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9
18 de noviembre de 2013
18 de noviembre de 2013
22 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque todavía no he visto tantas películas de este período como para considerarme un "entendido", sí puedo decir por ahora que el cine americano de los años 30 me encanta; concretamente, películas de crítica social como La Legión Negra, Soy un Fugitivo, Furia, Sólo se vive una vez, Tú y Yo (la de Fritz Lang)... y, por supuesto, ahora que la conozco, Wild Boys of the Road. Lo que más me gusta, en estas películas, es la especial crudeza de la puesta en escena; la agilidad y el ritmo perfecto en que se van sucediendo los acontecimientos; la condensación de ideas, personajes y sucesos, de manera que en poco más de una hora te pueden contar lo que en las películas de ahora no da tiempo a contar en dos; la ambientación, la fotografía; la especial sonoridad de las voces de los actores; los silencios y vacíos que se crean en torno a ellos...
Wild Boys of the Road ha sido una sorpresa absoluta, me ha parecido buenísima, y desde ahora mismo la recomiendo a todo aquel que disfrute de los clásicos. Inexplicablemente, esta seca historia sobre la Gran Depresión, la amistad y la insensibilidad de la sociedad es prácticamente desconocida. Genial me ha parecido, particularmente, el uso de la insinuación a la hora de tratar ciertos temas delicados, en que basta una frase o un plano para que adivinemos qué está ocurriendo (los cineastas de aquellos tiempos que quisieran hablar de ciertas cosas tenían que sortear así las normas de la censura). Me gusta la historia, me gustan los actores, me gusta el trasfondo de crítica y el atrevimiento de la película y me gusta su veracidad. Lo único que fastidia un poco la experiencia es el final, de pegote, algo cursi y nada creíble, claramente impuesto por los productores. El humor de los años 30 que aparece ocasionalmente tampoco es que haya envejecido muy bien, aunque no me parece que quede mal en absoluto.
Por si mi recomendación no os influye demasiado, que sepáis que ésta es una de las películas favoritas de Martin Scorsese (o eso dicen en imdb).
Wild Boys of the Road ha sido una sorpresa absoluta, me ha parecido buenísima, y desde ahora mismo la recomiendo a todo aquel que disfrute de los clásicos. Inexplicablemente, esta seca historia sobre la Gran Depresión, la amistad y la insensibilidad de la sociedad es prácticamente desconocida. Genial me ha parecido, particularmente, el uso de la insinuación a la hora de tratar ciertos temas delicados, en que basta una frase o un plano para que adivinemos qué está ocurriendo (los cineastas de aquellos tiempos que quisieran hablar de ciertas cosas tenían que sortear así las normas de la censura). Me gusta la historia, me gustan los actores, me gusta el trasfondo de crítica y el atrevimiento de la película y me gusta su veracidad. Lo único que fastidia un poco la experiencia es el final, de pegote, algo cursi y nada creíble, claramente impuesto por los productores. El humor de los años 30 que aparece ocasionalmente tampoco es que haya envejecido muy bien, aunque no me parece que quede mal en absoluto.
Por si mi recomendación no os influye demasiado, que sepáis que ésta es una de las películas favoritas de Martin Scorsese (o eso dicen en imdb).
16 de mayo de 2013
16 de mayo de 2013
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En algunos puntos, sobre todo entre la segunda y la tercera hora de metraje, el ritmo decae un poco y puede haber momentos algo pesados; no muchos, pero los hay (y es que cuatro horas y media de duración no pasan en balde). Esto me lo tuve que recordar cuando terminé de ver la película, porque el final me dejó entusiasmado y con la tentación de darle un 9 ó más... Pero claro, hay que ser justos.
El resto de la película me ha parecido muy, muy bueno. La primera hora y algo tiene un ritmo muy ágil y emocionante, dejando la personalidad del doctor Mabuse delineada a la perfección. Las dos últimas horas, la parte de "El Infierno" me parecieron también muy entretenidas y se me pasaron enseguida. Al final, los acontecimientos se suceden a toda velocidad dando lugar a un desenlace magistral y expresionista a la máxima potencia.
El Doctor Mabuse es una peli pionera del cine policíaco, una de las primeras de la historia del cine que hacen del villano el héroe, en contraposición a las fuerzas de la ley y el orden, y que ha sido infinitamente copiada después, tanto por los personajes (el fiscal, pétreo, que encarna la justicia; Mabuse, inteligentísimo, sofisticado y perverso) como por la forma en que se desarrolla y su montaje.
Lo que más hay que destacar aquí es la dirección de Fritz Lang. Lleva las escenas con minuciosidad de detalles y con perfecto control del ritmo y de los personajes. Las actuaciones de éstos son muy expresionistas, también muy conseguidas. Uno de mis personajes favoritos, que me pareció espectacular, fue Spoerri, el lacayo cocainómano; también me gustó Alfred Abel, muy en la línea de actuación que le hizo famoso. Y, por supuesto, Mabuse y el fiscal Von Wenk. Con todos ellos, Lang crea un ambiente turbio y oscuro que te atrapa rápidamente.
Pero hay algunas cosas que no me han gustado tanto...
Creo que la película tiene fallos de guión. Aparte de que peca, de vez en cuando, de excesiva ingenuidad y de un folletinismo algo increíble (que lo podemos justificar perfectamente si atendemos a la época), hay incongruencias en el comportamiento de los personajes, reacciones que a veces nos saltan de ojo, algo pilladas por los pelos, y formas de actuar que nadie seguiría con dos dedos de frente. De esto pongo algunos ejemplos en el spoiler para los interesados. Hubo también escenas que no entendí demasiado, y que también dejo en el spoiler, por si alguien me las quiere explicar.
Había algunos intertítulos necesarios, sobre todo en lo referente a cartas o mensajes, que repiten demasiado.
Por lo demás, una muy buena película, toda una pionera en su género, con una dirección estupenda y, por cierto, una música que casaba muy bien con todo el conjunto.
El resto de la película me ha parecido muy, muy bueno. La primera hora y algo tiene un ritmo muy ágil y emocionante, dejando la personalidad del doctor Mabuse delineada a la perfección. Las dos últimas horas, la parte de "El Infierno" me parecieron también muy entretenidas y se me pasaron enseguida. Al final, los acontecimientos se suceden a toda velocidad dando lugar a un desenlace magistral y expresionista a la máxima potencia.
El Doctor Mabuse es una peli pionera del cine policíaco, una de las primeras de la historia del cine que hacen del villano el héroe, en contraposición a las fuerzas de la ley y el orden, y que ha sido infinitamente copiada después, tanto por los personajes (el fiscal, pétreo, que encarna la justicia; Mabuse, inteligentísimo, sofisticado y perverso) como por la forma en que se desarrolla y su montaje.
Lo que más hay que destacar aquí es la dirección de Fritz Lang. Lleva las escenas con minuciosidad de detalles y con perfecto control del ritmo y de los personajes. Las actuaciones de éstos son muy expresionistas, también muy conseguidas. Uno de mis personajes favoritos, que me pareció espectacular, fue Spoerri, el lacayo cocainómano; también me gustó Alfred Abel, muy en la línea de actuación que le hizo famoso. Y, por supuesto, Mabuse y el fiscal Von Wenk. Con todos ellos, Lang crea un ambiente turbio y oscuro que te atrapa rápidamente.
Pero hay algunas cosas que no me han gustado tanto...
Creo que la película tiene fallos de guión. Aparte de que peca, de vez en cuando, de excesiva ingenuidad y de un folletinismo algo increíble (que lo podemos justificar perfectamente si atendemos a la época), hay incongruencias en el comportamiento de los personajes, reacciones que a veces nos saltan de ojo, algo pilladas por los pelos, y formas de actuar que nadie seguiría con dos dedos de frente. De esto pongo algunos ejemplos en el spoiler para los interesados. Hubo también escenas que no entendí demasiado, y que también dejo en el spoiler, por si alguien me las quiere explicar.
Había algunos intertítulos necesarios, sobre todo en lo referente a cartas o mensajes, que repiten demasiado.
Por lo demás, una muy buena película, toda una pionera en su género, con una dirección estupenda y, por cierto, una música que casaba muy bien con todo el conjunto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
-Lo de usar ciegos es una buena idea... Supongo que es para que no vean que lo que están contando son billetes falsos. Pero los ciegos, a no ser que sean también sordos, pueden escuchar lo que ocurra alrededor, y Mabuse y su secuaz hablan de sus planes secretos delante de ellos con total relajamiento.
-Que el conde Told elija a Mabuse para que le trate me parece una decisión muy poco creíble. Tampoco me creo que acuda a Von Wenk cuando desaparece su mujer... ¿Por qué a Von Wenk y no a la policía normal y corriente? Todavía si fueran amigos, se podría explicar... Pero no lo eran.
-Menos mal que Von Wenk ordenó una doble protección para trasladar a Pesch desde la prisión; con protección o sin ella, fueron los policías tan ineptos de sacar al preso para calmar a la multitud instigada por Mabuse; el mejor momento para endilgarle un tiro.
-El plan de asesinato de Mabuse para Von Wenk es un poco estrafalario, pero se admite.
-Aquí viene una duda que tengo: ¿qué ocurre cuando matan a Hull? ¿El ayudante de Von Wenk estaba compinchado con Mabuse? No me había enterado. Y si el ayudante no iba con Mabuse, ¿entonces alguien me puede explicar su comportamiento?
-Para lo profesional que teóricamente es Mabuse, al final es muy fácil de encontrar... ¿Cómo es tan tonto de vivir en la misma casa que tiene a nombre del doctor Mabuse psicoanalista? ¡Así casi sorprende que no lo hubieran encontrado antes!
-Que el conde Told elija a Mabuse para que le trate me parece una decisión muy poco creíble. Tampoco me creo que acuda a Von Wenk cuando desaparece su mujer... ¿Por qué a Von Wenk y no a la policía normal y corriente? Todavía si fueran amigos, se podría explicar... Pero no lo eran.
-Menos mal que Von Wenk ordenó una doble protección para trasladar a Pesch desde la prisión; con protección o sin ella, fueron los policías tan ineptos de sacar al preso para calmar a la multitud instigada por Mabuse; el mejor momento para endilgarle un tiro.
-El plan de asesinato de Mabuse para Von Wenk es un poco estrafalario, pero se admite.
-Aquí viene una duda que tengo: ¿qué ocurre cuando matan a Hull? ¿El ayudante de Von Wenk estaba compinchado con Mabuse? No me había enterado. Y si el ayudante no iba con Mabuse, ¿entonces alguien me puede explicar su comportamiento?
-Para lo profesional que teóricamente es Mabuse, al final es muy fácil de encontrar... ¿Cómo es tan tonto de vivir en la misma casa que tiene a nombre del doctor Mabuse psicoanalista? ¡Así casi sorprende que no lo hubieran encontrado antes!

6,4
5 760
4
15 de mayo de 2013
15 de mayo de 2013
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mira que yo soy admirador de Kubrick y que, cuando empecé a ver esta película, tenía muchas expectativas... Pero ni por ésas. Si la aguanté, fue porque no dura más que una hora... Pero una hora que se pasa como tres. El comienzo, con una larguísima, minuciosa y anodina presentación del cuarto del boxeador, te va preparando para lo que te espera.
La historia, ya de por sí, es increíble, simplona, de mínimo enredo y poco original; el ritmo que lleva, totalmente inadecuado para una película tan corta; los personajes, trillados, nada auténticos y poco interesantes hasta el vómito, sin que se aprecie en ellos la menor evolución. Puede que a esto último hayan colaborado los actores que se encargan de interpretarlos, que son todos para echarlos de comer a parte.
El interés lo pierdes muy rápido, cuando empiezan los absurdos. El acercamiento sentimental entre el memo del boxeador y la ridícula prostituta (una mujer que, al parecer, trabaja en un burdel donde la especialidad son los bailes de salón), es artificial y está muy mal contada.
La música es cargante y no se aviene para nada a las circunstancias de cada escena.
Lo único que me ha gustado algo ha sido la fotografía, muy animada y ágil, en la línea de estos primeros pinitos de Kubrick.
Las escenas finales son graciosas, aunque creo que no era ésa la pretensión de nadie. El final es ridículo.
Me parece curioso que, a una peli tan mala, tan de aficionado, le siguiera, sólo un año después, una gran película como es Atraco Perfecto...
La historia, ya de por sí, es increíble, simplona, de mínimo enredo y poco original; el ritmo que lleva, totalmente inadecuado para una película tan corta; los personajes, trillados, nada auténticos y poco interesantes hasta el vómito, sin que se aprecie en ellos la menor evolución. Puede que a esto último hayan colaborado los actores que se encargan de interpretarlos, que son todos para echarlos de comer a parte.
El interés lo pierdes muy rápido, cuando empiezan los absurdos. El acercamiento sentimental entre el memo del boxeador y la ridícula prostituta (una mujer que, al parecer, trabaja en un burdel donde la especialidad son los bailes de salón), es artificial y está muy mal contada.
La música es cargante y no se aviene para nada a las circunstancias de cada escena.
Lo único que me ha gustado algo ha sido la fotografía, muy animada y ágil, en la línea de estos primeros pinitos de Kubrick.
Las escenas finales son graciosas, aunque creo que no era ésa la pretensión de nadie. El final es ridículo.
Me parece curioso que, a una peli tan mala, tan de aficionado, le siguiera, sólo un año después, una gran película como es Atraco Perfecto...
Cortometraje

5,6
606
6
14 de junio de 2013
14 de junio de 2013
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
En sí, este corto es bastante malo; si el protagonista no fuese Chaplin, ni llegaría al suspenso; si ésta fuera la trigesimoséptima película de Chaplin, tampoco.
Pero el caso es que ésta es la primera vez que Chaplin aparece en el papel de vagabundo, el personaje que, salvo excepciones, no abandonaría hasta 1936, con Tiempos Modernos. Me parece interesantísimo y muy recomendable contemplar esta versión primitiva, tan poco desarrollada, tan diferente y rara; por las caras, gestos, aspavientos y forma de comportarse, hasta parece más un imitador de charlot que el propio charlot. Produce una sensación extraña, pero que sabrán apreciar todos los seguidores de este grandísimo artista. Con este corto, uno comprende que la naturalidad perfecta de la actuación de Chaplin en sus posteriores obras maestras es mucho más compleja de lo que a simple vista parece.
En cuanto al corto, pues eso, no tiene ni pizca de gracia y no es más que el mismo "sketch" una y otra vez.
Pero el caso es que ésta es la primera vez que Chaplin aparece en el papel de vagabundo, el personaje que, salvo excepciones, no abandonaría hasta 1936, con Tiempos Modernos. Me parece interesantísimo y muy recomendable contemplar esta versión primitiva, tan poco desarrollada, tan diferente y rara; por las caras, gestos, aspavientos y forma de comportarse, hasta parece más un imitador de charlot que el propio charlot. Produce una sensación extraña, pero que sabrán apreciar todos los seguidores de este grandísimo artista. Con este corto, uno comprende que la naturalidad perfecta de la actuación de Chaplin en sus posteriores obras maestras es mucho más compleja de lo que a simple vista parece.
En cuanto al corto, pues eso, no tiene ni pizca de gracia y no es más que el mismo "sketch" una y otra vez.
CortometrajeDocumental

6,6
6 618
Documental
7
3 de agosto de 2013
3 de agosto de 2013
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enciendo el ordenador para empezar un aburridísimo trabajo de búsqueda de jurisprudencia online para clase; en algún minuto, por entre las largas y tediosas horas de "investigación" minuciosa, visitas a facebook, idas y venidas de la cocina y charlas con quien quiera que se quiera pasar por mi habitación, se me ocurre echar un vistazo a Llegada del tren a la estación de La Ciotat, la más conocida, al menos para mí, de las películas de los hermanos Lumière, a pesar de que nunca la había visto antes. Total, no dura ni un minuto, poca concentración voy a perder con esto. O sea que me meto en youtube y veo el vídeo. Y justo después, me meto a filmaffinity para votarla.
La cosa es ya de por sí un tanto ridícula, pero lo hago igualmente. Quiero dejar constancia de que he visto esta película. Y llega la hora de valorarla. Por un lado, pienso que el corto en sí tampoco es que sea gran cosa. Pero, por otra parte, es de 1895, esto dejó al grupo de espectadores parisinos que tuvieron la suerte de asistir a su proyección totalmente pasmado. Por supuesto, tiene auténtico mérito. O sea que... ¿qué nota le planto? ¿Un nueve? Sin duda, con todo el mérito del mundo, la película no es para un nueve... No, un nueve no. ¿Un seis? Pf... Pero es que un seis es casi como un insulto, parece que no hago justicia al impacto y a la novedad que algo tan trivial como la llegada de un tren a la estación tuvo en su momento... Total, ¿que qué hago? Y sigo pensando y debatiendo conmigo mismo.
En ese momento, me percato de mi propia ridiculez y del hecho de que parece que me estoy tomando a mí mismo como poco menos que un reputadísimo crítico de cuya valoración sobre la película vaya a depender la valoración que luego hagan muchos más; como si verdaderamente le fuera a importar algo a alguien que le ponga un seis o un nueve a la peliculita de los Lumière... También pienso que, realmente, ponerse a valorar en filmaffinity cortos de un minuto es poco menos que imbécil...
O sea que... ¿qué hago? ¿La valoro o la dejo estar? Total... Pero es que me apetece dejar constancia de que he visto las películas de los Lumière (como si ello fuese a impresionar a alguien y fuese algo extremadamente difícil o digno de cerebros privilegiados o de personas de buen gusto). Vamos a ver... Doy un par de vueltas en la silla. Echo el aire. Empiezo a dar golpecitos en la mesa con los dedos. "Bueno, pues hala, le pongo un siete", decido finalmente. Total, que entro, le pongo un siete y permanezco pensativo un poco más observando el efecto que las siete estrellas tienen junto a la imagen de la película. Por un momento, pienso en subir y en bajar la nota al mismo tiempo, pero me suplico a mí mismo que me tranquilice y salgo de filmaffinity rápidamente, tratando de olvidar el incidente y de volver lo más prontamente posible al repulsivo mundo del Derecho Constitucional.
La cosa es ya de por sí un tanto ridícula, pero lo hago igualmente. Quiero dejar constancia de que he visto esta película. Y llega la hora de valorarla. Por un lado, pienso que el corto en sí tampoco es que sea gran cosa. Pero, por otra parte, es de 1895, esto dejó al grupo de espectadores parisinos que tuvieron la suerte de asistir a su proyección totalmente pasmado. Por supuesto, tiene auténtico mérito. O sea que... ¿qué nota le planto? ¿Un nueve? Sin duda, con todo el mérito del mundo, la película no es para un nueve... No, un nueve no. ¿Un seis? Pf... Pero es que un seis es casi como un insulto, parece que no hago justicia al impacto y a la novedad que algo tan trivial como la llegada de un tren a la estación tuvo en su momento... Total, ¿que qué hago? Y sigo pensando y debatiendo conmigo mismo.
En ese momento, me percato de mi propia ridiculez y del hecho de que parece que me estoy tomando a mí mismo como poco menos que un reputadísimo crítico de cuya valoración sobre la película vaya a depender la valoración que luego hagan muchos más; como si verdaderamente le fuera a importar algo a alguien que le ponga un seis o un nueve a la peliculita de los Lumière... También pienso que, realmente, ponerse a valorar en filmaffinity cortos de un minuto es poco menos que imbécil...
O sea que... ¿qué hago? ¿La valoro o la dejo estar? Total... Pero es que me apetece dejar constancia de que he visto las películas de los Lumière (como si ello fuese a impresionar a alguien y fuese algo extremadamente difícil o digno de cerebros privilegiados o de personas de buen gusto). Vamos a ver... Doy un par de vueltas en la silla. Echo el aire. Empiezo a dar golpecitos en la mesa con los dedos. "Bueno, pues hala, le pongo un siete", decido finalmente. Total, que entro, le pongo un siete y permanezco pensativo un poco más observando el efecto que las siete estrellas tienen junto a la imagen de la película. Por un momento, pienso en subir y en bajar la nota al mismo tiempo, pero me suplico a mí mismo que me tranquilice y salgo de filmaffinity rápidamente, tratando de olvidar el incidente y de volver lo más prontamente posible al repulsivo mundo del Derecho Constitucional.
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