Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de artabro
<< 1 2 3 4 >>
Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
Recuerdos del ayer
Japón1991
7,2
4 184
Animación
9
12 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El estudio Ghibli tiene dos leyendas como directores de muchas de sus obras: Miyazaki y Takahata. Muy diferentes a primera vista, pero en realidad son las dos caras de la misma moneda de la genialidad. Miyazaki ha primado las historias con acción, más internacionales y con un mayor contenido de fantasía. Takahata, por su parte, es mucho más "japonés" en sus películas, sus películas son más pausadas y la fantasía está menos presente. Por su puesto, hablo de líneas generales, pues Takahata tiene obras más fantásticas y con más acción (Pompoko) y Miyazaki más realistas y pausadas (El viento se levanta). No obstante, el caso es que Miyazaki es más fácil entendible en el extranjero, mientras que Takahata es más local... en apariencia.

Y es que Takahata nos presenta en esta "Recuerdos del ayer" una historia que, en realidad, se puede entender en cualquier cultura. Una mujer joven, Taeko, decide pasar unas vacaciones en el campo, para ayudar en la cosecha del cártamo y, sin que lo pueda evitar, eso le hace reevaluar su vida, a partir de sus recuerdos de cuando tenía 10 años.

Todo se hace de un modo muy natural. Los espectadores impacientes pueden confundir esta naturalidad con lentitud y con ausencia de un guión ordenado, pero Takahata no busca ese tipo de película. Lo que busca es mostrar ese proceso de evaluación inconsciente. Para los que tengan paciencia, se encontrarán con una película llena de pequeñas pinceladas, divertidas algunas, otras más serias, pero todas emotivas. Ayuda mucho a crear esa emoción la magnífica música y los impresionantes escenarios; los de la niñez con bordes difuminados, fondos de acuarela, los de la edad adulta llenos de preciosos detalles del entorno rural.

Para el público japonés, ver esta película debió ser como para los españoles ver el primer capítulo de la serie "Cuéntame", por la multitud de referencias culturales de la niñez de Taeko en 1966. Algunas son más internacionales (los Beatles, las minifaldas), pero otras, como los programas infantiles son muy locales... y sin embargo, tienen un componente universal que las hace parecer como un tesoro que perdiste y que has recuperado de modo milagroso. Eso sí, a diferencia de la serie española, muestra una familia japonesa, pero sin pretender ser representativa de nada, ni hacerla partícipe de todo lo que sucedía entonces en Japón. Esa falta de pretensiones la convierte en más real. Lo más curioso es que, al ser la cinta de 1991, y al desarrollarse la acción del "presente" de Taeko a comienzos de los años 80, también esa parte ahora está impregnada de nostalgia por un pasado lejano.

Un pequeño análisis más profundo de la película, sin demasiados destripes, en la zona spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
artabro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
16 de diciembre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El género espacial en el cine tiene varios referentes. El principal, el que mueve más dinero, es el de las aventuras en el espacio (Star Wars, Star Trek, Alien, etc.). Después, en un segundo plano mucho más discreto, estarían las películas que aprovechan el espacio para hablar de temas más filosóficos (Moon, de Duncan Jones estaría en esta categoría) y/o con mayor rigor científico (Interstellar). El problema de estas segundas películas es que no son tan comerciales como las primeras, su objetivo es más reflexivo, y retratar el espacio con cierta credibilidad no es barato. Afortunadamente, un repunte en el interés por la conquista del espacio por parte del público y la mejora (y abaratamiento) de los efectos espaciales, está permitiendo que haya más películas de este segundo tipo en las pantallas sin que queden como teatrillos.

Pero esa mejora y abaratamiento es un arma de doble filo, porque si bien se pueden hacer más fácilmente este segundo tipo de películas espaciales, ahora se exige que se note que los personajes están fuera de la Tierra. Es decir, se imponen escenas y vistas espectaculares para retratar esa realidad tan diferente. Esto no viene mal a películas que buscan el realismo como Gravity o Marte (The Martian), donde la acción es una parte importante de la trama, pero sí puede ser un gran problema para las películas como Ad Astra, que usa el tema espacial para hablar de otras cosas. Y si encima en el tráiler te ponen todas esas escenas espectaculares, la sorpresa de muchos espectadores al sentarse en el cine para ver esta obra da paso a una sensación de engaño.

No fue mi caso, sabía a lo que me enfrentaba, por lo que mi nota no refleja una decepción por el tipo de cinta que iba a ver, sino por su forma de ejecutar su propuesta. En ese sentido, es muy torpe, cayendo constantemente en uno de los fallos más clamorosos que se pueden dar en cualquier narración: contar y no mostrar.

El protagonista, Brad Pitt, habla muy poco, pero oímos su voz en off sin parar, contándonos todos sus pensamientos. Este abuso de recurso fácil para explicar lo que está pasando (dentro y fuera de la mente del protagonista) acaba haciéndose muy pesado y, lo que es peor, deja muy a las claras que no confían en que el espectador entienda lo que está viendo. Y eso puede ser porque no lo saben explicar con imágenes o acciones o porque, y me temo que este es el caso, porque así pretenden ocultar que no saben muy bien qué contar. Eso explica que la primera hora, con muchas escenas de acción, sea la mejor parte de la película. Engancha, te hace interesarte por la historia del astronauta, pero cuando se llega al punto de explicar y enfrentarse a su conflicto interior, naufraga, porque carece de tensión y de matices. Pero esto se explica mejor en la zona destripe (y aviso que lo hay).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
artabro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
14 de julio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comprendo la reacción bastante negativa que tuvo esta segunda temporada de True Detective cuando salió. Aquellos que, tras ver la primera tanda de episodios, con unos personajes tan potentes, maravillosamente interpretados por Matthew McConaughey y Woody Harrelson y una trama turbia y pantanosa (en muchos sentidos de la palabra), se esperaban que repitieran con un segundo caso, ya partían con un cierto prejuicio negativo. Si a esto unimos que el primer episodio de esta temporada es bastante abrumador por los múltiples protagonistas y secundarios, muy desconectados unos con otros, y un punto excesivo de antiheroísmo... ya tenemos el cóctel de la decepción preparado.

Sin embargo, ver la segunda temporada después de que hayan pasado varios años desde su estreno, sin que el peso de la primera sea tan aplastante, da una posibilidad para ser un poco más ecuánime. Y me he encontrado con que no es en absoluto una mala experiencia.

Nic Pizzolatto, creador y guionista, acierta en alejarnos de las ciénagas rurales de Luisiana y llevar la historia a una Los Ángeles industrial (poco vista en series y películas). Es una forma rápida de decirnos que esto va a ser algo diferente a la primera temporada. Pero eso no quiere decir que no haya un sello "True Detective". Son historias de policías (da igual que sean detectives o patrulleros) que deciden investigar hasta las últimas consecuencias, cuando todos los demás han olvidado el tema, o no están interesados en que se descubra la verdad. Pasamos de un asesino en serie rural a un argumento de cine negro, lleno de mafiosos, corrupción política, económica y moral.

Dicho esto, la serie no es perfecta. Alguna trama podría podarse para que la historia no fuera tan compleja. En ese sentido, me gustó el personaje de Paul Woodrugh, pero no aporta demasiado al conjunto. Incluso el mafioso interpretado por Vince Vaughn encaja apenas a medias. No quiero decir que la historia no se pueda seguir, sino que el núcleo de la temporada está en la relación y en el caso que llevan Ani (Rachel McAdams) y Ray (Colin Farrell). A partir de ahí la historia tiene muchas otras tramas cuya importancia es secundaria (algunas ni se resuelven) o apenas están ahí para dar color a una California podrida en los negocios y en las almas. Precisamente, con esa complejidad estructural, más que como un alivio, me cansaron bastante las canciones en vivo que en muchos capítulos iniciales sonaban durante algunas escenas. Me parecieron minutos derrochados en la nada, cuando se podrían usar para consolidar mejor las líneas argumentales principales. Luego te das cuenta de que su papel es reforzar esa atmósfera alienante y desesperada en la que se encuentran los protagonistas; además, algunas canciones son notables, pero, de todos modos, creo que se pasaron con ese recurso.

A pesar de todo, la historia es buena y el cambio de ambiente respecto a la primera temporada nos permite adivinar que hay muchos tipos de detectives de pura raza. En ese aspecto, esta temporada tiene especial valor, al ampliar el universo que nos comenzó a mostrar durante la primera. Solamente hay que darle una oportunidad e ir sin prejuicios excesivos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
artabro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
27 de febrero de 2022
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Por qué esta película ha despertado entusiasmo en la crítica y reacciones bastante dispares en el público? Creo que se debe a dos factores principales: la maldición del tráiler y las expectativas de la comedia romántica en el cine. En ese sentido, el tráiler de la película parece prometer una historia llena de emoción, momentos tensos, románticos, peligros y superación de enemigos formidables. La maravillosa canción de David Bowie, épica, apoya esta interpretación.

Yo tuve la suerte de no ver el tráiler y sólo sabía que la cinta iba de una historia de amor en los años 70 entre un adolescente y una chica mayor, así que sorteé el primer obstáculo. Pero me quedaba por superar el segundo. ¿Qué es lo que la gente espera ver en una comedia romántica?

Hay varias opciones. Por un lado, están las típicas historias de amores legendarios, que deben superar grandes adversidades. Por otro lado, hay historias más "realistas", pero que tratan de ver la construcción de una relación y la acompañan en el proceso de enamoramiento. También están las historias que tratan el amor desde un punto histórico, en el que se analizan en profundidad las circunstancias del momento en el que se ubica la acción.

Pero Licorice Pizza no encaja del todo en ninguna de estas categorías. No se narra una historia de amor de una forma consistente, sino que toda la cinta no deja de ser una sucesión de anécdotas, pequeñas historias, a veces contadas a medias, de modo que cuando los protagonistas (unos fantásticos Alana Haim y Cooper Hoffman) salen de ese hilo argumental, el final de los otros personajes implicados se abandona. No hay un desarrollo claro de los personajes y, aunque se podría argumentar que los protagonistas al final son quizás un poco más maduros, no está claro y dicho cambio podría ser más bien temporal y superficial. Tampoco hay un tratamiento del momento histórico en el que viven (es decir, su historia no se ve afectada por el año en el que transcurre la película) y el carácter nostálgico del film lo damos nosotros al reconocer algunos elementos (la forma de vestir, los personajes de los que hablan, etc.), pero no es una película sobre los años 70.

Quizás, lo más importante de todo es que la pareja protagonista es bastante anodina. No son héroes ni villanos, ni son nobles de espíritu ni hay grandes momentos de sacrificio. Ella es una mujer joven que no sabe qué hacer con su vida, con leves tendencias melancólicas, mientras que él es un buscavidas, que huele oportunidades de negocio y se lanza a por ellas con optimismo desbordante. Pero, en realidad, sobre todo en sus personalidades y valores, no se alejan mucho de personas como tú y como yo, y la historia que nos cuentan podría, perfectamente, ser la colección de recuerdos de cualquiera al rememorar un amor de verano de su juventud bastante corriente.

Y ahí está el valor de la película y el motivo de mi valoración. Es difícil hacer una película con esas características, alejándose de los cánones y de las expectativas de los espectadores. Le sale más que bien el experimento a Paul Thomas Anderson. Sin embargo, ese aspecto episódico hace que te estés preguntando cuándo comienza la historia, cuál es su dirección, qué finalidad tiene. Al no vérsela te parece que la película carece de ella por defecto del guión o la dirección. Pero, en mi opinión, es intencionado. Si a esto le unes un tráiler que apunta en otra dirección, el público se puede sentir decepcionado.

La película, sin embargo, adolece de algún problema de ritmo pues no todas las anécdotas que cuenta son igual de interesantes y le vendría bien un pequeño recorte del metraje. A cambio, hay algunos secundarios de lujo como John Michael Higgins o Harriet Samson Harris que roban las escenas en las que están (Bradley Cooper tiene un pequeño papel divertido, mientras que Sean Penn, en cambio, está regular). La ambientación es muy buena, así como la banda sonora.

A pesar de todo, salí del cine satisfecho y veinticuatro horas después las sensaciones son incluso mejores.

En la zona destripe, añado un par de detalles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
artabro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
4 de octubre de 2021
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pongámonos en situación. Una película en la que, en escenarios de paisajes desérticos infinitos, una especie de guerrilla trata de expulsar a una potencia colonizadora que explota sus recursos y no les deja gobernarse por sí mismos. Pero la verdad es que no consiguen nada. Entonces, ¡oh, sorpresa! viene alguien de fuera, que nunca había estado en tal lugar, y enseña a estos fracasados, pero ingeniosos y voluntariosos salvajes a rebelarse correctamente y liberarse del yugo colonial.

¿Lawrence de Arabia? ¡Qué va! Hablamos de Dune.

Era muy esperada esta película de Denis Villeneuve, al igual que la secuela que hizo de Blade Runner, y parece claro que va a conseguir, por segunda vez, la proeza de convertir fracasos comerciales de la ciencia ficción (aunque no de crítica) en bombazos taquilleros. Es más, lo va a conseguir aplicando casi el mismo repertorio de recursos que parecen conformar su marca de la casa: música altísima (estuve a punto de abandonar el cine al principio), personaje protagonista frío y hierático, cuya motivación está en un recuerdo o en un sueño profético (dos caras de la misma moneda) y unos efectos especiales absolutamente impresionantes.

Lo mejor de la película es esto último. Es prodigioso lo que se puede hacer ya con ellos y la sensación de realidad que transmiten todas las escenas. Las actuaciones tampoco están mal y, sabiendo que esta película no es sino la primera parte, se mitiga la sensación de que la película acaba cuando todavía quedaba lo principal. Es más, considerando la duración de la cinta, nunca aburre y consigue que mantengas el interés. Es un mérito mayor de lo que parece porque, si te paras a analizar lo que has visto, te das cuenta de que no te han contado demasiado. Pero para el resto del análisis, habrá que destripar un poco la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
artabro
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow