Es una película que me sorprendió por la espectacular combinación de elementos de comedia y drama al mismo tiempo sin forzar nada; en la película todo fluye. Logra responder a la pregunta del millón: acaso existe una segunda oportunidad?, y una segunda pregunta: ¿para qué?

Las interpretaciones son maravillosas, y durante toda la peli a través de la música se mantiene un enganche fuerte con la narrativa que tiene la historia. Discépolo hace su trabajo sin que nos demos cuenta, mueve los hilos para que no decaiga nunca y nos hilvana el relato para que al espectador el tiempo se nos pase volando. Termina y queremos ver más.

La fotografía es estupenda. Y nos muestra los paisajes del que para mí es el más pais más lindo del mundo: Argentina.

La película quizá nos conmueva porque transmite que el tiempo pasa pero la esencia queda… hay escenas que sin golpes bajos nos llegan fuerte al corazón, sin embargo lo hace de una manera muy bonita. De la misma manera, nos reímos cuando a lo mejor no es momento de reír, pero sin banalizar el paso del tiempo, lo espectadores lo hacemos de una manera que es muy sugestiva: asumiendo una rendición ante lo inevitable y sabiendo que a lo mejor, es mejor quizá entregarse y sonreír ante la mueca terca del destino.

La recomiendo para todos los argentinos que tenemos una historia con España y para todos los españoles que tienen una historia con Argentina; y en definitiva para todo los que tenemos una historia en otro lugar y el tiempo pasó…

Muchas veces uno pregunta si ante la encrucijada de tener que extrañar allá cuando estás acá y viceversa para siempre, lo mejor sea olvidar y deshacer la valija para no sufrir. Tal vez la película no tenga la pretensión de obtener esa respuesta, y mejor. Sin embargo pone ese dilema sobre la mesa con una historia pequeña que se hace grande y eso es mucho más interesante.

Terminó la peli, salí del cine y había algo que me hacía acordar esa película… y no sabía que era. Llegué a casa y fui directo a Melancolía del destierro de Valente, mire contento en lugar de triste el fragmento que dice: “Y peor es aún ascender como un globo, quedarse a medio cielo, deshincharse, despacio, caer en los tejados, de espaldas a la plaza, no volver al gran día”