Hoy he visto la película y puedo decir que es una obra maestra de la animación. Es de las que marcarán un antes y un después en su género.

Era un reto conseguir que unos robots llegaran a conmover tanto o más que los propios humanos y lo han logrado con creces. La fuerza de las imágenes y los gestos se hace sentir en toda su extensión, tanto que unos pocos monosílabos y un guión muy escueto bastan para expresar el torrente de sentimientos y magia que encierra esta superproducción de dibujos animados.

Ni siquiera es un requisito que te guste la animación para disfrutar de esta película.

Sinceramente, creo que se le podría haber sacado más partido a la trama y me esperaba algo mejor, algo como para ganar el Óscar por delante de Vals con Bashir, nominada para la misma categoría (aunque los dan en EEUU no voy a pensar mal….)

Bajo mi punto de vista lo que más flojea de la película es que el director se recrea demasiado en escenas cuya reiteración en el metraje acaban cargando al espectador. También le dan demasiadas vueltas al concepto metafísico de que la muerte no es el final, sino la puerta hacia otro mundo. De acuerdo, era inevitable que en esta película hiciera acto de presencia, pero no creo que sea necesario que te machaquen una y otra vez con la misma idea.

Los diálogos son breves y concisos, y con las miradas y expresiones de los personajes se cubre con más o menos acierto el vacío dialectal, ya que los actores, por lo general, son un poco inexpresivos, menos cuando hay amortajamientos y alguna escena puntual. Desde luego, a mí no me transmitían mucha empatía, salvo una escena que comentaré en el *spoiler.

Sin duda lo más destacable es la fotografía y la imagen, aspectos que suelen cuidarse mucho en el cine oriental, pero es de lo poco que se salva y en conjunto no colmó mis expectativas, y además acabó haciéndose eterna.