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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
9
8,0
41 517
Animación. Drama. Bélico Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Seita y Setsuko son hijos de un oficial de la marina japonesa que viven en Kobe. Un día, durante un bombardeo, no consiguen llegar a tiempo al búnker donde su madre los espera. Cuando después buscan a su madre, la encuentran malherida en la escuela, que ha sido convertida en un hospital de urgencia. (FILMAFFINITY)
1 de agosto de 2011
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de esas trescientas películas que habría que obligar a ver, otras tantas veces, a quienes toman decisiones, para garantizar que son dignos mandatarios y que están cualificados para ejercer el poder. La ausencia de lágrimas, la imperturbabilidad ante las imágenes, un solo bostezo, deberían suponer, ipso facto, su renuncia a cualquier cargo que tenga que ver con el orden social o la resolución de conflictos y su expulsión inmediata de cualquier cargo público y político. Evitaríamos así que gentes sin escrúpulos y sin conciencia propicien situaciones de guerra, hambrunas, movimientos especulativos de capital...., en donde la vida para ellos tiene el valor deportivo de la muerte de un peón en un tablero de ajedrez y un niño de grandes ojos no es más que una pequeña luciérnaga que se apaga.

Isao Yakahata, junto a Hayao Miyazaki, padre de Heidi, Marco y Ana de las tejas verdes, borda con hilo de auténtica poesía una de las obras cumbres del cine de dibujos, cuya factoría, Studio Ghibli, también creada por los dos animadores japoneses, cuenta con un nivel difícil de superar y con una calidad en sus historias que las han llevado a obtener los más altos galardones, compitiendo de tú a tú con el cine denominado serio, en festivales como el de Berlín, premios BAFTA, Sitges, premios Cesar, etc...No menos del 50% de sus producciones podemos considerarlas entre las mejores de la historia del cine de este género.

"La tumba de las luciérnagas" da que pensar y te sitúa impotente ante un mundo plagado de convencionalismos ridículos que intentan combatir la alegría de los niños y la rebeldía del amor.
Imprescindible. Te hace mejor, al menos durante un tiempo, y resplandece reencarnándose en las miradas de quienes, plenos de luz, aún no han cedido espacios en sus cortas vidas ni al rencor, ni a la maldad.
Sinhué
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