Drive y Taxi Driver son películas con un parecido reducido, casi nulo, sin embargo comparten la idea de ser cine atemporal, y mientras la trama transcurría no podía sacar de mi cabeza la idea de que estaba descubriendo la Taxi Driver de mi época. Drive es una película eléctrica, totalmente recomendable (al menos para aquellos que no teman a la sangre), que se cola en tu cabeza de manera dulce y lenta.
Drive es:
Macabra
Dulce
Silenciosa
Apasionante
Elegante
Sangrienta
No tiene nada que ver con el trailer, que nos da una imagen totalmente equivocada de la película, Ryan Goslin como conductor especialista, silencioso y reservado es perfecto, y Carey Mulligan con su gesto dulce y su actuación pausada hace de la película una sucesión de imagenes que juegan entre la morbosa línea de lo dulce y lo sanguinario.

Sinceramente, no creo que esta película sea una perdida de tiempo, creo que todo es cuestión de gustos. Me he reído con esta película, de lo mala que es, que es lo que sospecho que intentaban hacer, mostrar otro tipo de cine, estúpido y poco profundo. No es una obra de arte, evidentemente, pero tiene su punto. Ironía patetica y ridiculización del sentimentalismo. Me ha hecho mucha mas gracia que otras, llamadas también cómicas como: El plan B y otras tantas a las que nunca les encontrare la gracia.