Acabo de terminar de ver, ¡qué digo de ver!, ¡de volver a tener 13 años cuando vi por primera vez Karate Kid en el cine de mi ciudad! Jamás pensé que podrían retomar la historia ahora 36 años después. Es simplemente un viaje al pasado, lleno de nostalgia pero que nos lleva al día de hoy con los protas cinquentones y donde cada uno afronta o vive su vida. Todos marcados y con secuelas distintas tras lo que sucedió en aquella final del torneo de kárate del 84. Jamás pensé que con 47 años me podría emocionar tanto e incluso derramar una lágrima viendo una serie de la cual no esperaba mucho, tal vez para no salir decepcionado.

Hay momentos que se te ponen los pelos de punta, donde te estremeces en tu butaca porque vuelves a ver y a visitar lugares a los cuales nunca pensabas regresar.

La química entre Johnny y Daniel san es brutal, ¡qué de sentimientos en cada mirada!, Johnny Lawrence nos muestra cómo nuestro pasado y los hechos acontencidos en él , pueden marcar nuestro devenir y desarollo como adulto para siempre. Que una serie tenga unos matices y unas lecciones de vida tan justas era impensable cuando puse el primer capítulo, rezando como estaba por que hubieran respetado el legado de una peli que vi tantas veces.

¡Vaya si lo han conseguido! ,para mí es una absoluta maravilla que no puedo criticar porque me ha llegado tan adentro que es imposible. Cuando tu corazón y tu mente intérioriza lo que ves capítulo tras capítulo, piensas en los guionistas y cómo han respetado, cuidado y hecho evolucionar a esos personajes. ¡Solo puedes darles las gracias por tanto esfuerzo y entrega!