Magistral western donde una vez más Clint Eastwood nos demuestra porque es uno de los grandes directores de cine, esta vez resucitando un género que llevaba muerto muchos años. Con un gran ambiente que nos lleva a la mente aquellos westerns que le lanzaron a la fama de la mano de Sergio Leone. Contando además con un gran reparto, destacando las notables actuaciones de Morgan Freeman y del propio Eastwood, pero sobre todo la sobresaliente actuación de Gene Hackman en su papel de sheriff corrupto de Big Whiskey, está pelicula se convirtió en el mejor trabajo de Eastwood hasta la fecha y en una de las mejores peliculas de los años 90.