrir la boca y despejar todas las dudas"? pues esa frase se adhiere a Declan Harp (J. Momoa) como un percebe a la roca. Sin duda, el peor de la serie.

Recursos mal administrados, situaciones in-creibles (poco creíbles, vamos), giros de guión absurdos, tratamiento del tiempo irrespetuoso, ases de la manga (deus ex machina) a cascoporro, desprecio por la lógica exasperante. Sólo salvo al paisaje y a Zoe Boyle, de la que -confieso- me he enamorado y ha sido la única causa por la que he visto las dos temporadas.

No voy a hacer spoiler porque no se merece ni eso ¿No me creéis? pues vedla.

Como bien dice Rufus T Firefly en su crítica, de esta serie habría podido salir algo grande, pero no ha sido así. "Frontera" empieza muy bien, a lo bestia, y su primer episodio atrae, pero no tarda en desinflarse según van pasando los restantes episodios. Tanto es así que yo llevo vistos la mitad (son solo seis) y ahora mismo no sé si acabaré de verla o me pasaré a otra cosa.

El problema es que a la mayoría de los espectadores no canadienses nos importa una higa lo que pasara o dejase de pasar entre las compañías que a finales del siglo XVIII competían por el monopolio del comercio y explotación de los recursos naturales (fundamentalmente pieles) de los territorios en los que vivían, comerciaban y morían ingleses, franceses, indios, escoceses, irlandeses y estadounidenses. Si el guión tuviese más carga romántica o más aventura heroica con unos protagonistas atractivos y con carisma, y si los realizadores hubieran apostado por explotar a fondo el marco incomparable de la naturaleza salvaje de esa parte del mundo, en vez de limitarse a unos pocos escenarios con planos cerrados y unos cuantos sets de rodaje, sin duda la serie sería un éxito. Pero no es así. Se nota que el presupuesto era cortito.

Y claro, en esas estaba anoche, intentando no quedarme dormido viendo el tercer episodio de "Frontera" cuando me di por vencido y me pasé de Netflix a Amazon para seguir viendo la segunda temporada de "El hombre en el castillo". No hay color, ni posibilidad de caer en los brazos de Morfeo visitando los dominios del Reich.

Serie discreta pero de una calidad escrita asombrosa, ambientada en Norteamérica en pleno siglo XVIII, donde el monopolio de pieles y las negociaciones por la tierra y la posesión de mercancías lo suponía todo en las luchas por el poder entre blancos e indios, entre lo tradicional y lo moderno, la innovación y el respeto.

Todo ello envuelto en las vivencias personales de numerosos personajes, entre ellos Declan Harp, un mestizo que había trabajado para Benton, el jefazo local inglés. Líder de todos los demás personajes y encarnado por Jason Momoa quien no puede evitar desembarazarse de su halo de Khal Drogo o Conan, su personaje es el alma de esta serie y yo diría que la mayoría de su audiencia la ven por él.
Padre y marido con el corazón destrozado Harp intentará establecer alianzas con sus más allegados como su amiga y posible interés amoroso del pasado Grace Emberly, encarnada por una Zoe Boyle que por fin ha encontrado un papel que le queda como anillo al dedo, dando vida a la dueña de la taverna por la que pasan todo tipo de personajes entre ellos el cruel Chesterfield, y muchos más personajes como las dos camareras extras.

Serie que muestra todo el colorido, la ruptura, el dolor y el esplendor del bagaje cultural de los indios de las montañas, que hacen palidecer todos los recursos del hombre blanco, al final será una lucha personal entre lo que consideramos justo y lo que realmente es.
Dramas sin final, gran acción, con magníficas interpretaciones, nada es predecible. Destaca así y todo Jessica Matten como Sokanon, la fiel aliada de Harp que intentará que su amigo Michael Smyth haga algo con su vida.
Las historias personales de cada personaje cobran un cariz muy interesante en "Frontier" donde la acción y el tema principal jamás es eclipsado por los pequeños complot políticos y las alianzas más extrañas y nuevas, así como la introducción de nuevos personajes que no vienen sino a hacer una variopinta serie con un destacado escenario. De fotografía extraordinaria, capaz de captar los más bellos momentos y paisajes salvajes de la América más natural, hermosa, multicultual y fascinante, la serie merece realmente la pena de ver . No le falta de nada.