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Voto de jgripweed:
2
Drama Un día en la vida de Monsieur Oscar: un hombre que se traslada, en una lujosa limusina blanca conducida por Céline, de trabajo en trabajo. Para cada uno de ellos adopta una nueva personalidad: mendigo, monstruo, asesino, padre de familia... (FILMAFFINITY)
19 de noviembre de 2012
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando festivales como Cannes o Sitges, uno con algo más de trayectoria que el otro -pero ambos con su público lleno de críticos expertos y admiradores de lo que allí se vomite-, dan su respaldo a películas como Holy motors, es la hora de dejar de creer en ellos.

Advertido tras comentarios y opiniones que dejaban a esta película a la altura del betún, me dejé llevar por la masa que la adoraba, esperando encontrar una de esas joyas audiovisuales a la que desprecian algunos críticos y que el público de la calle convierte en obra de culto. Pero creo que éste va a ser el caso contrario. Marcará el momento en el que decido despreciar a algunos gurús y otros extremos culturetas que sólo parecen buscar las cosas más raras e ininteligibles para desmarcarse del gusto común y popular y así sentirse por encima de la mayoría. Cierto que esto sucede en todas las artes, en las que automáticamente se sobreestima aquello que es difícil de entender, por no decir imposible. Pero a mí me gusta el cine y no la escultura, así que aquí me toca meterme con Leos Carax, director del producto a tratar.

No es que Holy motors sea difícil de entender. No es demasiado complicado hacer interpretaciones y divagaciones acerca del supuesto mensaje que nos trae. Pero ojo, que una película pretenda hacerse pasar por algo extravagante a través de escenas llamativas no quiere decir que lo consiga. Hasta para eso hay que tener clase y talento, y Carax sólo pretende llamar la atención filmando secuencias con un gusto, digamos, atropelladamente discutible.

El protagonista, Oscar (Denis Lavant), interpreta a varios personajes en secuencias diversas, cuyo único hilo conductor es que se ve a él que las interpreta para uso y disfrute de quién se sabe. La verdad, mucho talento interpretativo, pero yo jamás habría escogido este guión para demostrarlo. Tampoco sé realmente qué pinta ahí Eva Mendes, ni tampoco Kylie Minogue (qué voz más bonita, por cierto). Supongo que están aburridas y les apetecía colaborar en algo raro, o tal vez es que sean así de raras ellas también. Pero no me quita el sueño entender los caprichos de artistas y actores. Lo que me puede quitar el sueño, seguramente, sea volver a ver esta película, si es que se puede llamar así, porque para mí ya sólo significa pesadilla audiovisual.

El único mérito que le concedo a este director es que no me ha dejado indiferente. Eso es lo que pretenden los artistas, ¿no? Pero tanto ego proyectado se convierte en antipatía, asco y dolor mental. Después de ver esto, me entran menos remordimientos por gastar hora y media ante Ben Stiller o Adam Sandler.

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http://diarioenred.com/2012/11/holy-motors/
jgripweed
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