Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3 333
Críticas ordenadas por utilidad
9
17 de diciembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Publicada en dos volúmenes (1963-1964), “Le Journal d’une Femme en Blanc”, fue una de las más importantes obras que publicara el médico y escritor, André Soubiran, como una forma de alentar la discusión que, sobre el aborto, ya venía dándose en el mundo. Por otro lado, la trama pone a la mujer en la disyuntiva entre el hogar y la profesión, entre la “comodidad” y la lucha constante, entre tener hijos o dedicarse a salvar vidas… cuando se pueda.

Adaptada por, Jean Aurenche y René Wheeler, la historia nos habla de una estudiante de medicina que está haciendo su práctica en un hospital de París en el área de ginecología. Cuando al hacer ella misma una consulta y enterarse de que se encuentra embarazada, Claude Sauvage, echa una ojeada a su diario… y entonces, rememorará la significativa experiencia que tuvo algunos meses atrás, la cual seguramente le servirá para definir su propio camino.

Es una época en que mueren más mujeres a causa de abortos ilegales que por accidentes de tráfico; es un tiempo en el que la mujer apenas toma decisiones, pues, el hombre sigue mandando y sintiéndose superior; y es un período en el que la mayoría de las hembras son reducidas a parir y a cuidar un hogar, mientras que, el estudio y las profesiones más significativas son para aquellos a quienes, sin demasiados merecimientos se ha llamado, “homo sapiens”.

El 15 de octubre de 1951, Luis Ernesto Miramontes y George Rosenkratz (utilizando una planta endémica llamada Barbasco, extrajeron de ella un compuesto que sintetizado ponía freno a la ovulación y en consecuencia al embarazo, y aunque algunos otros países también hacían investigaciones en este sentido, México -que pasaba por su época dorada en el área de química-, se llevó las palmas encontrando la píldora anticonceptiva que, luego, otros científicos llamados John Rock y Gregory Pincus, patentarían en 1955, en los Estados Unidos.

Con este feliz descubrimiento, aumentó significativamente la capacidad decisoria de la mujer, se incrementó su derecho al placer sexual sin riesgos indeseados y, por supuesto, se evitó un sinnúmero de embarazos y de abortos que se derivarían de ellos… pero, para el momento en que transcurre la historia de, <<DIARIO DE UNA MUJER DE BLANCO>>, apenas la iglesia católica está dando los primeros pasos en plan de aprobar el uso de la píldora sin que constituya “pecado”. Según cifras de la Universidad de Harvard, en la actualidad más de 100 millones de mujeres usan la píldora en todo el mundo.

El director francés, Claude Autant-Lara, logra una conmovedora rememoración de los padecimientos femeninos en los días previos al uso legal de la píldora, y con una doctora de muy claros propósitos, ligada a una paciente de 18 años que sabrá tocarnos fibras muy hondas, consigue una muy bella película que exalta a esa suerte de mujer que, con denuedo, ha ido forjando los cambios que la evolución exige y la sociedad más avanzada reclama día a día. El reparto lo encabezan, Marie-José Nat, quien nos brinda una precisa y muy sensible actuación; Paloma Matta, la linda y muy dulce Mariette; Jean Valmont (Pascal), el médico convencional, pero realmente comprometido; y Claude Gensac, como el Dr. Virolleau, cuyo amor por la Dra. Sauvage no parece tener eco alguno.

<<DIARIO DE UNA MUJER DE BLANCO>>, es la clase de película que deberían ver las estudiantes universitarias, en especial las que cursan medicina, pues, es ésta una de las profesiones que más reclama un alto grado de conciencia.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
1 de diciembre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la vida de un hombre tiene que llegar ese momento en que por fin despierte y decida enderezar el camino. Triste es la vida de aquellos que se empecinan en sus improcedencias, y sin rendirse jamás, siguen por el camino que, un día desafortunado, decidieron emprender. Obtienen ocasionales beneficios, pero, si hacen bien las cuentas, es más la amargura que lo obtenido les proporciona, que las alegrías que les producen. Se sienten perseguidos; saben que sus enemigos solo esperan un segundo de descuido para darles en la cabeza; y cada día algo surge en el camino para atormentarlos y enrostrarles sus actos criminales. ¿Es esto vida?

Jake Wade, fue un bandido; durante la Guerra Civil hizo parte de una pandilla (posiblemente la de Willliam Quantrill), con la cual asaltaba pueblos, mataban gente e incendiaban viviendas sin ninguna conmiseración… pero, cuando terminó la guerra, ya Wade no quiso seguir siendo el mismo. Con firmeza, decidió redimirse pasándose al bando de los que hacen justicia, y ahora es el alguacil de un pueblo cercano a las imponentes Montañas Rocosas, llamado Morganville, donde se le quiere y se le respeta. Pero, cuando ya ha pensado en casarse con una guapa chica llamada Peggy, los viejos compañeros de “aventuras” en el ejército confederado se aparecen ante él, y el que hace ahora de cabecilla, Clint Hollister, le reclama un dinero que, Wade, nunca compartió tras un asalto.

En adelante, estaremos ante otro western, estilo road movie, en el que se dará un interesante choque de caracteres mientras el grupo -incluida, Peggy- se encamina hacia el lugar donde, Jake Wade, ha enterrado el preciado botín. Los personajes están muy bien definidos y la historia nos dará suficientes elementos como para que, a los protagonistas, podamos comprenderlos.

Partiendo de la novela, “The Law and Jake Wade”, que, Marvin H. Albert, publicara en 1956, y con guion del acreditado, William Bowers (“The Gunfighter”, “The Sheepman”…), el director John Sturges, vuelve a demostrar que lo logrado con, “Gunfight at the O.K. Corral” (1957), no fue por casualidad y que su talento seguía a punto para aportar al cine más películas inolvidables.

La ambientación en los paisajes de las, Rock Mountains, es majestuosa, y en cierta forma se acompasa con esos hombres de roca que ahora se pasean por su valle. Sturges, logra que la dinámica de la historia se mantenga siempre en alto, y con ese gran grupo de actores en el que sobresalen, Richard Widmark, como el astuto, Hollister, que sueña con el tesoro; y Henry Silva, el sin entrañas, Rennie, marcado por un duro pasado, el filme fluye como una cascada de emociones que te atrapa sin remedio. Hasta, Robert Taylor, encaja muy bien como el antiguo confederado que, ahora, ansía redimirse.

En fin que, aunque la historia suene un tanto a deja vú, <<DESAFÍO EN LA CIUDAD MUERTA>>, es de esa suerte de westerns que se ve con gusto, y al final se sale con la complacencia de haber estado ante un filme con muy claros y logrados propósitos de ser arte.

Título para Latinoamérica: EL TESORO DEL AHORCADO
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
30 de octubre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando se comete un crimen en el que la víctima resulta ser una persona relacionada con las instituciones del Estado, siempre -claro-, hay alguien que tuvo un motivo muy especial para cometerlo. Después -es bien seguro-, habrá alguien cuyo interés en atrapar al asesino está animado tan solo por el beneficio que puede traerle. Enseguida, habrá alguna persona, relacionada también con el gobierno -no suele faltar-, que resultará involucrada en el caso porque, a cierto político, le interesa que él sea el culpable, aunque no lo sea… y así, se va tejiendo una red de intereses particulares y mezquinos, donde interesan muchas cosas, y lo de menos es la Verdad y la Justicia.

En este sentido, los libros y los filmes sobre casos judiciales son bastante aleccionadores, porque los abogados que suelen contar estas historias conocen bien a fondo los estrados y sus tejemanejes, y casi siempre ponen sobre el tapete algunas de las retorcidas maquinaciones que suelen darse tras bambalinas, y así, nos vamos dando cuenta de que, la suciedad está tan adentro como afuera, y que todavía estamos a años luz de poder tener la certeza de que gozamos de una justicia humana recta y comprometida.

“Presumed Innocent” (Presunto Inocente, 1987), fue el primer libro que publicara el abogado estadounidense, Scott Turow, con tanta suerte que, antes de que estuviera en las librerías, ya el productor y director, Sydney Pollack, le había comprado los derechos por un millón de dólares. Éste, lo puso luego en manos de Frank Pierson (“Cool hand Luke”, “Dog Day Afternoon”…) para que lo adaptara al cine, y Alan J. Pakula, quien ya había mostrado su eficacia para el thriller (“Klute”, “All the President’s Men”…), sería el encargado de conducir a buen puerto ésta sorprendente trama que, en lo personal, nos deja bastante satisfechos.

Todo comienza cuando en un bufete de abogados para el cual trabaja, Rusty Sabich (Harrison Ford), como ayudante en jefe de Raymond Horgan (Brian Dennehy), éstos se enteran de que, la también abogada, Carolyn Polhemus (Greta Scacchi), acaba de ser encontrada muerta en su apartamento, violada y víctima de un brutal ataque. De inmediato, Horgan encarga del caso a su asistente Sabich… pero, pronto sabremos que, el principal sospechoso, tuvo con ella una fogosa aventura… y cuando ella quiso acabar con el asunto, la asedió hasta el presente, así que bien que tuvo un buen motivo para matarla.

Más que un caso de presunto inocente, éste se asemeja a un caso de “seguro culpable”, que nos ofrecerá más de una sorpresa a lo largo de su interesante trama, y de nuevo, veremos exhibirse los intereses muy particulares de ciertos abogados a quienes nos les anima nada distinto al egocentrismo, ¡y para eso estudiaron!

Muy bien fotografiado por el siempre eficaz Gordon Willis; con una sutil banda sonora de John Williams que subraya sin imponerse; y con una edición muy precisa -en la que es seguro que intervino el director- que parece haber medido meticulosamente las diferentes variables que se deben tomar en cuenta en cada plano, la película se desenvuelve de manera bastante correcta y de no ser porque, al guion de Pierson-Pakula, le faltaron más y mejores elementos de thriller -ya que, por ejemplo, se desaprovechó el acercamiento a Leon; y lo relevante que cuenta, Barbara (Bonnie Bedelia), sentí que debió ponerse en imágenes con su voz en off-, quizás habríamos estado ante otro título realmente memorable.

Con todo, creo que, <<PRESUNTO INOCENTE>>, puede sumarse a los buenos aciertos que tuvo el apreciado director, Alan J. Pakula.

Título para Latinoamérica: SE PRESUME INOCENTE
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
30 de octubre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gastón, sale de la casa de su madrina dispuesto a hacer justicia, porque a su gran amigo, Enrique Mora, lo asesinaron cobardemente. Él tiene muy bien grabadas las últimas palabras que su amigo dijo ante testigos: “El que me mató fue Juan Valverde”… y ahora llega a un pueblo llamado, Monte Cristo, dispuesto a encontrar a su asesino… pero los hechos no son tan claros como parecía y Gastón va a encontrarse con una serie de incidentes inimaginables que tendrá que aclarar.

La trama de, <<UNA BALA ES MI TESTIGO>>, resulta bastante interesante porque ilustra muy bien cómo una grave acusación puede pesar sobre un hombre durante mucho tiempo, y ser víctima de vejámenes y sufrimientos… hasta que, por fin, llega ese enviado del destino que traerá luz donde ahora solo hay tinieblas y pesadumbre. Por otra parte, la historia escrita por Ramón Obón, da cuenta de la importancia de la unión familiar y de lo necesarios que son los amigos en momentos de dificultades.

El director, Chano Urueta, consigue mantener el interés en su película creando un buen ambiente con una fotografía en tonos que se asemejan a los de ciertos westerns hollywoodenses de los años ’50. Las locaciones resultan también muy ajustadas, y el argumento es admirablemente fluido, logrando mantener el interés durante todo el tiempo, ya que los hechos adquieren ciertos giros que, además de resultar muy interesantes, consiguen que la trama no resulte para nada predecible.

Con la sentencia de María Rosa: “Las leyes a veces son muy extrañas y en el campo les tenemos miedo”, se sustenta la razón (muy común en los países latinoamericanos) del velo que la gente de campo se ve obligada a poner sobre ciertos hechos, porque saben que, con demasiada frecuencia, las leyes no se aplican para hacer justicia sino para favorecer a los más “poderosos”.

Gastón Santos, actor al que también admiré cuando lo veía de niño en los matinales de los domingos (“El Pantano de las Ánimas”, “Los Diablos del Terror”, “El Silencioso”…), resulta muy convincente con su rostro adolescente y con su figura menuda al estilo de Audie Murphy, quien también compensaba lo que le faltaba de estatura con una presencia varonil y un valor con criterios de justicia a toda prueba. Rita Macedo, notable y muy guapa actriz mexicana que apareciera en medio centenar de películas, entre ellas varias con Luis Buñuel, y de quien se dice que se suicidó, el 6 de diciembre de 1993, al enterarse de que tenía cáncer, es aquí la esposa abnegada dispuesta a proteger la vida de su esposo y a garantizar que su pequeña hija pueda conservar su inocencia. Jaime Fernández, actor muy versátil que cargara con el rol de malo-malote en un gran número de películas, y quien también estuviera a las órdenes de Buñuel en, “Robinson Crusoe” y en, “El Río y la Muerte”, es ahora ‘el amo de la región’ y hará cuanto pueda para sacar del paso al “fuereño” que viene en plan de entrometerse en sus dominios.

Mauricio Garcés y Pedro D’Aguillón, complementan el reparto de este agradable western mexicano que, después de 60 años de haber sido realizado, sigue luciendo bastante bien… y ahora que he vuelto a verlo, me he sentido casi tan a gusto como cuando lo vi siendo todavía un niño.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
14 de octubre de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante largos siglos, Bielorrusia fue un territorio sin identidad nacional definitiva, porque pasaba de un dominio a otro siendo sus habitantes seriamente influidos por esas otras culturas. Después de una brevísima existencia [1918-1919] como República Nacional Bielorrusa, el gobierno bolchevique, la anexó a la U.R.S.S., y pasó a llamarse, República Socialista Soviética de Bielorrusia. Durante la II Guerra Mundial, Bielorrusia fue uno de los territorios soviéticos que, con mayor gravedad, sufrió los embates alemanes, habiendo quedado prácticamente devastado. Se afirma que, un total de 628 aldeas fueron saqueadas e incendiadas, y la mayoría de sus habitantes brutalmente asesinados o quemados vivos.

Ales Adamóvich, escritor, crítico literario y guionista nacido en Bielorrusia, y quien llegó a ser miembro del Sóviet Supremo, cuando aún era un joven estudiante se unió durante la guerra a una unidad partisana entre 1942 y 1943, y sobrevivió a las masacres perpetradas por los nazis en su tierra natal. De estas experiencias, surgiría luego una de sus novelas más apreciadas, “Jatínskaya apóvests” (1976), y de sus experiencias como partisano surgiría el guion que escribió junto al director, Elem Klimov, para la impactante película, <<MASACRE. VEN Y MIRA>>, que los Estudios Mosfilm aprobó como celebración del 40° aniversario de la victoria soviética sobre las fuerzas alemanas.

El título se extrajo del libro del Apocalipsis que, en el capítulo 6, 1-3, reza: “Luego vi como el Cordero rompía el primero de los siete sellos, y oí que, uno de aquellos cuatro seres vivientes, decía con voz que parecía un trueno: ‘Ven y mira’. Miré y vi un caballo blanco montado por un hombre que portaba un arco en la mano. Se le dio una corona y salió dispuesto a triunfar”. El protagonista, alter-ego del escritor Adamóvich, es un joven llamado Flyora Gaishun, quien, anhelando entrar en la guerrilla para luchar contra la tiranía nazi, busca ansiosamente un fusil en el campo de batalla… hasta que por fin lo encuentra… pero cuando el líder, Kosach, decide salir con su grupo de campaña, deja al joven Gaishun al cuidado del campamento y muchas cosas sucederán desde entonces.

En pleno, el filme se convertirá en una soberbia e impactante recreación de los horrores de la guerra… y los insaciables niveles que alcanzaba la brutalidad nazi-fascista, quedan plasmados con la más alta eficacia y con impecables escenas de acción de marcado realismo. Klimov, sin embargo, ahonda mucho más en los efectos psicológicos que estos hechos producen en la mente y en el cuerpo de ese joven campesino empeñado en salir del lodo en que se ha metido junto a su bella y desorientada compañera, Glasha. La misma escena del pantano, servirá como metáfora de este propósito, pero, lo que se aviene dejará sentado que todavía hay un largo camino de dolor.

Centrando la acción en los hechos ocurridos en las aldeas, Bagushovka y Perejodi, fundamentalmente, el director se empeña en ilustrar el difícil proceso que sigue, el joven Gaishun, para convertirse en un hombre de verdad… y al final, con una secuencia magistral nos quedará una pregunta sin respuesta definitiva y que, además, abre diversas perspectivas: ¿Cuántas cosas terribles se hubiesen podido evitar si alguien hubiera eliminado a, Adolf Hitler, en algún momento previo de su vida?

Elem Klimov, ha concluido su obra cinematográfica con un filme inolvidable.

Título para Latinoamérica: VENGA Y VEA
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Más sobre Luis Guillermo Cardona
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow