Quentin Tarantino tiene virtudes y defectos, no en vano es uno de los directores que más controversia crea en la acgtualidad. Pero lo que parece muy claro es que su mayor virtud es hacerte quedarte clavado en el sofá / butaca del cine en sus produccioness que superan holgadamente las 2h de duración, haciéndote perder totalmente la noción del tiempo; es aquí donde estriba su mayor logro.

Esto no es diferente en "The hateful Eight", una película muy conseguida que evoca grandes momentos de producciones anteriores (la escena de la taberna o del sótano de la cabaña en "Inglorious Basterds", el tema del racismo en "Django Unchained") en la que se muestra la imposible convivencia entre cuatro paredes de forajidos, agentes del orden y cazarrecompensas.

Muy recomendable.

No tengo palabras para describir lo mucho que amo esta película, o mejor dicho obra de arte en su género. Como alternativa a una crítica, he aquí un hecho:

Tengo esta película en VHS, DVD y Blu Ray, y con toda seguridad la tendré también en todos los formatos que vayan saliendo en el futuro hasta el día en que me muera.

Con eso está todo dicho.

Esta película no es buena. De hecho, es un desecho inmundo como la copa de un pino que produce lágrimas, no de risa como se supone que debería ser, si no de pena. Realmente es un espectáculo horroroso y lamentable que no debería existir. Si yo fuera Jason Friedberg o Aaron Seltzer me mudaría a otro continente bajo una nueva identidad para evitar la vergüenza de haber dirigido la peor parodia de películas que se ha concebido nunca.