Vi esta película en los años 50 y me gustó. Entonces aprecié una comedia que mantenía el interés y la intriga y que estaba ambientada en un castillo de Irlanda con fantasmas incluídos. No es John Ford, pero Irlanda es Irlanda. El guión y sus equívocos están bien resueltos. Y los actores sobresalen David Nivel está "muy inglés", Yvonne de Carlo, bellísima y Barry Fitzgerald, genial como siempre. Una buena comedia para ver en una tarde de domingo junto al fuego y soñando con los paisajes irlandeses.