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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
9
Thriller. Drama Biopic sobre el matemático británico Alan Turing, famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis contenidos en la máquina Enigma, lo cual determinó el devenir de la II Guerra Mundial (1939-1945) en favor de los Aliados. Lejos de ser admirado como un héroe, Turing fue acusado y juzgado por su condición de homosexual en 1952. (FILMAFFINITY)
3 de enero de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que una celebración de los extraordinarios logros de Alan Turing, The Imitation Game se debería tomar como una disculpa. Una disculpa ante la vergonzosa destrucción  y acoso que este brillante personaje, anónimo durante demasiado tiempo, sufrió por sus preferencias sexuales,  en un contexto y una civilización que curiosamente se encontraba luchando contra el totalitarismo y la barbarie, pero que con uno de sus héroes de esa guerra, fue tan cruel, absoluto e irracionalmente vil como lo eran los enemigos con la justicia.

No es ese el único símil retórico y apasionante de esta película en la que un guión aparentemente sencillo que utiliza las convenciones de biopic, contiene en realidad varias líneas diegéticas: la de Turing descifrando códigos y secretos nazis a la vez que cifra y recubre cada vez más su propia vida de secretos; la de los prejuicios y la discriminación al diferente, al más débil (el papel de la mujer en la historia, el acoso a todo aquel que se sale de la norma...); la contraposición entre la épica de las batallas en imágenes reales de la II Guerra Mundial, con la realidad de donde se deciden, controlan y realizan las guerras (las oficinas); la de las dos historias de amor imposible e incondicional de Turing, abocadas irremediablemente a la tragedia y el ostracismo...

Todo esto, servido con la altura intelectual y la elegancia congénita del buen cine británico,  es además presentado con un excelente uso de la intriga, con un ritmo y un tempo digno del mejor cine de espías,  y con el don de tratarse de una extraordinario relato reciente de lecturas políticas, históricas, sociales y morales. The Imitation Game es una de esas historias tan necesarias de contarse como frustrantes en su inherente injusticia, una de esas historias que reafirman al ser humano a la vez como una criatura tan extraordinaria como repulsiva, tan inteligente como falaz.

Y las mayores cotas emocionales de la historia son alcanzadas gracias sobre todo a un soberbio reparto de actores maravillosos, con interpretaciones contenidas y mesuradas en su función dramática (Charles Dance, Mark Strong, Matthew Goode, Allen Lleech, Rory Kinnear, Matthew Beard), o con hermosos retratos de héroes en la sombra como el de una transparente, emotiva y luminosa Keira Knightley (una actriz que puede emocionar desde la más absoluta sencillez como aquí o en Begin Again; o desde la estilización total de Anna Karenina, Orgullo y Prejuicio o Expiación).

Por supuesto lo de Benedict Cumberbatch es de otro mundo. Por la sensibilidad, la sutileza y el detalle con los que aborda el retrato de este genio apocado, solitario, sociópata y enamorado. Es un espectáculo en sí mismo escudriñar cada una de sus reacciones, la profundidad de su mirada, sus dolorosos estallidos emocionales. Pero sobre todo es una interpretación tan buena que le hace justicia a la persona, que hiperboliza sus logros por encima de su tragedia personal pero a la vez tiene la hondura para mancharse en lo más aciago de su dolor. Es un pacer escuchar su hermosa voz, su locuacidad, la inteligencia de un personaje traído a la vida por un actor que justifica con su sola presencia una película, por otra parte, tan emocionante como necesaria.
jaly
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