“Es una puta mierda”. No lo digo yo, lo dice la protagonista.
“Es repetitiva” Tampoco lo digo yo, sino un personaje.
Estas frases aparecen en la película hablando de la misma película y resumen de forma concisa lo que es este largometraje, que verdaderamente se hace largo. Me causa desasosiego comprobar que los creadores de esto son conscientes en todo momento de que lo que están haciendo es malo, una castaña infumable. No sé cómo tomármelo. Estás ahí sentado, planteándote el apagar la tele y pensando que cómo es posible que bazofias semejantes lleguen a las salas de cine y de repente, los personajes te dicen que están de acuerdo contigo.

Si algo tiene de remarcable y característico esta peli es que es imposible de destripar porque al principio te dicen de qué va y ahí se queda. Todo lo que sigue es una interminable repetición, la misma frase repetida hasta la saciedad, hasta el enervamiento.

Otra cosa que es digna de mención es el sonido ambiental, que está a un volumen excesivo si lo comparamos con el volumen de las conversaciones. Las ramas de los árboles, las motos de las calles, el viento que sopla, los pasos al andar …todo se oye mucho más que lo que dicen cuando hablan. En algún momento alguien se toma un medicamento efervescente y el sonido de la pastilla deshaciéndose en el agua casi tapa la conversación que está teniendo, lo cual es de agradecer, porque estar oyendo constantemente la misma estupidez es una experiencia agotadora.

Al principio del todo cuando los títulos, aparecen letrericos de esos del Gobierno de España y de Arte, lo que me lleva a pensar que podría haber recibido apoyo financiero de estas instituciones. Si les han dado dinero por hacer esto, a mi parecer, deberían devolverlo, no solo porque piense yo que no han sabido hacer algo decente con él, sino porque no se sabe muy en qué lo han gastado. En un guionista bueno desde luego no, pues los diálogos son de lo más insulso y anodino. Interesante y pedante no es la misma cosa, hablar de un filósofo o mencionar a un director de renombre no implica que lo que estés diciendo tenga interés. Tampoco se han podido gastar mucho en decorado y vestuario. Haciendo un poco de conjeturas, yo diría que lo han destinado todo a sobornar a críticos para que hablen bien de la película, solo de esta forma me explico las opiniones que he leído de gente que se supone que sabe de cine. Frases como: “Divertida, emotiva e inteligente” o “fresca, sensata, emocionante, instructiva…” Si la teoría del soborno resulta ser falsa, otra explicación podría ser que se equivocaron de sala.

Hay gente que alaba la fotografía, a mí personalmente no me dice nada. Otros están encantados con el retrato que hace de Madrid. Esto lo entiendo más, quizás si eres de allí te hace gracia ver las calles por la que pasas como a mí me gustaría ver las de mi pueblo en la gran pantalla.

Todo esto me hace pensar y me pregunto si esta peli habría llegado hasta donde lo ha hecho si el apellido del director fuera Rodríguez.

No es una película ni circular ni lineal, porque esto no es cine, simplemente es para tirar a la basura, o como dice la protagonista, una puta mierda.