FNL es una serie de una factura técnica impresionante, esta tan bien realizada, que te sumerges en la historia hasta que "despiertas" de repente en los títulos de crédito.
He visto la mitad de la primera temporada y confieso que estoy enganchado. Merece la pena. Pese a las altas dosis de moralidad americana que impregnan la serie, pese a que la historia no cuenta nada que no se halla contando mas de 100 veces, pese al aura de bondad que desprenden todos los personajes y que les aleja de la credibilidad que la producción de la serie sugiere. Pese a la perfección casi absoluta de la familia del entrenador, donde el amor, los sabios consejos, y una moral inquebrantable, hacen que el espectador europeo y supongo que cualquiera minimante critico levante una ceja y piense que eso es desgraciada o afortunadamente imposible, pese a que los personajes son tópicos, el bueno, el duro, la guapa y buena, la sexy, el empollón, y todos tienen una acertada "cara b", de nuevo su fondo de bondad les hace homogéneos e increíbles.
El único contrapunto que existe a esta bondad, no se manifiesta abiertamente, es algo subyacente, algo a lo que la serie apunta, pero no confirma, (recuerdo que solo he visto 13 capítulos hasta el momento). Es el hecho de que todos los jugadores parecen destinados a ser ángeles caídos, mientras sigan en el equipo tendrán el estatus de ídolos y superestrellas en un pueblo enfermo por el fútbol, y cuya única distracción a una vida aldeana y aburrida, es el equipo del instituto. La serie parece que pone en tela de juicio, el futuro de los chicos mas allá del equipo, ninguno parece tener un futuro profesional, el pueblo les encumbra hoy y mañana les ignorara. En resumen, una serie que me ha sorprendido mucho, me ha demostrado el valor
de una producción brillante, es capaz de hacer de una historia manida y en cierto modo previsible, algo para recordar.