Si en el anterior capítulo dirigido por Joe dante, este se inclinaba por la crítica al militarismo y por extensión a la política seguida por la administración Bush, en este tambien aborda la crítica social, pero dirigida esta vez hacia el machismo, y más concretamente hacia el fanatismo religioso que lo provoca.

Parece que Dante ha optado por la vía Romero, y le ha cogido el gusto a usar elementos clásicos del cine de terror para configurar su mensaje. Así donde antes había zombis ahora se sirve de una invasión alienígena.

Quizás ahí radique el punto más flojo de la trama, en que externaliza la culpa de lo sucedido y le resta un punto de credibilidad y dureza a su denuncia. Mucho más aterrador hubiera sido focalizarlo todo en el comportamiento humano, o al menos hubiera sido más útil como vehículo concienciador para así tratar de evitar y prevenir actitudes como las que se ven reflejadas en el film y que, por desgracia, podemos leer cada día en los periódicos.

En lo meramente formal la película no aporta ninguna novedad destacable, siguiendo con el patrón cutre de toda la serie. Las interpretaciones sólo se pueden calificar de correctas, pero teniendo en cuenta que uno de los protagonistas es Jason Priestley esto es casi un elogio. Por lo que respecta a la trama, aunque está bien ligada, se desarrolla de forma demasiado atropellada, debido a querer explicar demasiadas cosas en un tiempo que se antoja insuficiente para desarrollar los acontecimientos plenamente.

No se puede decir, lamentablemente, que sea uno de las capítulos de mayor calidad de la serie Masters Of Horror, pero si que es un entretenimiento más que decente y que además aporta una forma de crítica social que hace de este film, cuando menos interesante.

Lo mejor: El tema abordado
Lo peor: La forma de resolverlo.