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España España · LOGROÑO
Críticas de edusaenz
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Críticas 289
Críticas ordenadas por utilidad
5
12 de mayo de 2017
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cadaver impoluto de una joven sin signos visibles de violencia ni causa aparente de muerte llega a la pequeña funeraria familiar de la ciudad, en donde sus dos únicos trabajadores, padre e hijo, dispondrán de sólo unas pocas horas para averigüar de qué a muerto.

André Øvredal filma una primera mitad interesante y claustrofóbica, a ratos ingeniosa y en su mayoría inquietante. Muchos elementos novedosos que mantendrán al espectador con el corazón encogido y ganas de taparse los ojos con las manos en cada secuencia…o al menos hablo por mi. En su segunda mitad la película se hace más predecible y pierde punch, perdiendo parte de su encanto inicial con un desenlace casi de patio de colegio. El joven aunque sobradamente preparado Emile Hirsch y el veterano y siempre correcto Brian Cox protagonizan y dan vida a los forenses que deben resolver el enigma de la chica cadáver. Con lo que no cuentan es con los fenómenos paranormales que se les avecinan…porque nunca es bueno trabajar tanto sin descanso y no dejar para mañana lo que no debías haber hecho hoy. Que pena de película con la buena pinta que tenía. Lo que prometía ser la autopsia de Doña Juana y acabó siendo la de Doña Nadie…y sin miedo.

Sacapuntas de oro: Su prometedor comienzo. La escena del espejo en el pasillo acojona. El aire de cine independiente y de serie B le da su encanto. El impacto de ver un cuerpo desnudo e indefenso a la vista de todos.

Sacapuntas de madera: Un final “made in” Saw no hubiera sido muy novedoso…pero hubiera dado un miedo cojonudo. Que no haya aguantado todo el metraje el tono socarrón y sarcástico del inicio. El escaso protagonismo de los secundarios.

Nota: 5 Sacapuntas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
edusaenz
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2
10 de abril de 2017
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un joven matrimonio se compra un casoplón en Texas para iniciar una nueva vida. Antes de adquirirlo, la de la inmobiliaria les advierte que en esa misma casa habían ocurrido unas muertes en extrañas circunstancias, pero aún así no le dan demasiada importancia. Temerarios...

El director Sean Byrne fabrica una película de medio pelo que no engancha en ningún momento, no produce terror alguno sino más bien vergüenza ajena y que maldices a los 5 minutos por haber elegido semejante bodrio, pero que por cabezonería (como buen Tauro) decides ver hasta el final, aunque se te remuevan las tripas ante lo que estás viendo. La casa encantada de la que salen voces de ultratumba es un elemento mil veces visto, pero millones de veces mejor logrado. Personajes faltos de carisma y con diálogos de chiste malo. Lo mejor de todo es que dura poco (aunque se te haga eterna) y vislumbrar algo verdaderamente aterrador en el personaje del hombre gordito desequilibrado...que las personas con la mente así son capaces de hacer cualquier cosa, aunque aparenten no haber roto jamás un mísero plato.

Sacapuntas de oro: Un estilismo cuidado y punkarra que tiene su aquél.

Sacapuntas de madera: Desde el título hasta los créditos finales. Que te peguen un tiro por la espalda y a quemarropa, seas capaz de levantarte para rescatar a tu mujer e hija de un sádico y de un incendio cargando con una escalera, es para hacérselo mirar...o directamente para mirar para otro lado.

Nota: 1 Sacapuntas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
edusaenz
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5
11 de febrero de 2017
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un hombre solitario que trabaja de manitas en Boston debe regresar al pueblo donde se crió y vivió tiempo atrás cuando se entera del fallecimiento de su hermano. Allí deberá asumir la tutoría legal de su sobrino hasta que éste alcance la mayoría de edad y, además, hacer frente a los fantasmas del pasado que le llevaron a huir de ese lugar.

Kenneth Lonergan escribe y dirige una película pequeña e íntima por fuera pero tremendamente dura y áspera en su interior. Narra la vida de un hombre literalmente muerto, al que no dejan reposar tranquilamente en su ataúd. Por un error, tan trágico como fortuito, que cometió en el pasado, se ve obligado a vivir, muy a su pesar. Casey Affleck interpreta al muerto en vida de una forma prodigiosa, que le ha valido el Globo de oro como mejor actor y entra de lleno en las quinielas para alzarse con el Oscar. Un actor que ya dejó su impronta en títulos tan recordados como Adiós pequeña, adiós y El demonio bajo la piel; el hermanísimo pega por fin un puñetazo en la mesa y deja de ser el otro, para ser por méritos propios en un actor de primer nivel. Una vez dicho esto, a mi la película me dejó muy frío. Tanto flashback me produce dolor de cabeza y la actitud del sobrino, claro ejemplo de la edad del pavo, me produce sonrojo. Inmadurez en estado máximo. Bastante dura y jodida es la vida en sí como para verlo también en la gran pantalla en tus dos horas de entretenimiento y desconexión de la semana. Con esto no quiere decir que me parezca una mala película, ni mucho menos. Sino una película excesivamente triste y deprimente. Y en estos tiempos que corren, lo que me apetecen son chutes de buenrollismo y de alegría en el cuerpo, y no caer en una profunda depresión. A su favor decir que plasma de una manera certera la relación tío-sobrino, algo digno de estudio, que muchas veces es incluso más poderosa y sincera que las relaciones padre-hijo. Y el protagonista es el único perdón que asume como amortizado…y las únicas sonrisas que se permite.

Sacapuntas de oro: El súbito (y desapercibido) momento en que el sobrino ve las fotos de la mesilla de su tío; no hace falta que el espectador las vea para romper a llorar. El sentimiento de culpa de las personas es mucho mayor y poderoso que el del disfrute. Michelle Williams y su papel desgarrador pero redimido. El momento culmen en que vemos el suceso por el que se encadena todo…es horror en estado puro.

Sacapuntas de madera: El aire de funeral que envuelve todo. Estructura de telefilm de serie B. Le sobran 15-20 minutos y se te hace larga, porque hay momentos en los que no pasa absolutamente nada. La sensación de salir del cine un poco estafado por las grandes críticas recibidas…debería existir una asociación de víctimas del cine que devolviera las entradas del cine a los descontentos.

Nota: 5,5 Sacapuntas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
edusaenz
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4
6 de septiembre de 2016
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una banda de punk rock es contratada para dar un concierto en una sala donde, para su absoluta sorpresa, solo hay público de ideología nazi. El ambiente ya de por si está tenso y cargado, pero todo se complica aún más cuando presencian un asesinato delante de sus propios ojos...

Jeremy Saulnier dirige y escribe su tercera película indie, con grandes dosis de gore enlatado y al vacío, lo que la convierte directamente en una película de serie B y que no se toma en serio a si misma, a pesar de tener algún momento salvable. El triste y recientemente fallecido Anton Yelchin lleva el peso de la cinta como líder de la banda y consigue una actuación meritoria. La película acaba haciéndose larga sin acabar de engancharte del todo y sobran vísceras y sangre por doquier. Aunque hay que reconocer que solo el hecho de pensar por un instante en estar en la piel de la banda produce un escalofrío notable. Y dejo una idea para darle más de una vuelta al que le interese: Que un film sea catalogado como independiente, y no sea un estándar y vulgar blockbuster, no le convierte ya de por si en una buena película. Como todo en esta vida hay que currárselo, no vale solo con tener unos buenos ingredientes si ni tan siquiera sabes encender el fuego.

Lo mejor: Cierta dosis de tensión que mola, una música apta para un rato a todo trapo y unos actores muy metidos en sus papeles.

Lo peor: Ni es una película de miedo ni es propiamente un thriller al uso...es simplemente una de gore. Nada se sabe de los personajes ni sus motivos para estar ahí. Muchas incoherencias en el guión y en la forma de actuar de los buenos pero, sobre todo, de los malotes.

Nota: 4 Sacapuntas.
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edusaenz
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6
14 de marzo de 2019
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una cantante de éxito que lleva 10 años retirada, decide volver a los escenarios con una gran gira. Pero unas semanas antes del regreso sufre un percance y pierde la memoria. Decide pedirle ayuda a una admiradora e imitadora para que le enseñe a volver a ser ella misma…

El madrileño Carlos Vermut, autor de la sobresaliente Magical Girl, dirige y escribe esta vez una cinta irregular, que se queda a mitad de camino entre un drama desgarrador y profundo y un cúmulo de historias huecas y sin alma, con la mitad de los personajes sin definir. Es innegable que hay una historia que contar de cada una de las cuatro mujeres que aparecen en pantalla. Cada una de ellas tiene algo que produce fascinación y a la vez encogimiento pero no nos lo saben contar como la ocasión lo hubiera merecido. La historia de la madre (una espléndida Eva Llorach) y su hija (la tormentosa Natalia de Molina) se queda coja, se nos debería mostrar más para comprender los verdaderos comportamientos de ambas, aunque sí que es cierto que lo que se nos relata ya es lo suficientemente aterrador…pero la relación entre ambas merecía escarbar un poco más. Pero la historia que queda totalmente desdibujada es la de la cantante (la contenida Najwa Nimri) con su representante (una infrautilizada Carme Elías) porque ahí está para mi la clave de la película y se nos cuenta lo justo, sobre todo del personaje de Elías, que hubiera sido de traca que al final de la historia ella hubiera sido…hasta ahí puedo leer. No disfruté con la película en sí ni con sus canciones y mucho menos me creo ni la historia ni la relación tan forzada entre la cantante y su imitadora, eso solo pasa en las películas…Estaba esperando que en algún momento la película explotase y echase a volar pero cuando lo hace ya es tarde y ocurre de una forma tramposa y a trompicones, con muchos giros de guión difíciles de creer. Esta vez el señor Vermut no me fascina ni me seduce, aunque tal vez la presión auto impuesta tras su anterior película ha podido jugar en su contra. Le daremos otra oportunidad, sin duda, pero en esta película al final te importa poco quién cante, porque lo que quieres es que el concierto acabe cuanto antes y sin bises.

Sacapuntas de oro: La escena de madre e hija en la casa es aterradora. Los ojos y la expresión del personaje de Llorach en cada fotograma muestra el sufrimiento de una madre sufridora y de una mujer luchadora. Una muy elegante fotografía.

Sacapuntas de madera: Una banda sonora marchita que no pasará a la historia. El arreón final es forzado y muy recambolesco, tanto que no entiendo (y me da igual) quién se sube al escenario y quién hay debajo de la peluca. Es demasiado hermética y no empatiza.

Nota: 5,5 Sacapuntas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
edusaenz
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