Pocas series han conseguido en los últimos años la brillantez de la que puede presumir Fargo tras el final de las dos primeras temporadas, un trabajo sobresaliente que le debe enamorar a todo amante del cine negro con un componente de humor sucio.

Una producción asombrosa de los Coen, y un trabajo preciso de Noah Hawley, que ha conseguido imprimir la atmósfera y el carácter genuino de la obra maestra de los años 90, también desarrollada en esta zona tan característica de los Estados Unidos donde, al parecer, el nivel de 'paletismo' y 'empanamiento' es mucho mayor que la media.

Todos los actores son increíbles, con especial mención al que interpreta al personaje de Hanzee Dent, Zahn McClarnon y a la de Peggy, Jean Smart, que sencillamente te atrapa en esa evolución que va sufriendo su personaje a lo largo de los 10 capítulos.

Fotografía y montaje óptimos, insuperables. Sobre todo el segundo aspecto, jugando con unos recursos vistosos y a la vez no muy explotados; la descomposición del tiempo se lleva aquí hasta límites insospechados, sin despistar al espectador, respetando un hilo argumental que contiene piezas que te encajan a la perfección, aun pareciendo, a priori, inconexas con otros elementos.

No hay duda que si eres un 'freak' de las series no puedes dejar escaparla, porque te va a cautivar desde el primer capítulo, incluso desde la primera (y tremendamente original) escena.

Chapó.