Lo mejor: Las criaturas que ayudan al Krampus
Lo peor: Que no se atreva a más

Tenía ganas de ver ‘Krampus’, puesto que siempre me hacen gracia las películas que transforman la época del año más “alegre” en algo oscuro y siniestro como en la también reciente ‘Rare Exports’. Sin embargo, al contrario que la película finlandesa, ‘Krampus’ se queda a medio gas. No es una mala película. Los actores están correctos, la historia, a pesar de algún agujero en el guion, se sustenta bastante bien, y no da vergüenza ajena a pesar de lo arriesgada que es la idea. Pero aun así, el terror es inexistente, y cuando quiere hacer gracia, tampoco lo consigue en exceso. Ni chicha ni limoná. El problema es que, dado que el tema tampoco es muy serio, miras la película esperando una gamberrada como en su momento fue ‘Gremlins’, ‘Critters’, y otras muchas que han explorado el comedy-horror de monstruitos. Sin embargo, ‘Krampus’ no se atreve a nada. No hay sangre, casi tampoco hay insultos. Los personajes no lo pasan especialmente mal… Cuando crees que la película puede tirar hacia el festival gore, nunca lo hace. Claro que cuando centras tu película en un niño, tampoco vas a hacer que el niño presencie desmembramientos ni cosas similares, pero bueno.
En conclusión, ‘Krampus’ es una película que no está mal hecha. Nada destaca para mal. No se hace larga. Pero tampoco te produce nada. Es una película insípida.

Lo mejor: La función final
Lo peor: Se repite la fórmula de Very Important Perros (que vergüenza de título…)

La película producida por Netflix deja una sensación agridulce. Cristopher Guest vuelve a repetir la fórmula de Very Important Perros en la que, a través del falso documental, vemos como un grupo de personas se preparan para una competición. En el caso de la primera, la competición era de perros, en el caso de la que atañe a esta crítica, es una competición de mascotas de equipos. Sí, aquellos peluches gigantes con personas dentro que bailan y hacen diferentes shows. La película en sí es divertida. Algunos gags funcionan muy bien, sobretodo la actuación final de todas las mascotas. Es absurda y se agradece. Otros gags no ofrecen mucho más que la gracia fácil. Los personajes, salvando unos pocos, no acaban de encajar muy bien. En vez de ser raros y adorables, son raros y cansinos. En este sentido, te cuesta empatizar con su locura mental. Pero el mayor problema es que es lo mismo que ya hemos visto, pero cambiando mascotas de verdad por mascotas de mentira. Punto. No hay nada más. Si quieres ver una comedia ligera para reírte un poquito, mira-la. Si no, si esperas reírte a carcajadas y enamorarte de los personajes, quédate con Very Important Perros.

Lo mejor: El hombre ciego
Lo peor: Que no acabe de estallar

Tenía ganas de ver la nueva película de Fede Álvarez. Su ópera prima, el remake de ‘Evil Dead’, era película correcta pero con muchos excesos. Excesos que no conseguían el mismo efecto que en la película original, con mucha más gracia. En ‘No respires’ hace todo lo contrario. Construye la película con más paciencia que prisas, sin efectismos del tipo sangriento y dejando de lado las historias paranormales. Le funciona. Las películas sobre allanamientos de morada suelen ser más simples y nos pueden despertar miedos más diarios que los paranormales. Es un género que reivindicar. Es cierto que no consigue una película perfecta, ya que la tensión, aun existente y bien construida, tampoco consigue que te quedes calvo tirándote el pelo. Quizás éste es su mayor problema, el no llevar la tensión a cuotas insoportables, aunque supongo que esto depende de quién mire la película. Pero te presenta personajes interesantes, explicándote las circunstancias que les han llevado a esa situación y la motivación que les mueve. Esto es siempre algo de agradecer en las películas de terror, para que no se queden en películas con sustos fáciles y ya. Hay una intención de hacerlo bien y se nota. En definitiva, ‘No respires’ es una película notable, recomendada para los fans del terror más casero, sin parafernalias hollywoodienses. Es directa y se agradece. A ver con qué nos sorprende Fede Álvarez en su tercera película, ya tengo ganas.

Lo mejor: La crítica subyacente en toda la película
Lo peor: No saber ver la crítica subyacente

Sacha Baron Cohen es un humorista al que le gusta ir al extremo. Es por eso que muchas veces sus películas pueden parecer bromas de mal gusto y bastante grotescas, y no voy a negar que en algunas ocasiones (‘Ali G anda suelto’) lo sean. Pero eso no quita que cuando quiera sepa hacer un humor bastante inteligente. Con “humor inteligente” no me refiero a un humor fino y sutil, que son los adjetivos que se asocian normalmente a esta clase de humor. Con “humor inteligente” me refiero a que, a pesar de parecer humor de brocha gorda, Sacha Baron Cohen es extremadamente inteligente en las situaciones que plantea en ‘Borat’ para dejar un mensaje claro: los EEUU tienen un gran problema de hipocresía social. A título personal considero que este problema es aplicable a todo Occidente, pero como se tratan temas como el uso de las armas de fuego, lo dejaremos en EEUU. Por eso, puede parecer que Sacha Baron Cohen simplemente dice y hace barbaridades, pero hay mucho más que eso. Borat como personaje en sí, es la manera que tiene de desarmar los fundamentos de la sociedad americana. Tengamos en mente la premisa de la película, en la que Borat es un falso reportero de Kazajistán que decide viajar a EEUU para hacer un reportaje sobre la “gran nación” que es y así poder enseñar algo a Kazajistán. En un principio puede parecer que Borat se trata de un personaje radicalmente opuesto a la sociedad americana, que no encajará de ninguna manera en ésta. Pero a través de las diferentes situaciones que se van viviendo lo que queda claro es que Borat, a pesar de ser un personaje radicalizado de un país marginal, encarna todas las maldades existentes (y con bastante presencia) en EEUU. Por último, me gustaría destacar que a pesar de ser un mockumentary, la mayoría de personas que salen no son actores y no tenían constancia de a qué se iban a exponer, siendo sus acciones reales, y no guionizadas.

Lo mejor: El equilibrio entre filosofía y acción
Lo peor: Deja el listón muy alto para las dos secuelas

Hace ya 17 años que se estrenó Matrix. En ese entonces fui al cine con sólo 8 años y la verdad, no entendí nada. Lo único que supe ver fueron efectos especiales espectaculares y artes marciales a raudales. Un cocktail de mamporrazos y explosiones que me hizo estallar la cabeza de la emoción. Pero seguí sin entender nada. Ahora, 17 años después, vuelvo a revisitarla y me encuentro con una de las mejores películas de ciencia ficción de los últimos 20 años. No sólo los efectos especiales y todo aquello que con 8 años me emocionó sigue vigente, sino que se le añade una capa de profundidad, simbología y significados que nunca antes había visto. Sé que llego tarde para subirme al tren de ‘Matrix’, pero mejor tarde que nunca supongo… ‘Matrix’ vendría a ser una mezcla del clásico argumento de la rebelión de las máquinas y de la historia de Jesús. Me consta que además hay referencias a otras religiones, pero más allá del budismo, mi ignorancia me impide verlas. En cualquier caso, la película tiene una gran carga filosófica y nos plantea un escenario muy interesante en el que la vida no es más que una reproducción ficticia generada por una entidad maligna (a nuestros ojos). A partir de aquí, que cada espectador saque sus propias conclusiones, y que cada uno decida profundizar más o menos en el pensamiento que hay detrás de todo lo que nos está contando ‘Matrix’. Las ideas filosóficas detrás de la película no son originales de ésta, pero difícilmente vemos hoy en día películas con tanta densidad de ideas y contadas con la espectacularidad de ‘Matrix’.

Aún me quedan las dos siguientes para revisar, donde, según me consta, todo empieza a decaer, pero hoy por hoy, sigo con ganas de saber cómo termina la historia del Jesús más cibernético habido y por haber.