Después de ver la serie entera -como deberíamos hacer conclusiones todo el mundo, hacerlas con uno o dos capítulos no tiene sentido- tengo que decir que estamos ante una maravilla del género negro, un drama familiar y personal potentísimo, que refleja perfectamente lo que expresa Roberto Saviano en el libro del mismo título. La cocaina es imparable. Su dinero sucio abastece el mercado financiero del mundo y todos se inclinan -o caen- a su paso. Para ella no hay fronteras, ni religiones, ni estados, ni cuerpos de seguridad. Todo lo corrompe, todo lo arrasa en su recorrido.
Me parece interesantísima la figura del intermediario ( impresionante interpretación de Dane DeHaan y Andrea Riseborough) que salvo en Mc Mafia, vimos muy poco en otras obras de la misma temática.
Con una riqueza visual y unos paisajes increíbles. Con escenas crudísimas que tardas mucho en olvidar. La 'Ndrangheta, ¿El inicio de los Zetas?, los ejecutivos y brockers que mueven el producto. El altísimo precio que se paga.
Negrísima y a la vez, humana, logra que cuando acabe quieras ver una vez mas las montañas de Calabria, los desiertos de Mali, las casas de Monterrey. Y consigue dejarte una sensación muy clara.
Roberto Saviano sabe de lo que habla.