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Críticas ordenadas por utilidad
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6,8
21 054
6
1 de noviembre de 2024
1 de noviembre de 2024
54 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
A sus 94 años, Clint Eastwood se despide (o no, que dice que aún siente fuerzas para una peli más) con un film correcto, y poco más. Están ahí su saber hacer, su potente sentido de la narrativa que tanto echaremos de menos cuando nos falte, y una atrayente temática, las motivaciones personales que pueden influir en la decisión de un miembro de un jurado. Pero falta la magia, esa chispa, ese atisbo de genialidad que podría haber hecho de este "Jurado Nº 2" una película mucho más interesante.
Lo que podría haber sido un desarrollo perverso de las ideas presentes en el clásico "12 hombres sin piedad", en la que se sustituyera el compás moral de la duda razonable por la motivación egoista a la hora de tomar la decisión necesaria, se queda en una historia que transcurre a veces morosa, a veces con un punto adecuado de tensión, y que no termina de convencernos de las dudas y miedos de ese miembro del jurado que se encuentra demasiado involucrado en el crimen que se juzga como para emitir un veredicto justo.
Puede que en parte se deba a una realización demasiado académica y demasiado obsesionada por dejar claras las cosas, lo que da pie a alguna escena innecesaria que dilata el desenlace. O quizás sea que el actor protagonista, Nicholas Hoult, aún sin hacer un mal trabajo, no termina de reflejar los demonios internos que le obsesionan. Por contra, Toni Collette como la fiscal honesta pero que ve en este juicio la oportunidad de empezar una carrera política, con su excelente interpretación sí que logra transmitirnos primero su ambición y luego sus dudas.
En cualquier caso, la película se deja ver muy bien, y sí consigue que nos interese cómo se va a resolver este dilema más personal que moral. Si esta es la despedida de uno de los más grandes directores de los últimos cincuenta años, no es un mal adiós. Pero en su fría corrección formal nos deja con añoranza de los mejores y más gratos momentos que nos ha dado.
Lo que podría haber sido un desarrollo perverso de las ideas presentes en el clásico "12 hombres sin piedad", en la que se sustituyera el compás moral de la duda razonable por la motivación egoista a la hora de tomar la decisión necesaria, se queda en una historia que transcurre a veces morosa, a veces con un punto adecuado de tensión, y que no termina de convencernos de las dudas y miedos de ese miembro del jurado que se encuentra demasiado involucrado en el crimen que se juzga como para emitir un veredicto justo.
Puede que en parte se deba a una realización demasiado académica y demasiado obsesionada por dejar claras las cosas, lo que da pie a alguna escena innecesaria que dilata el desenlace. O quizás sea que el actor protagonista, Nicholas Hoult, aún sin hacer un mal trabajo, no termina de reflejar los demonios internos que le obsesionan. Por contra, Toni Collette como la fiscal honesta pero que ve en este juicio la oportunidad de empezar una carrera política, con su excelente interpretación sí que logra transmitirnos primero su ambición y luego sus dudas.
En cualquier caso, la película se deja ver muy bien, y sí consigue que nos interese cómo se va a resolver este dilema más personal que moral. Si esta es la despedida de uno de los más grandes directores de los últimos cincuenta años, no es un mal adiós. Pero en su fría corrección formal nos deja con añoranza de los mejores y más gratos momentos que nos ha dado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Spoiler descafeinado: no estoy seguro de que guste la solución planteada. A mí, sin disgustarme, me dejó más confuso de lo que estaba ya. Claro que puede que esa fuera el objetivo de Eastwood, presentar el problema y dejar al espectador que tome sus decisiones.

6,3
11 379
3
30 de abril de 2024
30 de abril de 2024
51 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las pelis más tontas que he visto en los últimos años. El interesante punto de partida, ese triangulo amoroso y deportivo y cómo la rivalidad afectaría ambos aspectos, se diluye enseguida en una serie de escenas sensuales con mucha sacarina, un enfrentamiento entre los protagonistas cuya motivación se pierde en las elipsis de un muy errabundo montaje con saltos en el tiempo, y un infantilismo supino. Y las supuestamente espectaculares escenas de los partidos de tenis, sobre todo el partido final, son dignas de los momentos más exagerados de las aventuras de Benji y Oliver. Pero al menos ahí la exageración tenía su gracia. Aquí se queda en el ridículo.
Tontería súbita.
Tontería súbita.
20 de abril de 2024
20 de abril de 2024
30 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Planteada a. modo de una película clásica de los años del neorrealismo italiana, rodada para ello en un excelso blanco y negro, "Siempre nos quedará mañana" plantea un drama en el que presenta la situación de una mujer en Italia recién terminada la Segunda Guerra Mundial, con un país supuestamente recién liberado del fascismo pero que aún vive el lastre de la época pasada. La directora y protagonista Paola Cortellesi no duda en presentar con toda su crudeza dicha situación, la de una ama de casa sin más horizonte que el de ocuparse de su familia y sufrir los desplantes y, sobre todo, violencia de su marido, pero, quizás sabedora de la crueldad de las imágenes que está narrando, impone un distanciamiento a base de un nada soterrado humor en diálogos y un en principio chocante pero luego muy efectivo contraste mediante el uso de la música como contrapunto, ilustrando algunas escenas con optimistas canciones de corte clásico y baile, o canciones modernas que quizás sirvan también para recordarnos que algunas de las situaciones presentadas existen aún hoy...
Al final nos queda una película vibrante, con necesaria denuncia, excelentemente narrada e interpretada con un sorprendente giro argumental final que la realza aún más ...
Al final nos queda una película vibrante, con necesaria denuncia, excelentemente narrada e interpretada con un sorprendente giro argumental final que la realza aún más ...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
... giro argumental con un mensaje ilusionante a través de la pequeña gran rebelión de la protagonista, que nos recuerda que hay una salida muy clara a situaciones incluso tan desesperadas como las contadas en el film. Una excelente, y necesaria, película.

6,5
9 392
7
11 de octubre de 2022
11 de octubre de 2022
34 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde que tengo uso cinéfilo de razón me han fascinado las películas que hacen del montaje su razón de ser cinematográfica. Me encantan las películas de corte episódico de historias entrelazadas, ya sean, por poner tres ejemplos entre mis favoritas, momentos a lo largo de la vida de unos personajes (Dos en la carretera, de Stanley Donen), recreación de una historia desde distintos puntos de vista (JFK, de Oliver Stone), o historias diferentes que acaban teniendo algún vínculo común, argumental y/o temático (Las horas, de Stephen Daldry). Hay que tener mucho talento para darle a la película el ritmo adecuado, para saber encajar las piezas del puzzle sin que el espectador se pierda.
Al tercer grupo de las que menciono arriba pertenece la peli debut como director de Juan Diego Botto, "En los márgenes", que entrelaza tres historias de temática similar (la madre que por su trabajo no puede atender a su hija y puede perder la custodia, la que va a sufrir un desahucio y el hijo que no quiere hablar con su madre porque siente que la ha decepcionado), enriquecida por otras historias secundarias: los problemas de relación de pareja, y con el hijastro, que tiene el activista que ayuda a la madre de la primera historia, la mala relación entre la pareja a punto de ser desahuciada y la razón por la que la madre de la tercera historia tiene ansia por hablar con su hijo. Toda una macedonia de historias que Diego Botto debe llevar en un solo senido y consigue plenamente a través de un argumento en el que las historias comparten personajes, un montaje excelente en el que se cambia de una historia a otra a través de escenas entrelazadas y personajes que se cruzan, y una dirección vivaz, cámara en mano a modo de reportaje periodístico, que da nervio y tensión a lo narrado.
La película no es perfecta, desde luego. En este maremagnum de tramas, unas quedan mejor resueltas que otras. La historia del activista luchando para que la madre no pierda la custodia de su hija, al tiempo que intenta sacar adelante su relación de pareja y filial, es la mejor de las tres, la más conseguida y mejor terminada. La del desahucio es la más urgente y reivindicativa, y por eso quizá la que más llega y afecta al espectador, pero al mismo tiempo es la más rutinariamente hecha y realizada, quizá por esa necesidad de inmediatez y respuesta rápida, aunque el resultado final también sea bueno. La historia de la madre que busca que su hijo responda sus llamadas es quizá la menos conseguida, bien planteada a base de breves pinceladas a lo largo de la película, pero resuelta con demasiadas prisas y con un giro final de argumento más efectista que efectivo.
Pero la impresión general es la de una película muy buena, digna de verse, y que se beneficia además de una excelente interpretación coral, destacando por encima de todo el más que correcto reparto unos soberbios Luis Tosar y Penélope Cruz.
Y además es de esas películas necesarias, de las que no sé si servirán para despertar conciencias, que eso dependerá de cada cual, pero al menos sí va a servir para que esas conciencias no se adormilen y durante la proyección, y también unas cuantas horas después, pensemos sobre algunos de los problemas más acuciantes que tenemos en esta España de nuestros pecados... Porque, se lo advierto, es una película dura, pero al mismo tiempo con atisbos de esperanza.
Al tercer grupo de las que menciono arriba pertenece la peli debut como director de Juan Diego Botto, "En los márgenes", que entrelaza tres historias de temática similar (la madre que por su trabajo no puede atender a su hija y puede perder la custodia, la que va a sufrir un desahucio y el hijo que no quiere hablar con su madre porque siente que la ha decepcionado), enriquecida por otras historias secundarias: los problemas de relación de pareja, y con el hijastro, que tiene el activista que ayuda a la madre de la primera historia, la mala relación entre la pareja a punto de ser desahuciada y la razón por la que la madre de la tercera historia tiene ansia por hablar con su hijo. Toda una macedonia de historias que Diego Botto debe llevar en un solo senido y consigue plenamente a través de un argumento en el que las historias comparten personajes, un montaje excelente en el que se cambia de una historia a otra a través de escenas entrelazadas y personajes que se cruzan, y una dirección vivaz, cámara en mano a modo de reportaje periodístico, que da nervio y tensión a lo narrado.
La película no es perfecta, desde luego. En este maremagnum de tramas, unas quedan mejor resueltas que otras. La historia del activista luchando para que la madre no pierda la custodia de su hija, al tiempo que intenta sacar adelante su relación de pareja y filial, es la mejor de las tres, la más conseguida y mejor terminada. La del desahucio es la más urgente y reivindicativa, y por eso quizá la que más llega y afecta al espectador, pero al mismo tiempo es la más rutinariamente hecha y realizada, quizá por esa necesidad de inmediatez y respuesta rápida, aunque el resultado final también sea bueno. La historia de la madre que busca que su hijo responda sus llamadas es quizá la menos conseguida, bien planteada a base de breves pinceladas a lo largo de la película, pero resuelta con demasiadas prisas y con un giro final de argumento más efectista que efectivo.
Pero la impresión general es la de una película muy buena, digna de verse, y que se beneficia además de una excelente interpretación coral, destacando por encima de todo el más que correcto reparto unos soberbios Luis Tosar y Penélope Cruz.
Y además es de esas películas necesarias, de las que no sé si servirán para despertar conciencias, que eso dependerá de cada cual, pero al menos sí va a servir para que esas conciencias no se adormilen y durante la proyección, y también unas cuantas horas después, pensemos sobre algunos de los problemas más acuciantes que tenemos en esta España de nuestros pecados... Porque, se lo advierto, es una película dura, pero al mismo tiempo con atisbos de esperanza.

7,0
17 522
7
25 de diciembre de 2024
25 de diciembre de 2024
18 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Cónclave" funciona a las mil maravillas mientras se ciñe a la exploración de secretos y ambiciones en la elección de un cargo de responsabilidad mundial. Son momentos en los que la temática se universaliza, y el hecho de que se centre en una elección papal pasa a ser secundario. Acierta también en la presentación del conflicto entre la honestidad y la utilidad a la hora de acometer dilemas de este calibre.
Es en esta parte de la película cuando el director Edward Berger controla la situación, dando un ritmo medido y tenso a la historia y usando todo su talento visual, en el que no desentona un reparto afinadísimo en el que destacan Ralph Fiennes, Stanley Tucci, John Lithgow e Isabella Rossellini.
Sin embargo, hay un momento en que la cosa se le escapa de las manos, en la prisa final por llegar al desenlace,(*zona spoiler)
No, para mí el problema está cuando se abandona la ambigüedad y el misterio en las motivaciones de los personajes y la tensión controlada con que se han contado para caer, por culpa de un exagerado maniqueísmo, en unas escenas exageradas, granguiñolescas y hasta sobreactuadas.
Toda la seriedad con la que se ha tratado el tema se viene abajo entonces y la impresión final es de ridículo. Y es una pena, porque durante dos tercios del metraje hemos estado ante una película interesantísima, muy entretenida y con mucho para hacer pensar. Qué pena de final.
Es en esta parte de la película cuando el director Edward Berger controla la situación, dando un ritmo medido y tenso a la historia y usando todo su talento visual, en el que no desentona un reparto afinadísimo en el que destacan Ralph Fiennes, Stanley Tucci, John Lithgow e Isabella Rossellini.
Sin embargo, hay un momento en que la cosa se le escapa de las manos, en la prisa final por llegar al desenlace,(*zona spoiler)
No, para mí el problema está cuando se abandona la ambigüedad y el misterio en las motivaciones de los personajes y la tensión controlada con que se han contado para caer, por culpa de un exagerado maniqueísmo, en unas escenas exageradas, granguiñolescas y hasta sobreactuadas.
Toda la seriedad con la que se ha tratado el tema se viene abajo entonces y la impresión final es de ridículo. Y es una pena, porque durante dos tercios del metraje hemos estado ante una película interesantísima, muy entretenida y con mucho para hacer pensar. Qué pena de final.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
* y no me refiero solo a la revelación del elegido y el secreto que esconde, que a unos gustará, a otros dejará indiferente y por motivos variados habrá quien se sienta indignado y hasta ofendido... personalmente creo que es un desenlace que busca justamente eso, y al no haber leido la novela, no sé si el problema ya estaba ahí y Berger se limita a reflejarolo, o es él quien no supo manejarlo.
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