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España España · Madrid, Jaca
Voto de jaly:
8
Drama Basada en las memorias escritas por Philippe Petit (Joseph Gordon-Levitt), un funambulista francés que, en 1974, guiado por su mentor Papa Rudy (Ben Kingsley), se propuso un reto nunca antes realizado: recorrer sobre un cable el espacio que separaba las Torres Gemelas de Nueva York. (FILMAFFINITY)
4 de noviembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante un tiempo, Robert Zemeckis fue de los pioneros en el uso de los grandes efectos especiales a favor de la historia (Regreso al futuro, ¿Quién engañó a Roger Rabbit?). Tiempo más tarde, consiguió innovar en este campo aún cuando todo parecía empezar a saturarse (La muerte os sienta tan bien, Forrest Gump, Contact); hasta que perdió el norte ensimismándose con el tema y olvidando que, ante todo, lo mejor de sus mejores películas, eran sus personajes, y la humanidad al mostrarlos (cosa que no hizo en Polar Express, Cuento de Navidad o Beowolf).

Con The Walk volvemos, afortunadamente, a lo mejor de Zemeckis, un director de cine que puede no ser un autor, o tener una verdadera personalidad cinematográfica artísticamente hablando, pero que es capaz de construir grandes películas, con grandes historias, y de fijar su cámara en extraordinarios personajes. Porque el que aquí nos ocupa, Phillipe Petit, no es menos extraordinario que aquel Forrest Gump, o que aquella científica en busca de la fé que encarnó Jodie Foster en Contact, o del Náufrago a través del tiempo de Tom Hanks. Phillipe Petit fue un soñador absoluto y un genio del equilibrio y equilibrismo. Y Zemeckis, además de contar su historia, consigue revestirla con unos efectos especiales capaces de sobrecoger, de sentir el vértigo, y sobre todo, consigue que su biografía sea una fábula sobre los sueños, la ciudad soñada de Nueva York, y la destrucción de ese sueño la fatídica mañana del 11 de septiembre.

Parece difícil hablar de aquello sin politizarlo, pero Zemeckis consigue alzar un homenaje a esas torres y lo que significaron sin caer en lo ideológico. Para Petit, aquellas torres eran la consecución definitiva de sus sueños, de una vida entera dedicada al arte, del sacrificio en la familia, en el amor y en la estabilidad, por eso tan infantil de perseguir lo que más uno ama. Y en la puesta en escena, el guión y en la interpretación de un extraordinario Joseph Gordon-Levitt, está toda la luminosa pasión de Petit, su contagiosa energía y la dedicación absoluta a esos históricos minutos suspendidos en el aire que había entre los dos colosos gemelos.

Puede que The Walk no encierre grandes sorpresas en su argumento (aunque repito, no esperaba una mirada tan conmovedora ni sobre los personajes ni sobre los acontecimientos), pero es una película que podría acuñar esa tan de moda y tan mal usada palabra que es “experiencial”. Porque The Walk es una experiencia fascinante entre dos cables: la de las infinitas posibilidades por explorar que aún tiene la técnica en el cine; y la de la extraordinaria vida de un loco soñador que llegó a pasar a la historia.
jaly
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