Antes de ir al cine y ponerse delante de 'Los amantes pasajeros', hay que tener claro qué se espera ver. Es una comedia esperpéntica con los típicos gags y diálogos absurdos de Almodóvar, un poco exagerados quizás, pero, al fin y al cabo, en su estilo. Si cuela ese tipo de situaciones cotidianamente inverosímiles en dramas como 'Todo sobre mi madre', ya podemos imaginarnos lo que hará en una comedia protagonizada por tres azafatos gays.
La acción es muy ágil, y sea por las risas que provoca, sea por el juego de pequeñas tramas paralelas o porque solamente dura noventa minutos, no aburre. Quizá sea "reprochable" que no tiene un argumento claro y lineal como puedan tener otras de sus películas, y que en este caso no cuenta una historia tan potente como puede ocurrir con cualquiera de sus dramas, pero sabe compensarlo con el juego y las relaciones entre personajes. Quizás haya parte de esas tramas que a lo mejor da la impresión de que sobran un poco, pero sabe integrarlas para que apenas sea perceptible.
Es posible que si no hubiera podido contar con un equipo de actores como los de 'Los amantes pasajeros' la película fuera un fracaso absoluto. Como ocurre en otras de sus producciones, Almodóvar acierta del todo con el equipo. El trío formado por Javier Cámara, Raúl Arévalo y sobre todo, Carlos Areces es simplemente genial. Dan credibilidad absoluta a unos personajes cómicos sin caer en lo ridículo, que, interpretando a tres azafatos gays con pluma habría sido muy fácil. Trata ese tipo de personajes con respeto, sin caer en la mofa y, aunque sean 'típicos', no son diferentes de los estereotipos que podemos encontrarnos todos los días. El resto de personajes, tanto los pilotos como los pasajeros del avión, cumplen perfectamente el papel de secundarios-principales, compartiendo el protagonismo sin pisarse. Especial mención se merece Cecilia Roth, fantástica.
Almodóvar intenta hacer una crítica ácida con un humor del estilo 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', pero en 2013 y con personajes masculinos. Las comparaciones son odiosas, y, aunque no llega ni de lejos a ese nivel, divierte. Logra que la sala se ría, y cuando salgan, se reirán recordando escenas, pero no recordarán la película como una obra maestra como sí pasaba con 'Mujeres': consigue lo que se espera de una comedia sin inventar nada nuevo, pero sales con una sonrisa del cine.
Eso sí: si no te gustan las comedias de Almodóvar, ni lo intentes.