Es la misma historia de amor de Forrest Gump o de Benjamin Button. Encuentros y reencuentros a lo largo del tiempo de dos personajes destinados a vivir separados y a morir juntos. La presencia de Joanna Kulig es una maravilla, en cada plano. Gran actriz.

El acompañamiento musical es lo mejor de la película. En cuanto a la fotografía, parece que si no dejas el aire cambiado en los cuadros a personajes ya no eres nadie hoy en día. Conste que me encantan, pero al final va a parecer que los que siguen los cánones son los alternativos. Aún así la fotografía es brillante, sin duda mejor y más justificada que la de la sobrevalorada Roma.

Si la protagonizara Ferreras la película se titularía The Post-ureo (Más Periodismo). Por suerte, no es el caso. Es un viaje intenso al periodismo puro a través de unos personajes magníficos (el elenco de actores/actrices es brutal) que plantea un dilema al Washington Post sobre la publicación de unos documentos que implican un escándalo de encubrimiento para diversas presidencias de los EEUU. Y se plantea desde la determinación del director del periódico (un fantásico Tom Hanks haciendo de Tom Hanks) en su defensa de la libertad de expresión y la independencia y libertad de prensa, y las dudas de la dueña del periódico (Meryl Streep, sobrevalorada una vez más) sobre qué decisión tomar ante las posibles represalias de la administración Nixon. Es decir, es como si Ana Rosa Quintana se hubiera planteado en algún momento de su vida qué es el periodismo y hubiera tenido después alguna pretensión de aplicar la teoría.

La historia, real, es una gozada. Y aquí vienen los peros. Es tan potente la historia en sí que la presencia de dos actores tan grandiosos (sobretodo Streep, #otrapelideMerylStreepnominada) le roba protagonismo. Es decir, Spielberg parece forzado a darle un protagonismo excesivo a Meryl, simplemente porque es Meryl, con algunas secuencias que nos importan un carajo sobre su vida personal. Pasa menos con Hanks, que encaja perfectamente dirigiendo la redacción. En Spotlight, por ejemplo, teníamos un casting más ajustado, más plano, que beneficiaba la historia. Aquí, Meryl Streep se lleva parte de esta historia.

Es uno de los motivos por los cuales la película no crece lo suficiente. El otro, la dirección extremadamente clásica de Spielberg (conste que me encanta) que no aporta demasiado a la película. Cada vez que utiliza su clásico travelling de acercamiento al rostro de Tom Hanks no puedo evitar pensar en Indiana Jones...Tom Hanks y la última cruzada. Colapso.

Clooney demuestra con este film que sabe hacer cine y del bueno, y lo que es mejor, también sabe escribirlo. Si las cosas fueran justas, Good night and good luck debería obtener el Oscar al mejor guión original por lo menos, puesto que se mantiene a gran nivel durante toda la película, sin decaer un solo instante, y eso a pesar de la rectilineidad en lo que respecta al ritmo de las imágenes.

También merecen comentario positivo la fotografía, a pesar de que esta noche ese Oscar está más que cantado para Brokeback Mountain, y la interpretación de Stratheirn como Murrow, con su rostro impenetrable, no imagino ningún otro actor mejor para ese papel. Lo borda.

Sin duda, la peor ¿película? con la que he tenido la desgracia de topar este año en una sala de cine. Un guión horrendo, los mismos clichés de este tipo de películas de toda la vida, ningún elemento de sorpresa, frases lapidarias absolutamente vomitivas, como la que cierra el film de forma irritante, un maquillaje digno de la señora Pepis, efectos especiales cutre-salchicheros...y un cierto tufillo de auto-plagio, para más inri del señor Romero.

Por no hablar de las horrendas actuaciones (incluida la del desaprovechado Dennis Hopper) y vergüenza ajena al ver en pantalla por enésima vez las mismas frases absurdas y las mismas situaciones de siempre.

Y no digamos ya el irritante capítulo en que uno de los "mata-zombies" aparece on un hombro de luces diciendo que se llama "Manolete, como el torero"

En fin, un cúmulo de despropósitos, sólo para freaks con muchas ganas.

No es una película regular, sino mala directamente. El porqué es bien sencillo: pretende ser una comedia inteligente haciendo pasar por tontos a los actores, y como resultado el público tonto no se ríe (y abandona la sala) porque no lo entiende, y el público inteligente cree que le están tomando el pelo.

Es muy bonito afirmar que la película pretende reflejar los valores de la sociedad y blablabla, pero el guión es tan sumamente absurdo que por mucho que pretenda criticar, por mucho que pretenda distanciarse de los films habituales, por mucho que Hoffman o Jude Law no se hagan gracia ni a sí mismos, no deja de ser eso, absurdo.

Me sobresalté al leer elogios y buenas críticas sobre este film tras verlo, porque aquí no se salva ni Shania Twain, ni siquiera la abuela "gallega" apellidada Etxeberría (ridículo a más no poder). Bien sí, la chica, Naomi Watts, es la única en el reparto que da un poco de aire fresco al enrevesado y (insisto) absurdo argumento.