6 capítulos dándole vueltas a lo mismo y con demasiados puntos que se quedan en el aire, amplio en spoiler.
Es verdad que hay actores de 10, en especial Candela Peña que está soberbia, pero la interpretación de mi querido Javier Gutiérrez, aunque supongo que es lo que le han dicho que haga, no pega ni con cola con la figura de un juez, no porque no sepa hacerlo, pero no le han dado la oportunidad de demostrarlo. Va de chulito de barrio, mascando chicle y usando expresiones de lo más chabacanas, burlándose de todo el que piensa diferente a él, de un prepotente insoportable. Se ve que cuando él estudio Derecho no debió ir a clase el día que explicaron lo de la presunción de inocencia. El verdadero juez que llevó este caso no se cómo era, pero dudo que se comportara de forma tan macarrónica, aunque la identidad del juez ficticio no se corresponde con del verdadero, eso le salva.
Resumiendo, a mí la serie se me ha hecho bastante pesada, muy repetitiva y me ha dado mucha rabia ver al gran Javier Gutiérrez, al que aplaudí fervientemente e, incluso me puso en pie en Pájaros, actuando así hasta el punto de que, cuando en algún capítulo apenas sale, no diré cual, para mí ha sido un alivio porque me ponía francamente nerviosa su permanente absurdo comportamiento.

Elegí yo la película confiando en las críticas de esta misma web, ilusionada por ver buen cine español que lo hay y mucho más de lo que algunos acomplejados quieren reconocer. Fuimos 3 amigas y el decaimiento de las 3 en las butacas ya auguraba que coincidiamos en el aburrimiento que nos estaba suponiendo... de alguna manera me sentía responsable de las dos horas soporiferas que estabamos pasando, pero confiaba en que en algun momento arrancara y despertara nuestro interés, pero no pudo ser. Película aburridisma, sin pies ni revés que raya lo absurdo y lo burdo. No se la recomendaría a nadie. No me explico que la mayor parte de críticas sean tan positivas, pues en el cine cuando dieron las luces, la cara del público en general era de la misma línea que la nuestra. Absoluta decepción.

Es un cuentecito de Navidad. A destacar al niño, Jacob Tremblay,que se sale de buen actor.
Como película, si te gustan los temas sensibleros y echarte alguna lagrimilla, puede que te guste. Desarrollo muy previsible. Solo la recomendaría para un público familiar, muy bonita para ver con los niños y con un bonito mensaje. Para otro tipo de público, simplemente digo que yo no volvería a pagar por verla.