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Críticas de Lafuente Estefanía
Críticas 1 747
Críticas ordenadas por utilidad
7
31 de enero de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante décadas Belfast lo hemos asociado al terrorismo del IRA, autollamado Ejercito republicano irlandés.
Pues de esto mismo va la cinta, pero ocultando púdicamente el nombre del grupo bajo "la Organización".
Necesitados de fondos atracan una fábrica. No parecen muy duchos en el oficio, "Lo hicimos lo mejor que pudimos" se justifican torpemente luego. Y es que por el camino pierden al jefe del grupo Johnny McQueen (Mason) que, herido de gravedad, vaga toda la noche por la ciudad perseguido por la policía, amigos, enemigos y por su novia Kathleen Sullivan (Ryan).
Mientras tanto la noche de la ciudad se llena de niebla, lluvia, nieve y barro.
Extraordinaria fotografía que juega magistralmente con los claroscuros, las sombras y los rostros contrastados de gran expresividad. Sin duda lo mejor, al nivel de las imágenesque veremos luego en "El tercer hombre" del mismo Reed.
Pero hay mucha distancia de Belfast a Viena en beneficio de esta última. En guion, realización, personajes, intriga, ritmo ...
"Larga es la noche" en Belfast. Y tan larga, como que le sobran escenas como la del pintor que no sabemos bien que pinta allí. Nada que ver con el astuto pajarero que mantiene buenos diálogos con doble sentido, "Voló el pájaro", o con el anciano P. Tom (Fay) como el Buen samaritano, "Si no tengo caridad no tengo nada".
La herida de Johnny tratarán primero de curarla unas buena mujeres que siguen al pie de la letra el libro de Primeros auxilios que estudiaron durante la guerra. Como no puede ir al hospital cae luego en las manos de Tober (Brook-Jones) que no culminó los estudios de medicina. Después de lavarse las manos y la herida con agua bien caliente y secarse con una toalla limpia, desinfectará con jabón carbónico y desbridará la lesión con su tijera plateada. Total para comprobar al final que ha perdido mucha sangre y necesita una transfusión urgente.
Brillante desenlace que dejamos en spoiler.
Una buena película que recomendamos sobre todo por su fotografía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lafuente Estefanía
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9
22 de enero de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sí, porque el chantaje, la extorsión, la difamación o la mentira sigue siendo moneda de uso común hoy en el periodismo ... y en la política.
Una de las críticas de FA señala con acierto la conveniencia de ofrecer la visión de esta cinta a los alumnos de primer curso de todas las facultades de Periodismo. Nosotros extenderíamos la obligación también a los de Ciencias políticas. Como formación, para entrar en materia.
De hecho el primer acierto de la película es explicarnos a los profanos la función del agente de prensa: ofrecer noticias frescas e interesantes a los grandes columnistas que los contratan. Para ello tienen que frecuentar los antros donde se cuecen los cotilleos y donde se crean las noticias sensacionales, cuanto más escandalosas mejor, así como mantener a su vez sus propios informadores a sueldo.
Un alcahuete, eso es el agente de prensa, como lo es también el periodista que lo mantiene. Un alcahuete que no duda en forzar o inventar el escándalo que le rinda buenos beneficios. El prototipo en este caso es Sidney Falco (Curtis), un auténtico reptil de alcantarilla.
Pero el saurio mayor es quien lo contrata, aquí J.J. Hunsecker (Lancaster), quien con sus millones de lectores diarios y el apoyo de las mafias policiales levanta o hunde prestigios, matrimonios, músicos, empresas o incluso senadores.
La ética profesional, la búsqueda de la verdad, el respeto a la vida privada o a las ideas de cada uno, importa poco frente a la ambición o el poder. ¿"Ciudadano Kane"?
La cinta es todo un ejemplo de cine negro sin apenas pistolas. Negro no solo por el tema, también por la propia negritud de las escenas casi siempre nocturnas, magníficamente fotografiadas y encuadradas. Destaca asimismo el uso de la cámara con tomas atrevidas y con un planteamiento de las escenas que busca mostrar el dominio y la superioridad, la sumisión y la servidumbre de cada uno y en cada caso.
Personajes rotundos y firmes, de esos que pueden constituirse en prototipos dentro de la historia del cine. Es el caso de J.J. y de Sidney, muy bien interpretados.
Sin embargo, como ocurre con las grandes obras, lo que confiere a esta la excelencia es la actualidad de los hechos que denuncia. Y no nos quejamos de la manipulación informativa de los medios de comunicación, que nunca ha dejado de existir. Lo que verdaderamente indigna aquí mismo hoy, ni siquiera es que se incumplan promesas electorales o que los gobernantes mientan con todo el aplomo tomándonos por imbéciles. Lo que cabrea es que, encima, con toda hipocresía creen "Comités de la verdad" o "Consejos audiovisuales" para perseguir las mentiras de los demás sin preocuparse de las propias.
¿En qué se diferencian los periodistas que ejercen en esos comités y consejos, de reptiles de la calaña de J.J. y de Sidney? En nada.
En fin, una grandísima película. No se la pierdan.
Lafuente Estefanía
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7
4 de enero de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"J'accuse ..." es el titular a toda plana de "L'Aurore" del 13 de enero de 1898. Émile Zola hace allí un completo alegato en defensa de Alfred Dreyfus (Garrell), capitán de Artillería de etnia judía injustamente acusado de alta traición y castigado de por vida a la isla del Diablo en la Guayana Francesa.
La historia, de sobra conocida por todos, se cuenta aquí desde una perspectiva puramente castrense, la parte étnica, política y social queda bastante al margen. Los protagonistas tienen todos altas graduaciones militares, especialmente el promotor de la investigación el coronel Georges Picquart (Dujardin), un auténtico "Oficial y caballero".
La cinta comienza con la impresionante escena de la degradación y expulsión del Ejército de Dreysus, en el centro de un cuadro enorme de soldados a la sombra de la Torre Eiffel. El resto son las pesquisas de la inteligencia militar para descubrir unos y para ocultar otros los verdaderos hechos.
Sobra en nuestra opinión el flirteo amoroso con Pauline Monnier (Seigner).
El guion resulta un poco complicado pues no se siguen con facilidad tantos generales y altas graduaciones militares. Eso sí, todos muy bien uniformados, pues el vestuario y la ambientación son impecables.
Bien la dirección y las interpretaciones, la acción no decae, los hechos se ciñen bastante a la realidad y los personajes resultan siempre convincentes.
Para los malpensados que quieren establecer un paralelismo entre Dreyfus y Polansky, "J'accuse", tendremos que retorcer la sentencia aplicándoles aquello de "accusatio non petita ... excusatio manifiesta".
Una buena película muy recomendable.
Lafuente Estefanía
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10
20 de diciembre de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine Oeste de Valencia, un 19 de marzo a comienzos de los 60. Hemos bajado desde el pueblo a las fallas en el autobús en el que retornaremos después de la cremá. Cansados y aburridos mi padre nos mete a todos en la primera sesión de la tarde para ver "Testigo de cargo".
Después de todos los años pasados, hemos vuelto a verla y a experimentar la emoción de la intriga y la sorpresa por el desenlace. Exactamente igual que la primera vez que la vimos.
Ocurre con las grandes obras, con maestros como Wilder o Hitchcock capaces de atrapar la atención del espectador y de preparar siempre finales sorprendentes. Lo mismo se trate de dramas judiciales y policiacos como "Testigo de cargo" que de comedias ambientadas en el medio periodístico como "Primera plana", cinta con la que comparte un reparto de lujo, una dirección magistral de los actores y esos toques de ternura que tanto echamos de menos en el cine de hoy.
Una película sobresaliente ya harto comentada, de la que destacaremos los aspectos patológicos de la figura genial de Wilfrid Roberts (Laugthon). Un abogado criminalista, obeso, solterón, fumador y bebedor que ha debido sufrir algún problema coronario y que después de la convalecencia regresa a su casa, "Los médicos no me han dado la absolución, solo la condicional".
Y la condición de dejar el trabajo intenso llevando casos como el del farmacéutico acusado de poner cianuro en el desayuno, así como cumplir a rajatabla las instrucciones de su enfermera particular, la señorita Plimsoll (Lanchester), soltera por sufrir su novio dos ataques sucesivos de apendicitis y de peritonitis que le costaron la vida.
Todo inútil, pues Wilfrid se mete en la defensa con toda intensidad padeciendo crisis de hipertensión arterial hasta llegar a 24 de tensión sistólica, que exige la aplicación inmediata de inyecciones hipotensoras, tabletas de nitroglicerina sublingual y píldoras administradas de hora en hora.
Inolvidable la imagen del genial abogado jugando con las pastillas en la mesa de la defensa y ordenándolas en diversas formas geométricas.
Como inolvidable es la película que sigue hoy ocupando uno de los lugares de privilegio en la historia del cine.
Lafuente Estefanía
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5
14 de diciembre de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para la delicadeza que se solían gastar en la vieja Etruria, llama la atención el castigo que aplicaban a los asesinos: la ejecución etrusca, que consiste en amarrarlos fuertemente al cadáver de la víctima y dejarlos así hasta que se pudran los dos juntos. Los romanos que vinieron detrás se conformaron con arrojar al criminal desde lo alto de la Roca Tarpeya. Algo adelantamos.
En la URSS de la Perestroika la policía recuerda todavía esa vieja costumbre etrusca de despachar a los malos.
Basada en los asesinatos en serie que se produjeron en este país entre 1981 y 1991, la cinta recuerda un poco otras americanas famosas como "Seven", "El silencio de los corderos o "Zodíac".
Está presentada por capítulos que se corresponden a las seis fases del proceso de duelo: crisis, negación, ira, depresión, aceptación y aprendizaje. Dentro de cada apartado una especie de calendario digital nos indica en cada momento en que punto se sitúa la acción dentro de la serie de diez años citada.
Todo para ayudar al espectador a no perderse dentro del relato, lo que indica que el guionista y los realizadores son conscientes de la dificultad de seguir la trama y lo fácil que resulta extraviarse en la misma.
Inútil, al final nos perdemos por mucha atención que estemos prestando.
Fallo grave del guion. Como lo es de la dirección presentar personajes con esos cambios de carácter tan repentinos o mal explicados.
Como acertadamente conoce una crítica la obra resulta un tanto "Liosa, tediosa y largosa".
También tiene cosas interesantes, como la frialdad de los colores y de los paisajes a tono con lo que pasa en la pantalla, la imagen penosa que ofrecía la sociedad soviética en tiempos de Gorbachov, la tensión que se mantiene sobre el espectador que no termina de ver claro el desenlace, además de unas buenas interpretaciones.
Al final una obra pasable que gustará a los aficionados al cine de Hannibal Lecter. Al resto no mucho, Pensamos.
Lafuente Estefanía
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