Existen muchos alicientes para querer ver esta película. A saber: dos protagonistas que si bien no han encontrado aún el papel por el que serán recordados, siempre consiguen ser de lo mejor de las películas en las que trabajan, con atractivos particulares y talentos a la vista; un guionista que ha escrito un clásico moderno (Gosth); y una historia atractiva desde el punto de vista humano y fantasioso.

Al repasar la filmografía del director, con un nombre imposible, veo que es artífice de otra película (Plan de vuelo: Desaparecida) con una idea y planteamiento excelentes como punto de partida, pero resuelta de manera tan bochornosa que comprendo la sensación agridulce que me ha dejado The Time Traveler's Wife.

Porque este filme, podría ser una reflexión poderosa sobre el amor y la muerte, como pongamos, Gosth, pero se queda a medio camino de todo, en parte por su peligrosa indefinición de géneros (pasa de la comedia al dramón, de ahí a lo fantástico, a lo romántico, al thriller), en parte porque el guión está repleto de agujeros, con demasiados personajes (el médico), tramas (la faceta artística de Rachel McAdams), y conclusiones (¿Porqué Eric Bana viaja siempre a la misma ciudad?, ¿Porqué tiene esa deformación genética? ¿Porqué otro personaje puede controlar esos viajes y Bana no?...) que nunca son explicados, ni de manera lógica ni de ninguna otra manera.

Al menos, The Time Traveler´s Wife se ve sin problemas, hace gracia e incluso emociona en algunos momentos, gracias sobre todo a la buena labor de Bana y McAdams, cuya compenetración es clave en la película y ellos la tienen con creces, pues son maduros a la hora de encarar la historia de una pareja que vive su amor pese a saber lo esporádico, inestable y doloroso que será enfrentarse a las horas entre un encuentro y otro.

Ojalá la película hubiese sido tan apasionante como parece...