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Voto de Sinhué:
6
5,0
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Comedia. Drama
Después de 40 exitosos años, el anteriormente próspero negocio de muebles de Harold entra en bancarrota cuando un nuevo IKEA abre en las cercanías. Enfadado y desesperado, Harold decide ir a Suecia para secuestrar al propio Ingvar Kamprad, el fundador de la multinacional. (FILMAFFINITY)
15 de noviembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La felicidad, ese inalcanzable objeto de deseo, también, quizás con más motivos, está congelada en los países nórdicos.
En clave tragicómica, el señor Gunnar Vikene fabula sobre el monumental cabreo y la posterior actuación de Harold, carpintero de muebles, que considera a los responsables de Ikea culpables del desencadenamiento de desgracias en el penúltimo tramo de su vida.
No puedes por menos que simpatizar con el hombre que está dispuesto a tomarse la justicia por su mano, ante el aplastamiento de una multinacional que se come la vida, el trabajo y la ilusión de los individuos como si de gominolas se tratase. No es tan inusual que las personas, desquiciadas por un sistema basado exclusivamente en el beneficio económico, acaben tirando por la "calle de en medio" y aparquen sus ganas de morir para tomarse una cumplida venganza.
Sin duda se le podría haber sacado más rendimiento a esta ficticia situación, no tan disparatada como pueda parecer, pero no deja de tener valores añadidos que, más que análisis de sesudos cinematógrafos, requiere de una lectura humana de la situación socio/familiar/laboral en la que estamos atascados.
En clave tragicómica, el señor Gunnar Vikene fabula sobre el monumental cabreo y la posterior actuación de Harold, carpintero de muebles, que considera a los responsables de Ikea culpables del desencadenamiento de desgracias en el penúltimo tramo de su vida.
No puedes por menos que simpatizar con el hombre que está dispuesto a tomarse la justicia por su mano, ante el aplastamiento de una multinacional que se come la vida, el trabajo y la ilusión de los individuos como si de gominolas se tratase. No es tan inusual que las personas, desquiciadas por un sistema basado exclusivamente en el beneficio económico, acaben tirando por la "calle de en medio" y aparquen sus ganas de morir para tomarse una cumplida venganza.
Sin duda se le podría haber sacado más rendimiento a esta ficticia situación, no tan disparatada como pueda parecer, pero no deja de tener valores añadidos que, más que análisis de sesudos cinematógrafos, requiere de una lectura humana de la situación socio/familiar/laboral en la que estamos atascados.