Me gusta reservarme algunos clásicos del cine para ocasiones especiales, y con Pulp Fiction me ha salido bien la jugada. He podido verla en el cine 23 años después de su estreno, me he trasladado a 1994. Es inevitable tener las expectativas altas cuando te dispones a ver una de las obras más aclamadas por el público en general. Y no se han cumplido. Comedia negra de 2 horas que Tarantino alarga de forma innecesaria hasta las 2 horas y media y para ello se vale de larguísimas escenas en ocasiones soporíferas. Nota: 8.7. ¿Por qué? Porque posee el mejor guión de la historia del cine (al menos reciente), y rebosa originalidad. La estructura de la película es circular y surgen varias historias conectadas entre sí, con saltos retrospectivos y prospectivos. Las secuencias se suceden en un orden cronológico distinto al orden de presentación, y el mérito de Tarantino es darle coherencia a esta estructura ''desordenada''. Ahora bien, flaco favor le hacen los que la consideran ''la mejor película de la historia'' ya que en ningún caso puede cumplir ese papel que se le asigna; pero sí es una obra muy completa y digna de admiración.
Y encima, aparte de ser entretenida (salvo en ciertos momentos puntuales), es muy muy divertida.

Estoy escribiendo en caliente. Son las 2:00 de la noche y acabo de volver a sentir algo que no he sentido en muchas ocasiones. Ni si quiera en algunas. Digamos que en contadas. Estupefacción. He mudado la piel al acabar de verla. He salido de mi y luego he vuelto a entrar. Siento miedo, frío, asombro. Es un laberinto onírico dentro de cada uno. La ontología cobra un nuevo sentido, el existencialismo se lleva a niveles sin precedentes (o con muy pocos), el nihilismo surge aquí casi sin querer, como un virus. No tiene grandes giros argumentales ni los necesita. La película podría encajar como una novela del realismo mágico hispanoamericano del siglo pasado; Nolan, como los grandes autores del género (Márquez, Allende...) describe lo mismo una y otra vez, durante 2 horas y 20 minutos. En ocasiones se vuelve hasta pesado, complica la película más si cabe y confunde al espectador. Pero la idea es tan buena que es oro en sí misma; solo hacía falta contratar un buen elenco (digo bueno, y no notable ni sobresaliente), con Di Caprio como cabeza de cartel, pero con Gordon-Levitt como indiscutible líder en la interpretación, y a Hans Zimmer, que como el magnum del 44 no falla nunca. La película es prácticamente redonda, no deja a nadie indiferente y, para ser un 10, le sobran 20 minutos y le faltan unos buenos escuderos para la estrella (mantendría a Gordon-Levitt) y un actor que brille en el papel de Leonardo. (Podría ser el mismo Di Caprio en la actualidad, mucho más maduro y experimentado y sin nada que demostrar ni tampoco que perder). Nota: 9.3

Cuando Johnny Depp interpreta un papel de cierta seriedad y no colabora con Tim Burton, se convierte en uno de los mejores actores de su generación. Esta obra es otra muestra de ello. Con referencias de películas como Blow, Infiltrados , Training Day o Mystic River entre muchas otras, este sobresaliente film del joven pero experimentado Scott Cooper deja al espectador pegado a la pantalla de principio al final. Me aventuro a decir que igual que pasó con Denzel Washington en 2001 y su Día de Entrenamiento, Johnny Depp recibirá, al menos , una nominación al Óscar pero Black Mass no será un film de renombre, igual que sucedió con Training Day aunque Denzel ganara el Óscar.

La consecución de un cóctel físico-filosófico junto a la seriedad de la interpretación de Amy Adams, sin asomo de duda la mejor actriz de la actualidad, provocan la hipnosis del espectador ante la cinta más completa de los últimos años junto con la Interstellar de Nolan. 4/5 a la presentación argumental de la película y 5/5 al desarrollo y desenlace.

''Una de las mejores películas de la década'' y desde ya una de mis favoritas. Gosling siempre me atrae, me gusta y me encanta. El director, del que solo había visto ''The Neon Demon'', engendra una maravilla. La dirección no es técnicamente perfecta, pero a mí me conquista, me fascina. No puedo analizar más a fondo la película en aspectos técnicos como en otras ocasiones; y digo no puedo y no ''no quiero'', porque realmente no me sale escribir sobre ello. Drive es más que eso, es poesía...