Es muy triste ver a un actor como el bueno de Bruce arrastrarse una y otra vez por mediocres películas de serie B como la que nos ocupa. Ya hace una década que nuestro querido John McClaine deambula sin pena ni gloria por infames subproductos y esperas que algún día vuelva de entre las sombras, pero no, esta vez tampoco va a ser el caso. De este despropósito poco se puede escribir, típica película de malosos que huyen de un robo y se refugian en casa de una familia, obligando al hijo de Bruce para que salve la vida a uno de ellos. Situaciones absurdas, diálogos hilirantes, guión bajo mínimos...lo único que se salva de este fiasco es el papel de Bruce Willis y con eso ya está dicho todo. Este pedazo de director nos deleita cada poco con putrefactos intentos de películas, a cada una peor que la anterior. Lo mejor, que dura una hora y media. Le casco un 3 porque sale el pobre Bruce. Terrible

Típica película de acción de serie c. Si el director quiere dirigir una película más mala, no le sale. Todo aquí es infame: interpretaciones, diálogos, situaciones y solo por salvar algo de todo este despropósito sería a Graham Greene y su papel de eterno indio en la gran pantalla. No da la talla ni para película de sobremesa de Antena 3. En cuanto al argumento es tan ridículo y absurdo que no merece más comentario.

Típica película de venganza, esta vez ambientada en las 3000 viviendas de Sevilla. Un ex-convicto (Mario Casas) perteneciente a un clan venido a menos, sufre un accidente en el que fallece su hija y en que los culpables se dan a la fuga. A partir de aquí comienza a investigar por su cuenta ayudado por su familia y por una inspectora de policía, enfrentándose a los clanes rivales que dirigen el tráfico de drogas. El problema viene cuando llevas una hora viendo la película y te das cuenta que no te has enterado ni del 75% de lo que dicen. Muchas cosas las intuyes, otras las sacas del contexto, pero vamos, enterarte de poquito. Cuando llevas una hora y media como que pasas y ya la última media hora ves los santos pasar. Evidentemente mejor con subtítulos desde el principio. La película normalita, tiene buenos momentos y la ambientación no es mala, pero vamos, estar leyendo la película como que no apetece. Mario en su linea, plano y sin alma todo el largo, tirando de él Ruth Díaz en el papel de inspectora, la mejor interpretación de largo de todo el film. Le plantó un 4 y va de sobra, porque al final la ves por inercia y dicho esto me voy a ver perros callejeros que la voy a disfrutar más.

Enésima vuelta de tuerca a la peli de asesinatos en serie, muy en boga por estos lares últimamente, algunas con éxito merecido, otras que quieren y no pueden y después, como en el caso que nos ocupa, nos preguntamos que hemos hecho los espectadores para merecer está tortura de una hora y media. La historia no tiene más misterio: alguien está cometiendo asesinatos imitando los caprichos de Goya y dos inspectoras de policía, internándose en un mundo de arte y opulencia, intentarán averiguar quién está detrás de ellos. La película es aburrida, la trama confusa, las situaciones hilirantes y el guión cogido con pinzas. Tampoco ayuda el personaje de Maribel Verdú, que solo le falta tirarse pedos y eruptos toda la película o el de Aura Garrido, que se la espera pero nunca llega. El intento de politizar sin ningún sentido y de encasillar a ciertos colectivos es una cazurrada y nos encontramos con un film lleno de prejuicios sin sentido que nos obliga a esbozar una sonrisa maliciosa. Si por lo menos Maribel Verdú llevará una Magnum 44 como nuestro querido Harry pero ni esas. Lo bueno es que si en medio de la película te pegas una siestilla de 20 minutacos tampoco te pierdes nada, pero cuando decimos nada es nada de nada. Para olvidar. Terrible.

El oeste. Las verdes llanuras, las nevadas montañas, los inmensos desiertos. El oeste, el gran olvidado en el cine en las últimas décadas, el gran y injustamente olvidado tiene en Hostiles, un homenaje. Un homenaje a esas tardes de sábado donde veíamos como el séptimo de caballería se enfrentaba a las tribus indias, como curtidos vaqueros se enamoraban de preciosas mujeres y como la venganza, el honor y el valor estaban al orden del día. Pasarán otros 10 años hasta ver otra película como Hostiles, hasta volver a ver un nuevo homenaje al viejo y añorado western, entre tanto cine aburrido y mediocre. Pasaran años hasta volver a disfrutar de esos fantásticos paisajes, de los duelos al ocaso, de cabalgar y cabalgar hasta la puesta de sol y cuando sienta añoranza, volveré a ver Hostiles y recordaré esas tardes de sábado con mi querido y nostálgico oeste.